En el tablero del poder, la apuesta educativa de Tabasco sintetiza un cambio de paradigma: el sur ya no quiere ser proveedor de mano de obra barata, sino productor de conocimiento técnico.
Detrás del Foro Nacional ICAT Ferroviario 2025 “Vías de Progreso”, celebrado en Villahermosa, asoma una lectura política más amplia: el modelo de desarrollo del sureste empieza a construirse desde las aulas, con una visión que busca vincular infraestructura, capacitación y bienestar.
La escena es estratégica. El gobernador Javier May Rodríguez entiende que el futuro del empleo y la productividad dependerá de la formación técnica.
No se trata solo de dar cursos, sino de estructurar un sistema educativo que alimente proyectos ferroviarios de gran escala, como el Tren Maya y el Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Esa transición —del asistencialismo al conocimiento aplicado— define el verdadero rostro del progreso regional.




VÍAS DE DESARROLLO
El foro reunió a más de 580 especialistas, académicos y empresarios; 326 obtuvieron acreditación oficial. Pero el dato relevante no es la cifra, sino el principio que la sostiene: la educación técnica como política pública de transformación territorial.
Lo que antes era visto como formación de segunda categoría hoy se convierte en la base de un modelo económico. En Tabasco, el Instituto de Formación para el Trabajo (Ifortab) se consolidó como la única institución del país con un modelo integral de capacitación ferroviaria.
El mensaje político es claro: May no compite con el norte industrial, sino que redefine la identidad productiva del sur. El énfasis en la educación técnica sugiere una lectura de largo alcance: un gobierno que prepara su capital humano para sostener la expansión ferroviaria y energética del país. Es una narrativa distinta a la que históricamente se tejió sobre el sureste como zona dependiente del gasto público.
Junto a autoridades estatales y federales inauguramos el Foro Nacional de Formación Ferroviario 2025, que reafirma el papel estratégico que ocupa la capacitación laboral en el desarrollo de México y, particularmente, en la transformación del sur-sureste del país. pic.twitter.com/Z7ZOovLkDt
— JAVIER MAY (@TabascoJavier) October 30, 2025
RENACIMIENTO FERROVIARIO
Desde la perspectiva federal, el director general de los Centros de Formación para el Trabajo, José Gonzalo Espina Mendoza, dio una frase que resume el momento: “Estamos ante un renacimiento del transporte ferroviario en México”.
La palabra “renacimiento” no es menor; implica recuperación de un proyecto abandonado durante décadas y la reivindicación de un símbolo de soberanía industrial.
La estrategia apunta a articular educación, obra pública y justicia social en un solo eje de crecimiento. Los técnicos que surjan de estos centros no solo darán mantenimiento a los trenes: serán actores de una nueva economía. Así, el desarrollo deja de medirse en kilómetros de vía y empieza a contarse en perfiles certificados, productividad y movilidad social.
TALENTO CON IDENTIDAD
El liderazgo de Tabasco en esta agenda no es casual. Con el Tren Maya atravesando su territorio y la ampliación de la red interoceánica cerca de consolidarse, la entidad se convierte en laboratorio del nuevo modelo laboral del país. May Rodríguez lo sintetizó con una idea de alto valor político: “Vincular infraestructura con educación y capacitación con bienestar”.
En la lógica de los gobiernos de la Cuarta Transformación, esta ecuación traduce la aspiración de que el progreso deje de ser vertical —del centro hacia la periferia— y se vuelva horizontal, con el sur como punto de equilibrio. Detrás del foro ferroviario, hay una estrategia de legitimidad: mostrar resultados tangibles de un modelo que asocia conocimiento con dignidad y justicia territorial.
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EL NUEVO MAPA
Lo que hoy se articula en Villahermosa tiene efectos nacionales. Los ICAT de Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Puebla, Sonora y Tlaxcala firmaron compromisos de colaboración con el Ifortab. La idea: crear una red nacional de talento ferroviario que dé soporte a la transformación productiva del país.
Si algo define este momento es la convergencia de tres fuerzas: inversión pública, educación técnica y cohesión social. El poder político del sur empieza a sustentarse en una infraestructura que educa. La imagen de obreros especializados, mujeres soldadoras, técnicos en mantenimiento o conductores certificados en sistemas eléctricos sintetiza la nueva narrativa del progreso en Tabasco.
Más que un foro, “Vías de Progreso” fue un mapa simbólico de lo que vendrá: la primera generación de trabajadores que, formados desde el sur, operarán la modernización ferroviaria de todo México.
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