El río vuelve a sonar con música. Las calles empedradas del Centro Histórico de Villahermosa, declaradas Barrio Mágico, se preparan para recibir, del 17 al 19 de octubre, la edición XVIII del Festival Cultural Ceiba, que este año se nombra con fuerza poética: Arte y Magia en el Grijalva.
El gobernador Javier May Rodríguez lo anunció en su conferencia matutina con una invitación sencilla y luminosa: “reunirnos como familia y comunidad para disfrutar de la gran cartelera”. Y no es poca cosa.
Después de años en que el festival parecía perder rumbo, hoy vuelve a sus orígenes: el corazón de la ciudad, la Plaza de Armas, el Palacio de Gobierno, el Teatro Esperanza Iris, el Malecón y la explanada del CICOM, unidos por la fuerza simbólica del río que lo atraviesa todo.
Conferencia de Prensa Matutina, 22 de septiembre 2025. https://t.co/ttnUFD7qfo
— JAVIER MAY (@TabascoJavier) September 22, 2025
EL ECO DE LOS MAESTROS
La secretaria de Cultura, Aída Elba Castillo, recordó que en esas mismas calles nacieron y caminaron Carlos Pellicer, José Gorostiza, Josefina Vicens, Manuel Pérez Merino y José Carlos Becerra, gigantes de la palabra que aún respiran en la memoria colectiva. También ahí resonaron guitarras de tríos en la Plazuela del Águila, las marimbas que parecían latir como corazones de madera, y las tertulias infinitas de la Plaza de Armas, donde la cultura era vida cotidiana.
El festival, dijo Castillo, “más que un cambio de sede, es una invitación a reencontrarnos con la historia”. Y ese tono de reencuentro recorre toda la programación.
El Festival Ceiba 2025 durará apenas tres días. Puede parecer poco si se recuerda que antes abarcaba semanas con decenas de actividades dispersas. Pero hay un cambio deliberado: menos cantidad, más calidad.
Es la misma tendencia que han seguido festivales internacionales: el Cervantino en Guanajuato recortó su duración a la mitad para concentrar montajes de primer nivel; el Corona Capital y el Ceremonia redujeron carteles de cincuenta bandas a quince, con artistas capaces de convocar multitudes.
En Tabasco ocurre lo mismo: en lugar de medio centenar de eventos, ahora se programan 15 actos cuidadosamente seleccionados, para que cada foro esté lleno y cada función tenga la atención que merece.
DÍA POR DÍA: EL PULSO DEL CEIBA
Viernes 17
El festival arranca en el Salón José Gorostiza con el libro La música en el corazón, del percusionista tabasqueño Javier Cabrera Jasso, acompañado de un documental que revive memorias de familia. Afuera, en el Foro Palacio, aparecerán los Gigantes del Edén, enormes figuras que saludan al público como si fueran guardianes de la fiesta, seguidos del jazz contemporáneo de Abel Aranda Cuarteto.
Al caer la noche, la explanada de la Plaza de Armas, renombrada Foro Grijalva, se entregará al chiapaneco Reyli Barba, quien vuelve a cantar frente al río con las mismas letras que hicieron vibrar a una generación.
Sábado 18
La jornada literaria sigue a las cinco de la tarde con el libro Antología con pimienta gorda, de Vianey Pérez. Una hora más tarde, el Foro Palacio se llenará de pasos cadenciosos con Su majestad, el danzón, a cargo de la Danzonera La Vieja Guardia.
Ese mismo día, el Malecón será territorio de madera viva: nueve marimbas y más de cien músicos de Centro, Teapa, Comalcalco, Macultepec y Ocuiltzapotlán se encontrarán en una Tarde de Marimbas. La marimba del Gobierno del Estado y la Lira de Centro marcarán el ritmo, mientras los transeúntes se mezclan con los sonidos de su infancia.
En el Foro Grijalva, la soprano y actriz Regina Orozco subirá al escenario con su espectáculo Chile, mole y pozole, irreverente y polifacético como ella misma. Su voz, capaz de viajar de la ópera al bolero, será una de las postales más intensas del festival.
A las nueve de la noche, el Teatro Esperanza Iris abrirá sus puertas al concierto Arpas de la costa y la niebla, interpretado por el Musas Ensamble de Arpas, cuarteto único en Latinoamérica que logra hacer del instrumento un puente entre la música clásica y lo popular.
Y para cerrar la jornada, los jóvenes tendrán su propia cita: en el estacionamiento del CICOM, adaptado para recibir más público que el Malecón, se encenderán las tornamesas del DJ tabasqueño Kevin Priego, que abrirá paso a la estrella internacional
Mariana Bo, reconocida por mezclar música electrónica con violín y percusiones en vivo. No es casualidad: Bo fue la primera mexicana en tocar en el escenario principal de Tomorrowland, y su presencia en Villahermosa habla de un festival que quiere sonar fuerte.
Domingo 19
La clausura comenzará a las cinco de la tarde en el Salón Gorostiza con el Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena, que dramatizará la poesía de Carlos Pellicer, el Poeta de América.
El Foro Palacio recibirá al cuarteto Los Miranda, hermanos originarios de Celaya que cantan temas románticos y composiciones propias, recordando al recientemente fallecido guitarrista Héctor Miranda, su padre.
En el Malecón, la fiesta será de raíz: la Danza del Pochó, interpretada por el maestro Roger Suárez y bailarines de Los Ríos; el Grupo Rescate Cultural de la Chontalpa, con el Cojolblé y el Caballito Blanco; las danzas prehispánicas del colectivo Mukliba Chan, y los Gigantes del Edén recorriendo el espacio como sombras de otro tiempo.
El gran cierre llegará en el Foro Grijalva: una Noche Sinfónica con más de 150 artistas en escena. La Banda Sinfónica del Gobierno de Tabasco se unirá a la Orquesta y Coro del Cobatab, con tamborichocos y marimbas, para un ensamble monumental que promete retumbar en el alma de la ciudad.
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ESCAPARATE CULTURAL EN DOS ESCENARIOS
El Festival Ceiba no llega solo. Apenas un mes antes, del 18 al 28 de septiembre, Tabasco fue el gran protagonista de la 36ª Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH) en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México.
Cien tabasqueños viajaron a la capital para mostrar libros, exposiciones, talleres y bailes. Entre ellos, acuarelas de la Cultura Olmeca, fotografías de Yolanda Andrade y el taller de palma yokot’an que fascinó a niños y adultos.
Compartir escenario con Costa de Marfil, en esa feria internacional, fue como mirarse en un espejo lejano: tradiciones orales, tambores, raíces que se aferran a la tierra fértil. Y lo mismo que Tabasco proyectó en la capital, ahora lo devuelve a su gente, en casa, a la orilla del Grijalva.
UNA FIESTA DE COMUNIDAD
El gobernador lo resumió: “Este festival nos permitirá reunirnos en familia y como comunidad”. Y en un tiempo en que lo digital nos aísla y las rutinas nos fragmentan, un evento así tiene el valor de un abrazo colectivo.
El Festival Cultural Ceiba 2025 quiere ser eso: un latido compartido, una pausa de tres días para reconocernos en lo que somos. No se trata de llenar una agenda interminable, sino de crear instantes memorables. En lugar de dispersarse en cincuenta actividades, hoy se apuesta por quince momentos intensos, capaces de dejar huella.
Porque a veces basta un acorde de marimba, un poema de Pellicer, una soprano irreverente o un DJ mezclando violín con beats, para que un pueblo entero recuerde que la cultura es también su manera de existir.
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