El Gobierno de Tabasco impulsa el campo con el Programa Crédito Ganadero a la Palabra, entregando ganado, árboles y capacitación en Macuspana y Emiliano Zapata, fortaleciendo la producción, la sustentabilidad y la organización comunitaria rural.

Impulso histórico al campo: Javier May convierte el crédito en fuerza comunitaria

En un momento en que el campo mexicano enfrenta el reto de modernizarse sin perder sus raíces, Tabasco está ensayando un modelo que va más allá del subsidio: transformar la ayuda en comunidad productiva.

Esa parece ser la apuesta del gobernador Javier May Rodríguez, que en lugar de dispersar recursos sin rumbo, busca que cada peso se convierta en ganado, árboles, capacitación y, sobre todo, capital social.

No es un plan improvisado. Lo que hoy ocurre en Macuspana y Emiliano Zapata con el Programa Crédito Ganadero a la Palabra revela un giro de enfoque: no basta con entregar animales o insumos; hay que construir redes de aprendizaje, acompañar técnicamente y dar seguimiento en territorio.

En palabras simples, pasar del cheque a la comunidad, del beneficio individual al sistema productivo compartido.

MACUSPANA: MÁS QUE GANADO

En el municipio natal del presidente López Obrador, el programa cerró la entrega de 545 paquetes —cada uno con 10 novillonas y un semental— y la distribución de 59 mil 950 árboles para reforestación.

Más que una acción pecuaria, la operación se ha convertido en una apuesta ambiental y económica: recuperar suelo, proteger agua y, al mismo tiempo, mejorar la genética del hato.

El impulso no termina en la entrega física. Se han creado 24 Comunidades de Aprendizaje Pecuario (CAPS), pequeños núcleos de innovación rural donde técnicos y productores trabajan codo a codo.

En cada CAPS se discuten problemas de alimentación, manejo sanitario y comercialización, pero también se cultiva algo menos medible: confianza entre vecinos y visión de futuro.

EMILIANO ZAPATA: AVANCE SOSTENIDO

En la ribera del Usumacinta, el programa avanza con una meta de 165 paquetes —1,650 novillonas y 165 sementales— y la entrega de 18 mil 150 árboles. Hasta ahora, 64 paquetes han llegado a 11 comunidades, lo que representa un avance importante en la cobertura.

Lo relevante aquí no es solo el número, sino la forma: cada entrega va acompañada de un paquete de capacitación y de supervisión técnica. No se trata de “soltar” el recurso y esperar resultados, sino de acompañar el proceso productivo, corregir a tiempo y generar prácticas sostenibles que trasciendan el sexenio.

DEL DISCURSO AL TERRITORIO

El Gobierno de Tabasco parece entender que el talón de Aquiles de muchos programas agropecuarios es la desconexión entre la oficina y el rancho. La SEDAP, dirigida por Luisa del Carmen Cámara Cabrales, ha hecho del seguimiento una bandera: visitas de campo, registro puntual, revisión de inventarios y presencia de técnicos.

En este sentido, el subsecretario Joaquín Alejandro Ligonio se ha convertido en una figura clave: su papel no es solo administrativo, sino de enlace directo con las comunidades, lo que evita que los apoyos se diluyan o queden en manos de intermediarios.

En clave política, el programa Crédito Ganadero a la Palabra sirve a May en varios frentes. Primero, como un vehículo de reconstrucción del campo, sector históricamente relegado en Tabasco.

Segundo, como carta de presentación ante la federación: muestra que un programa nacional puede tener ejecución territorial efectiva. Y tercero, como instrumento de gobernabilidad: al generar beneficios palpables en comunidades rurales, el gobierno ancla lealtades y teje redes de colaboración que trascienden la obra pública urbana.

A diferencia de la lógica asistencial de otros tiempos, la entrega de ganado y árboles se inscribe en una narrativa de productividad y sustentabilidad. No es un detalle menor: la política rural suele quedar atrapada entre el subsidio clientelar y la gran agroindustria; aquí, Tabasco busca una tercera vía.


PUNTOS CLAVE DEL PROGRAMA

Impulso agropecuario y ambiental en Tabasco

  • 545 paquetes entregados en Macuspana (10 novillonas + 1 semental cada uno).
  • 59,950 árboles para reforestación en Macuspana.
  • 24 CAPS operando como núcleos de capacitación y asistencia técnica.
  • En Emiliano Zapata, 64 de 165 paquetes ya entregados.
  • 18,150 árboles destinados a protección ambiental en Emiliano Zapata.

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