Encuesta polémica da señales al 2027: ¿Bracamonte arriba, Euclides repetirá?

Héctor I. Tapia

A dos años de las elecciones municipales de 2027, una encuesta de Massive Caller volvió a colocar cifras en un escenario donde casi no existen mediciones públicas. La encuestadora regiomontana, conocida por su activismo mediático y por los resultados dispares que ha reportado en procesos anteriores, publicó el 25 de octubre de 2025 un estudio que, más allá de su precisión estadística, ofrece una lectura anticipada del ánimo político en Tabasco: Morena domina, pero los liderazgos internos comienzan a definirse.

El ejercicio —realizado con 600 entrevistas y un margen de error de 4.3%— coloca al líder del Congreso, Jorge Bracamonte Hernández, como puntero en el municipio de Centro, y perfila al alcalde Euclides Alejandro Alejandro como favorito para reelegirse en Cárdenas.

Aunque su metodología ha sido cuestionada, es una de las pocas mediciones públicas disponibles sobre el panorama local, y por eso adquiere relevancia política —realizado con 600 entrevistas y un margen de error de 4.3%— coloca al líder del Congreso, Jorge Bracamonte Hernández, como puntero en el municipio de Centro, y perfila al alcalde Euclides Alejandro Alejandro como favorito para reelegirse en Cárdenas.

ENCUESTA POLÉMICA

Lo llamativo no son los números, sino la fuente. Massive Caller ha sido señalada por sus vínculos con el PAN y por una larga lista de errores en procesos federales y estatales.
Pese a esas controversias, sus estudios suelen ser los únicos que se hacen públicos en el ámbito municipal, lo que los convierte en punto obligado de referencia, más por escasez de datos que por exactitud.

En un estado donde la política se mueve más por percepciones que por datos, la encuesta generó ruido no por lo que revela, sino por lo que sugiere: que el dominio de Morena se mantiene sólido, aunque su estructura interna comienza a dividirse en corrientes regionales y proyectos personales.

En Cárdenas, bastión rural de la 4T, Morena alcanza 55.7% de las preferencias y Euclides Alejandro obtiene un respaldo del 65.3% para una eventual reelección. Su figura —más de territorio que de discurso— encarna el modelo de liderazgo que el gobernador Javier May Rodríguez ha impulsado: gestión directa, austeridad y resultados. Cárdenas, por tanto, aparece como un municipio donde el voto es menos ideológico y más emocional; un voto que se da a la persona antes que al partido.

CENTRO EN DISPUTA

En Centro, la capital política del estado, el panorama es más incierto. Bracamonte, presidente del Congreso local, encabeza con 33.7% la preferencia interna de Morena, seguido por Daniel Casasús Ruz (10.6%) y Marcos Rosendo Medina Filigrana (4.4%). Sin embargo, el 30% de indecisos deja ver que el electorado urbano no está completamente definido. En Villahermosa, donde la política se debate entre la gestión pública y la competencia mediática, la encuesta revela una ventaja frágil: Morena sigue al frente, pero compite consigo misma.

El caso del PRI, aunque residual, no carece de simbolismo. Fabián Granier Calles, hijo del exgobernador Andrés Granier Melo, concentra 44.4% entre los simpatizantes de su partido. No tiene posibilidades reales de ganar, pero representa la persistencia de un voto nostálgico que se niega a desaparecer. En un escenario dominado por Morena, cada punto del priismo recuerda que el sistema anterior aún conserva reflejos.

DOS ESTILOS

Más allá de las cifras, la encuesta muestra dos estilos de poder en ascenso. Bracamonte es el operador institucional: discreto, disciplinado, cercano al gobernador y con imagen de control. Su fortaleza no proviene del carisma, sino de la confianza administrativa que proyecta. En un contexto donde Morena busca estabilidad, su perfil encarna la continuidad sin confrontación.

Euclides Alejandro, en cambio, representa la otra cara del movimiento: la de la política de territorio, del contacto directo con la gente, del liderazgo que se construye en la plaza y no en los reflectores. Ambos simbolizan —cada uno a su manera— las rutas que Morena explora para preservar el poder sin perder cohesión.

La lectura política del estudio es doble. En Cárdenas, la fortaleza de Euclides confirma que el lopezobradorismo rural sigue siendo el núcleo duro del movimiento; en Centro, la ventaja de Bracamonte sugiere que el mayismo empieza a institucionalizar su influencia. Entre la emoción del primero y la racionalidad del segundo, Morena se reacomoda para un nuevo ciclo político.

Pero también hay advertencias. El 30% de indecisos en la capital no sólo es estadística: es la expresión de un electorado que se distancia del discurso partidista. Jóvenes sin filiación, ciudadanos cansados de la retórica y sectores medios que observan con cautela el relevo local podrían definir la elección si el oficialismo no logra reconectarlos. En esa franja silenciosa se jugará la legitimidad del próximo liderazgo en Villahermosa.

El estudio, con todo y sus márgenes de duda, refleja un hecho innegable: Tabasco ya entró en modo electoral. Las encuestas, más que instrumentos de medición, se han convertido en dispositivos de poder.

Marcan el ritmo de las conversaciones, reactivan viejas alianzas y obligan a los aspirantes a tomar posición. Ninguna de las cifras de Massive Caller será definitiva, pero todas condicionan el debate político de los próximos meses.

En el fondo, lo que el ejercicio de octubre deja claro es que el mapa político del estado se está reconfigurando dentro del propio movimiento gobernante. Morena ya no es una sola corriente: es una constelación de liderazgos locales que reflejan distintos modos de ejercer el poder. En Cárdenas, el de la cercanía; en Centro, el de la administración. La marca sigue pesando, pero los rostros empiezan a importar.

Al final, la encuesta que muchos descalifican por su origen cumple su función política: activar la competencia antes de tiempo. En Tabasco, donde la política se alimenta de rumores tanto como de cifras, los datos de Massive Caller no predicen una elección, pero anticipan su ambiente. Porque aquí —como suele decirse en voz baja— la duda nunca detiene la carrera, sólo la adelanta.