En política, el calendario también es un campo de poder. Cuando un gobierno decide adelantar el reloj, no lo hace por prisa sino por control. En Tabasco, el anuncio del gobernador Javier May Rodríguez de iniciar en diciembre las licitaciones del paquete de obra pública 2026 marca una jugada que trasciende la burocracia: busca fijar su propio ritmo frente a un entorno nacional que todavía se acomoda a la transición federal.
May no quiere que el año empiece en enero. Quiere que empiece cuando él diga. Su instrucción a las áreas de obra pública fue clara: los proyectos del próximo ejercicio deberán licitarse en diciembre para arrancar construcción desde los primeros meses de 2026, aprovechando la época de seca y evitando los rezagos que por años hundieron la gestión tabasqueña.
No es un tecnicismo, sino una forma de gobernar el tiempo: adelantar la inversión, asegurar flujo presupuestal y mostrar resultados cuando los demás apenas inician planeación.
La obra pública es, en este contexto, una pieza de estrategia. En 2025, Tabasco ejecutó casi la totalidad de su programa anual sin subejercicios, algo poco común en la administración estatal.
El gobernador quiere repetir la fórmula y consolidarla como sello político: gestión anticipada, ejecución puntual y visibilidad inmediata. El movimiento, sin embargo, no se agota en la eficiencia: adelantar obras significa tomar la delantera narrativa en un año donde el gobierno federal aún ajusta prioridades y los municipios preparan su propio calendario electoral.
En su visita al fraccionamiento Las Mercedes, junto a la alcaldesa Yolanda Osuna Huerta, May inauguró la rehabilitación integral del jardín de niños Thelma Beatriz Asencio Hidalgo, con una inversión de 1.6 millones de pesos.
Ahí explicó que el modelo de trabajo adoptado durante 2025 —con proyectos terminados en tiempo y sin recursos devueltos— será la base para 2026. El mensaje fue directo: el dinero no se guardará, se ejecutará. “Todo lo que se destina al sector educativo no implica un gasto, sino invertir en el futuro”, dijo ante docentes y padres de familia.
EL PODER DE ANTICIPARSE
Detrás de la frase se oculta una convicción política. Anticiparse es ejercer poder sin confrontación: administrar antes que prometer, mostrar resultados antes que anunciar metas.
May busca demostrar que un gobierno puede planear sin depender del centro, que puede mover la economía local sin esperar la inercia federal. En un estado acostumbrado a las emergencias y los proyectos pospuestos, la puntualidad se convierte en símbolo de autoridad.
El adelanto de licitaciones también envía un mensaje interno: Tabasco no quiere ser el último en recibir, sino el primero en ejecutar. En el tablero de la 4T, donde cada gobernador intenta definir su identidad frente a la presidenta Claudia Sheinbaum, May se posiciona como el operador que convierte la planeación en narrativa política.
No promete austeridad abstracta: la muestra en acción, en licitaciones a tiempo, obras entregadas y recaudación histórica sin endeudamiento.
GESTIÓN Y AUTONOMÍA
El secretario de Ordenamiento Territorial y Obras Públicas, Daniel Casasús Ruz, detalló que el mantenimiento al jardín de niños de Las Mercedes forma parte de 25 proyectos educativos realizados en el municipio de Centro durante 2025, con inversión cercana a 72 millones de pesos.
En conjunto, el paquete de infraestructura educativa y urbana superó los 493 millones, incluidos 55 millones aplicados en escuelas, concretos hidráulicos y sistemas de drenaje.
Esa cifra resume la apuesta de May: demostrar que la disciplina fiscal no es enemiga de la ejecución, sino su garantía. Desde la reestructuración administrativa del primer año, el gobierno estatal ha reducido el gasto burocrático y canalizado recursos al territorio.
Con ello busca no solo estabilizar la economía local, sino proyectar un modelo de gestión autónoma dentro del obradorismo.
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EL FACTOR POLÍTICO
Anunciar licitaciones anticipadas implica también asegurar contratos y proyectos antes de los reacomodos políticos de 2026. Es una forma de blindar continuidad, de dejar marcada la huella administrativa más allá de los plazos electorales. En ese sentido, el mensaje de May es doble: disciplina y permanencia. La anticipación es su manera de construir gobernabilidad.
En Tabasco, donde el tiempo institucional suele perderse entre lluvias y papeleo, iniciar obras en enero es más que eficiencia: es liderazgo. El gobernador sabe que los gobiernos se desgastan cuando esperan; por eso quiere moverse antes de que la inercia lo alcance.
La alcaldesa Yolanda Osuna destacó que el modelo de coordinación entre Estado y municipio permite multiplicar resultados. “Hoy vemos culminada una obra que refleja que nuestras voces y peticiones sí son escuchadas y atendidas”, expresó ante padres de familia.
En el fondo, su frase sintetiza el objetivo político del gobernador: transformar la administración en confianza ciudadana, demostrando que cuando el gobierno escucha y ejecuta, el poder se legitima.
El 2026 se perfila, así, como el año en que Tabasco intentará gobernar el calendario. Licitar en diciembre no es un simple adelanto; es una afirmación de control político y de madurez institucional. May Rodríguez busca demostrar que el tiempo, cuando se usa bien, también puede ser un acto de gobierno.
CLAVES POLÍTICAS DEL ADELANTO
- May busca marcar su propio ritmo frente al calendario federal.
- La anticipación reduce riesgos de subejercicios y fortalece la imagen de gestión.
- Permite blindar continuidad administrativa antes del reacomodo político de 2026.
- Refuerza la narrativa de eficiencia y autonomía dentro de la 4T.
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