Nadie gana en Tabasco con la salida del General Brigadier Víctor Hugo Chávez Martínez de la Secretaría de Seguridad, salvo la delincuencia.
Quienes ven su relevo como una caída o un fracaso deberían preguntarse si realmente les importa su estado. Porque el que celebra el vacío en seguridad, juega a favor de la violencia.
Chávez Martínez fue un secretario de transición. Llegó el 2 de febrero de 2024 cuando «La Barredora» había roto lazos con los que se iban, en medio de una guerra alimentada por pactos inconfesables. Le tocó administrar un problema que no generó, y ahora, con su salida, el reto no es su ausencia, sino el vacío que deja.
El gobernador Javier May Rodríguez y su gabinete de seguridad están en un momento clave. No es solo un nombre, es una decisión estratégica. ¿Otro general o un civil con experiencia? ¿Un tabasqueño o alguien de fuera que entienda la realidad del estado?
Los últimos tres gobernadores no pasaron su sexenio sin al menos tres cambios en Seguridad. Hoy, la historia vuelve a ponerse a prueba. Porque lo urgente no es la salida del general, sino lo que viene después.
El problema no es Chávez Martínez. La pregunta real es: ¿y ahora quién?
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