Por: Fher Hdez
Esta mañana una vieja amiga me despertó con un mensaje en el que me preguntaba: ‘Fher, ¿por qué no fueron todas sus compañeras a felicitar a Fátima Bosch? ¿Por qué Luis Torres dice que la corona de Miss Universe México estaba comprada?’, y pensé, ¡ah chingaos! ¿Qué está pasando aquí?
Me quité las lagañas y me fui de inmediato a ver las stories de Luisito, que para mí es el mejor maquillador de México en la actualidad, el más viral y por ende el más influyente, y desde luego un referente importantísimo en el mundo de la belleza, y en efecto encontré un screenshot de una conversación. En ella, Luis mencionaba a sus favoritas para obtener la corona: Aguascalientes, Jalisco (obvio, su paisana) y Veracruz.
Pero lo más sorprendente para mí, e intrigante, fue su siguiente comentario: “Si es Tabasco ya todos sabíamos que ganaría, luego les cuento por qué! Nos hacemos los sorprendidos”. Ups!
Me pregunto, ¿qué hay detrás de ese comentario de Luis Torres? ¿Por qué ya todos sabían que Tabasco ganaría? Fuera de su evidente y gran belleza no encuentro otro motivo para asegurar que ella se alzaría con la corona… ¡Yo mismo lo dudaba!
Veamos si de verdad Luis nos cuenta lo que él dice saber, y si eso es verídico y comprobable, o si es simple apasionamiento de un jalisciense que naturalmente apoyaba a su paisana, muy bonita y todo, pero con ciertas carencias que más adelante mencionaré.
¡Ah, por cierto! La storie ya no existe, la quitó la mañana siguiente, ¿qué pasó ahí Luisito? Pero bueno, aquí se las dejo 😉
La experiencia de la anfitriona vs la frescura de la tabasqueña
La final se llevó a cabo en Zapopan, Jalisco, siendo Yoana Gutiérrez, la anfitriona, una de las concursantes que se había perfilado entre las grandes favoritas (y más de Luis Torres).
En redes sociales punteaba tan fuerte como la tabasqueña, pero definitivamente no estaban en igualdad de condiciones.
Miss Jalisco, con 31 años de edad, había llegado con dos coronas, una estatal (Señorita Región de los Altos 2013), una nacional (Miss Grand México 2017), una participación internacional (Miss Grand International 2017) y una Dirección Estatal de Miss Jalisco.
Por su parte, la tabasqueña, con 24 años de edad, solo ostentaba el título de Flor Tabasco 2018. Menos edad, menos experiencia, más humildad, más naturalidad, más autenticidad.
Miss Jalisco es bella, es una mujer madura y preparada, pero siendo honestos, no tiene la frescura, la naturalidad ni la singular belleza de la nueva Miss Universe México. Su look de la final no fue suficiente, y su acartonado desempeño tampoco.
Fátima, por el contrario, calló bocas, incluida la mía. El vestido increíble, el color, el diseño… Su cabello, que tanto cuestioné que lo hubieran oscurecido, lucía impecable. Jamás llevó la melena en ondas hacia adelante como lo hacen todas; tomaba sus manos al frente, evitando llevarlas a la cintura, como también lo hacen todas. Y lo mejor, ofreció mensajes breves y contundentes, con voz suave y segura, proyectando una dulzura que junto a su espectacular belleza, sin duda cautivaron al jurado.
Las misses evidencias su falso discurso en la gran final
¿Y por qué la mayoría de las concursantes no fueron a abrazar y a felicitar a Fátima al momento de ser nombrada como ganadora? ¿Por qué solo cuatro chicas se alegraron de su triunfo? ¿No habían dado momentos antes discursos de hermandad, de equidad, de empoderamiento femenino, de cero violencia hacia las mujeres, de soñar con un mejor país? ¡Cuánta falsedad maquillada!
No fueron a felicitarla por ardidas, porque hay que saber perder y ser humildes y maduras para aplaudir el triunfo de otra compañera, y obviamente no todas lo son. Y porque el apasionamiento existe en todos los certámenes, y para muestra está cada año la ‘Flor Tabasco’, en donde se ha visto hasta lo impensable en contra de las ganadoras.
Lo bueno es que Fátima está consciente de eso y tiene muy claras sus lealtades, como lo expresó en Instagram: “Que el universo se encargue de conocer a mis Reales. Siempre leales y reales! Gracias por siempre cuidarme y pasar momentos extraordinarios. Son mi lugar seguro! Dios con nosotras”, posteó junto a una foto en la que aparecen las únicas cuatro chicas que celebraron su corona.
Su belleza se impuso por encima de todo
Si Fátima tiene un ‘talón de Aquiles’ en el medio de los certámenes de belleza, es su pasarela, que si bien es cierto que no es de diez, tampoco es la peor. Pero sí, en efecto le falta seguridad, coquetería, seducir al público con su cadencia; salir al escenario y recorrerlo sintiéndose la absoluta reina de la noche, como lo hace su antecesora, ‘la máxima’ Aranza Molina, quien gracias a esa habilidad quedó como virreina (primera finalista) en dos ocasiones: en 2018 en Mexicana Universal y en 2024 en Miss Universo México.
Y este punto débil le ha sido muuuy criticado a Fátima, incluso yo mismo lo señalé en repetidas ocasiones: ‘no va a ganar porque no tiene una buena pasarela; no es tan segura ni se impone como Aranza’… Y la señorita con su triunfo me dijo ¡cállate estúpido!, y me encanta, y celebro que el jurado haya valorado su belleza, dulzura, inteligencia y naturalidad, por encima de una forma de caminar, que sin dudarlo todavía puede mejorar y pulir antes de llegar a la final de Miss Universo, a celebrarse el próximo 21 de noviembre en el Impact Arena de Pak Kret, en Tailandia.