El Papa Francisco sorprendió a los fieles presentes en la Basílica de San Pedro con una visita inesperada este jueves por la mañana. El pontífice se dirigió de manera privada a la tumba de San Pío X, ubicada en la capilla de San José, para orar en recogimiento antes de iniciar sus actividades oficiales del día.
Visita privada a la Basílica de San Pedro
La visita del Papa Francisco a la tumba de san Pío X fue breve pero significativa. El pontífice entró por la puerta de las campanas a las 8:00 a.m., sin cámaras ni cobertura mediática, lo que acentuó el carácter íntimo del momento. Acompañado por un reducido grupo de colaboradores, se mantuvo en oración durante algunos minutos.
La tumba de San Pío X, canonizado en 1954, es uno de los lugares de devoción más visitados dentro de la Basílica vaticana. Su pontificado, que se extendió desde 1903 hasta 1914, es recordado por sus reformas litúrgicas y su profunda espiritualidad.
Un gesto de espiritualidad personal
El gesto del Papa Francisco fue interpretado por muchos como un acto de recogimiento espiritual. Aunque no se dio una razón oficial para la visita, algunos observadores del Vaticano señalaron que podría estar relacionado con una intención especial del pontífice o con la cercanía de una celebración litúrgica importante.
Este tipo de gestos, fuera de agenda, no son raros en el actual pontificado, conocido por su estilo pastoral cercano y espontáneo. Francisco ya ha realizado visitas similares a otras tumbas de santos y mártires en diferentes momentos de su papado.
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