El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec redefine el papel logístico de Tabasco con trenes, puertos y parques industriales. Claudia Sheinbaum confirma incentivos e integración total del estado a la nueva economía nacional.

Tabasco se sube al juego global: Sheinbaum confirma integración logística con visión industrial

CDMX.— Durante décadas, el sur-sureste mexicano cargó con la etiqueta de ser una región marginada del desarrollo nacional.

Aislado de los grandes centros de producción y consumo, Tabasco quedó atrapado entre la dependencia petrolera y la falta de infraestructura moderna.

Hoy, esa inercia está comenzando a romperse con la consolidación del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, que bajo el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum adquiere una visión más estructurada: no solo un tren, sino un sistema logístico-industrial completo.

Lo que se anunció esta semana en Palacio Nacional ya no es solo la conclusión de un tramo ferroviario. La novedad —y ahí está el punto de análisis— es el giro estratégico: la integración de Tabasco a un ecosistema logístico nacional que conecta puertos, trenes, parques industriales y vocaciones productivas con incentivos fiscales definidos.

QUÉ INCLUYE EL NUEVO ENFOQUE

• Seguridad a cargo de la Marina

• Tren interoceánico con 1,200 km de vía rehabilitada

• Puerto Dos Bocas operando con nueva terminal en julio

• Ramal ferroviario clave: Roberto Ayala–Dos Bocas (330 km)

• 14 Polos de Desarrollo (PODEBIS), uno ya en Teapa, Tabasco

• Incentivos fiscales: ISR e IVA exentos por varios años

Como lo habría enfocado Darío Celis: estamos ante un cambio en las reglas del juego económico, donde la logística deja de ser un problema y se convierte en la principal ventaja competitiva del sureste.

VISIÓN ESTRATÉGICA

La presidenta Sheinbaum no habló solo de obras: habló de productividad regional, de aumentar la capacidad instalada para carga y pasajeros, de una red de puertos modernizados que se enlaza con polos industriales concesionados y con una lógica de integración intermodal. En otras palabras: no se trata de mover trenes, se trata de mover cadenas de valor. Y ahí Tabasco entra con fuerza.

La consolidación del ramal Roberto Ayala–Dos Bocas, cuya vía conecta directamente la Refinería Olmeca con la red del Istmo, tendrá un papel clave.

Más de 330 km de vía rehabilitada, 91 puentes, patios de trasvase y estaciones logísticas convertirán a Dos Bocas en un punto de salida y entrada de mercancías para empresas mexicanas y extranjeras. La terminal portuaria concluirá su primera fase este 30 de junio y estará lista para operar en conjunto con el tren a partir de septiembre.

APUESTA INDUSTRIAL

En paralelo, se confirmó que el PODEBIS de Teapa, el primero en Tabasco, se integrará este mismo año al sistema industrial del Corredor. Esto significa una cosa: empresas con incentivos fiscales que podrán establecerse con reducción o exención de ISR, IVA, subsidios a la nómina e incluso facilidades aduanales. Para los inversionistas, es una señal clara de certeza y terreno fértil.

El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec redefine el papel logístico de Tabasco con trenes, puertos y parques industriales. Claudia Sheinbaum confirma incentivos e integración total del estado a la nueva economía nacional.

Lo relevante del mensaje presidencial es que el corredor no solo representa una visión logística: representa una política industrial de Estado, focalizada en un territorio históricamente olvidado.

Como en su momento lo fueron los corredores automotrices del Bajío o el eje Tuxpan–México, el Istmo comienza a perfilarse como un nuevo cinturón de manufactura y exportación.

RETO EMPRESARIAL

Para Tabasco, esto implica un rediseño de su papel económico: de ser un proveedor de hidrocarburos, puede convertirse ahora en un nodo de transformación y distribución. Los empresarios locales deben entender que el tiempo de operar de forma aislada terminó. La oportunidad está en integrarse a cadenas de proveeduría, invertir en valor agregado, conectar con las plataformas digitales de comercio y asociarse para escalar.

Como subraya la visión de analistas económicos como Darío Celis, el éxito del corredor no dependerá solo del Estado, sino de la capacidad de los actores privados para aprovecharlo. Las reglas están puestas: trenes, puertos, parques industriales, incentivos, seguridad militar. Falta que los empresarios se suban.

Por primera vez, Tabasco no está en la periferia. Está al centro de un rediseño económico. Y ese cambio, si se consolida, puede marcar el rumbo productivo del estado para los próximos 30 años.

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