Por momentos, parecía que la humedad del trópico podía más que el protocolo. A eso de las 13:30 del sábado, entre abanicos improvisados, celulares levantados y paraguas usados como toldos, llegó por fin la camioneta negra que transportaba a la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, al hospital más emblemático del sureste: el Dr. Juan Graham Casasús.
Con casi dos horas y media de retraso, pero con el paso firme de quien se sabe esperada, Sheinbaum descendió del vehículo con una sonrisa y un “¡gracias!” que apenas alcanzó a escucharse entre las porras de los que resistieron el sol.
Tabasco la recibió con la calidez de una tierra acostumbrada al exceso: de agua, de vegetación, de afectos. Y, esta vez, de promesas cumplidas. “¡Ya soy tabasqueña!”, diría después, cuando tomó el micrófono, como si a su investidura federal le hubiera sumado un pasaporte simbólico al Edén.
UNA TIERRA Y UN HOSPITAL SIMBÓLICOS
No se trataba de cualquier gira. La Presidenta vino a inaugurar la ampliación del área de hemodiálisis del Hospital IMSS Bienestar Juan Graham, en Villahermosa, un recinto que ha sido testigo de urgencias, de carencias… y ahora, también, de transformaciones.
Gracias Presidenta, por estar pendiente siempre del Edén de México, nuestra tierra y nuestra agua la reciben con cariño y amor en cada visita. Esperamos verle pronto. Y como dice el siempre Presidente, Andrés Manuel @lopezobrador_; con el pueblo todo, sin el pueblo nada. pic.twitter.com/Qs4b8tkWtq
— JAVIER MAY (@TabascoJavier) July 19, 2025
“No le va a faltar nada a Tabasco”, dijo Sheinbaum, como quien hace un juramento más que una promesa. Y para dejarlo claro, anunció una inversión de más de 2 mil millones de pesos en salud durante los próximos tres años: nuevos hospitales, más tomógrafos, regularización de personal médico y quirófanos que —por instrucción presidencial— no deberán cerrar nunca más.
El Hospital Juan Graham, que pasó de tener 24 a 41 sillones de hemodiálisis, se convertirá, a partir de agosto, en el epicentro del programa de trasplantes renales más ambicioso del país. “Ya no habrá ‘cacha turnos’”, dijo el director del IMSS Bienestar, Alejandro Svarch, refiriéndose a los pacientes que dormían en banquetas para obtener atención.
Era una de esas frases que calan más que los aplausos. Porque en Tabasco, esperar por atención médica ha sido durante años una forma dolorosa de aprender paciencia.
JAVIER MAY: FIRMEZA SIN ESTRIDENCIA
A su lado, el gobernador Javier May Rodríguez hizo lo que sabe hacer: hablar con sencillez y contundencia.
“Aquí no es visita, Presidenta, usted es de casa”, soltó con la misma certeza con la que, desde noviembre, ha sostenido que este sexenio será el que rescate al sistema de salud en el estado.
📹 #EnVivo AMPLIACIÓN ÁREA DE HEMODIÁLISIS HOSPITAL DE ALTA ESPECIALIDAD, IMSS-BIENESTAR 19/ julio/ 2025. https://t.co/GwOhsw9Nqp
— JAVIER MAY (@TabascoJavier) July 19, 2025
Y no era una declaración vacía. Bajo su gobierno, Tabasco ha duplicado en siete meses la inversión médica federal que recibió en todo el sexenio pasado. Lo dijo con orgullo, sin adornos. “Vamos con rumbo, con autoridad, con convicción”, remarcó. Y el público respondió con aplausos que parecían saludar no sólo al anuncio, sino al estilo: austero, directo, sin vueltas.
MACUSPANA, COMALCALCO Y LA REVANCHA DEL SURESTE
Entre los anuncios, sobresalió uno con carga emocional: la sustitución del Hospital General de Macuspana, tierra natal de Andrés Manuel López Obrador, a quien Sheinbaum envió un saludo con dirección precisa: “¡que se oiga hasta Palenque!”.
En voz alta, Sheinbaum reconoció lo que parecía un secreto a gritos: que el sistema de salud había sido rehén de esquemas precarios y corrupción. Pero ahora, dijo, se trataba de justicia: justicia para los pueblos indígenas, para los niños con enfermedades complejas, para los adultos mayores sin seguridad social.





Además del hospital de Macuspana, se construirán nuevas unidades en Teapa y Cárdenas —este último con 90 camas, 19 consultorios y tres quirófanos—, y llegarán dos tomógrafos a Comalcalco y Cárdenas. Con eso, la geografía hospitalaria del estado empezará a parecerse más a un sistema de atención que a un mapa de emergencia.
CHOCOLATE, CACAO Y SEMBRANDO VIDA
Al día siguiente, sin tantos reflectores, Sheinbaum recorrió el vivero “Primavera” en Jalapa, acompañada otra vez por May. Allí, entre plantas de cacao tabasqueño, conoció el proceso que da vida al Chocolate Bienestar, ese nuevo emblema de la economía social que ya se vende en las tiendas del bienestar del país.
“Gracias, Presidenta, por el respaldo”, dijo May, mientras las cámaras captaban la escena. Porque en Tabasco, el cacao no es sólo semilla: es historia, es herencia, es identidad.
Y Sheinbaum lo sabía. En su visita del 10 de julio, ya había exaltado su valor: “Nuestra semilla ancestral que conserva el gran sabor del sureste mexicano”.
¿Y EL AUSENTE?
En medio de todo, hubo un ausente notorio: Adán Augusto López Hernández, exgobernador de Tabasco y actual coordinador de Morena en el Senado, no apareció en ninguno de los actos.
El viernes, desde la mañanera, Sheinbaum había sugerido que sería adecuado que el senador explicara qué sabía sobre su exsecretario de Seguridad Pública, Hernán Bermúdez, hoy prófugo y acusado de vínculos con la delincuencia.
Te mostramos cómo se produce y procesa el cacao a través del programa Sembrando Vida para llegar en forma de chocolate a las Tiendas Bienestar. Es beneficio para el productor y el consumidor.
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) July 19, 2025
📸 Fotogalería: https://t.co/46TfefzhGB pic.twitter.com/DzwArO6M6m
Pero en Tabasco nadie quiso hablar del tema. Al menos no públicamente. Cuando los reporteros intentaron abordarla al llegar al hospital, la Presidenta cerró la ventanilla de la camioneta con un “gracias, gracias”. El silencio también fue parte de la gira.
UNA PRESIDENTA QUE PISA TIERRA
Quizá lo más llamativo no fue lo que se dijo, sino cómo se dijo. Sin el tono solemne de otros mandatarios. Con una cercanía más parecida a la de quien sabe escuchar que a la de quien impone.
“Vamos requetebién”, dijo Sheinbaum, citando a Delfina Gómez, como quien lanza una consigna con acento popular. Y en Tabasco, donde el poder suele oler a tierra mojada y no a mármol, esas palabras resonaron distinto.
El sur, históricamente relegado, parece hoy recibir algo más que recursos: recibe atención política real. Y Sheinbaum lo sabe. Lo dijo sin rodeos:
“Cuando se trabaja con honestidad y sin corrupción, alcanzan los recursos para el pueblo”.
Y por eso, cuando en el mitin alguien gritó “¡Ya es tabasqueña!”, nadie lo desmintió. Porque aunque la presidenta se fue la tarde del sábado, el mensaje quedó sembrado, como el cacao en Jalapa: aquí también se cosecha respaldo.
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