Dos productores tabasqueños posan con tilapias recién cosechadas en la ribera de Centla, mostrando los resultados del programa Pescando Vida impulsado por el Gobierno del Estado.
Productores tabasqueños presentan tilapias cosechadas gracias al programa Pescando Vida en la ribera de Centla.

Tabasco activa su campo: pescadores y ganaderos empiezan a ver ganancias

El gobernador Javier May Rodríguez anunció que el programa Pescando Vida ya genera ingresos de hasta 30 mil pesos por pescador en su primera cosecha, y que las ganancias podrían alcanzar los 240 mil pesos anuales por familia beneficiaria.

Durante su conferencia matutina, el mandatario destacó que Tabasco está “recuperando su capacidad productiva” a través de estrategias que buscan fortalecer la pesca, la ganadería y la agricultura con un enfoque sustentable.

“El programa está cambiando la vida de quienes menos tenían posibilidades —dijo May—, sobre todo de los pescadores que enfrentaban la sobreexplotación de las lagunas. Ahora se permite la regeneración de especies nativas y con ello, la recuperación de ingresos”.

El anuncio no fue menor: tras años de abandono y subsidios sin resultados, Tabasco empieza a mostrar cifras medibles que convierten los programas sociales en modelos productivos con retorno económico real.

Pescadores tabasqueños muestran una tina llena de tilapias recién cosechadas durante la primera producción del programa Pescando Vida, en la ribera de Centla, con embarcaciones y vegetación al fondo.
Pescadores tabasqueños muestran su primera cosecha de tilapia del programa Pescando Vida en Centla.

LA NUEVA CADENA PRODUCTIVA

El subsecretario de Pesca, Guillermo Priego León, detalló que se han cosechado 58 toneladas de tilapia de una meta de 180 para este año, además de haberse entregado 8 millones de alevines en distintos municipios.

En su componente ostión, el programa colocó 4 mil colectores durante octubre para captar desove durante la temporada de lluvias, con la meta de sembrar 9.8 millones de semillas antes de diciembre. “Con esto se fortalece la soberanía alimentaria y se genera empleo local”, apuntó.

El enfoque de Pescando Vida no se limita a producir más, sino a reconstruir el ecosistema acuícola. Al reducir la presión sobre la pesca ribereña, el gobierno busca repoblar las lagunas y restablecer el equilibrio natural, en un esquema que combina beneficio ambiental y rentabilidad económica.

En palabras simples, Tabasco intenta transformar la relación entre la comunidad y sus recursos: producir sin depredar.

IMPULSO AL SECTOR GANADERO

En la misma conferencia, el subsecretario de Desarrollo Agrícola y Ganadero, Joaquín Alejandro Ligonio, informó que el programa Crédito Ganadero a la Palabra ha invertido más de 215 millones de pesos, beneficiando a 783 productoras y productores con la entrega de 7 mil 830 novillonas y 783 sementales.

“Ya se tienen registrados 70 nacimientos de becerros y varias novillonas preñadas, lo que demuestra que el programa es autosustentable”, subrayó.

Ligonio explicó que el modelo incluye acompañamiento técnico y sanitario permanente, con 34 mil 990 bovinos inoculados en Huimanguillo y 2 mil 734 en Jalpa de Méndez, sin registro de tuberculosis.

El objetivo, afirmó, es recuperar el estatus sanitario de zona A y abrir nuevamente los mercados nacionales e internacionales a la carne tabasqueña. Además, adelantó que el nuevo punto de verificación sanitaria en Cosamaloapan, Veracruz, ayudará a agilizar el tránsito de ganado y reducir los costos de traslado.

UN CAMPO CON RUMBO

Las cifras marcan un cambio de paradigma: los programas rurales del estado comienzan a generar resultados tangibles después de años en que la palabra “productivo” se usaba como promesa y no como realidad. En Tabasco, donde las políticas agrícolas históricamente fueron sinónimo de gasto político, la productividad vuelve al centro del discurso.

La apuesta de May —coordinada con los programas Sembrando Vida y Pescando Vida— busca romper la dependencia del petróleo y fortalecer la economía local a partir del trabajo rural. Si el modelo mantiene su ritmo, el estado podría convertirse en referente nacional en política agroproductiva y manejo ambiental comunitario, al combinar inversión pública con regeneración ecológica.

EL VALOR POLÍTICO DE PRODUCIR

En la lectura política, la recuperación del campo representa también una nueva narrativa para el gobierno estatal: menos asistencialismo, más trabajo colectivo. May Rodríguez ha insistido en que los pescadores, campesinos y ganaderos “ya no están solos”, y en los hechos, los programas comienzan a mostrar autonomía operativa.

El acompañamiento técnico, los sistemas de riego y las verificaciones sanitarias son parte de una lógica distinta: la de un Gobierno que deja huella productiva.

El próximo 1 de noviembre, el Parque Tabasco “Dora María” será sede de la Muestra Mexicana del Cebú, con participación de ganaderos de Guatemala, Honduras, República Dominicana y Estados Unidos, evento que confirmará a Tabasco como uno de los estados con mayor proyección ganadera del país.

Más allá de los discursos, el avance del campo tabasqueño encierra un mensaje: la sustentabilidad empieza a rendir frutos. Si el agua, la tierra y el ganado sostienen la economía rural, Tabasco podrá decir que recuperó su vocación y su fe en el trabajo.

El gobernador de Tabasco, Javier May Rodríguez, sonríe mientras sostiene una tilapia recién cosechada junto a una productora del programa Pescando Vida, durante un evento comunitario con pescadores en Centla.
Javier May celebra con productores tabasqueños la primera cosecha de tilapia del programa Pescando Vida.

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