El gobernador Javier May y la Secretaria de Agricultura, Luisa Cámara, entregan plantas en vivero rumbo a reforestación 2025.

Reforestación en Tabasco: plantar futuro en tiempos de calor extremo

En Tabasco, donde el calor urbano ya no solo agobia sino que asfixia, la política pública empieza a traducirse en árboles. La Jornada de Reforestación 2025, convocada por el gobernador Javier May Rodríguez, abre un debate mayor: ¿puede la reforestación ser la respuesta de un estado que perdió su selva y ganó cemento?

El enfoque no es menor. Tabasco enfrenta un presente donde apenas queda entre 3 y 5 por ciento de su selva original, según datos oficiales. La deforestación, producto del avance urbano y la tala indiscriminada, ha elevado las temperaturas y reducido la capacidad de absorción de agua en un territorio que se inunda cada año. En ese vacío, el gobierno apuesta por un proyecto masivo: plantar 2.4 millones de árboles, uno por cada habitante.

UNA CIUDAD EN BÚSQUEDA DE SOMBRA

Villahermosa, con calles donde el pavimento se calienta como comal, es un retrato claro de lo que se quiere enfrentar. No se trata solo de sembrar, sino de reequilibrar una ciudad que perdió la sombra de sus laureles y almendros para ganar plazas comerciales y estacionamientos.

Los testimonios ciudadanos coinciden en una urgencia compartida: árboles que den oxígeno, sombra y frutos. El eco es claro: plantar hoy es ganar salud mañana. El proyecto, más allá de lo ambiental, se convierte en un pacto social intergeneracional.

El anuncio de que la jornada será anual, aprovechando la temporada de lluvias, marca un viraje. Si la estrategia se cumple, Tabasco podría consolidar en pocos años un nuevo cinturón verde, con impacto en el microclima urbano, la infiltración de agua y la calidad del aire.

En contraste, la memoria ambiental recuerda fracasos: viveros abandonados, árboles plantados sin mantenimiento, campañas verdes usadas como foto política. La apuesta de May será medida no solo por cuántos árboles se planten, sino por cuántos sobrevivan en cinco años.


LO QUE ESTÁ EN JUEGO

  • Recuperar sombra urbana perdida por el cemento.
  • Disminuir la isla de calor en Villahermosa.
  • Incrementar la captación de agua en temporada de lluvias.
  • Proteger biodiversidad y fauna asociada.
  • Involucrar a ciudadanía y empresas en un pacto ambiental.

REFORESTACIÓN Y POLÍTICA URBANA

El programa conecta dos discusiones urbanas: el derecho a la sombra y la justicia ambiental. Mientras en colonias como Tamulté o Gaviotas los vecinos sufren temperaturas superiores a los 40 grados, en zonas arboladas como el parque La Choca la sensación térmica desciende hasta cuatro grados. La desigualdad ambiental es tangible.

Si la estrategia se implementa con rigor técnico —elección correcta de especies, pozas profundas, mantenimiento comunitario— Tabasco podría marcar diferencia en la agenda ambiental del sureste.

El registro digital para acceder a hasta cinco arbolitos por persona abre la puerta a una reforestación socializada. La condición es clara: que la ciudadanía no solo plante, sino cuide. La invitación de campesinos, familias y estudiantes a sumarse configura un ejercicio cívico en el que cada quien planta futuro en su patio, escuela o comunidad.

El proyecto se convierte así en una política pública con rostro ciudadano: miles de manos sembrando lo que mañana será sombra para otros.

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