Centro sube al top nacional en transparencia fiscal: una señal de disciplina financiera en tiempos de desconfianza

En un entorno nacional marcado por la opacidad, la discrecionalidad presupuestal y el endeudamiento crónico de muchos gobiernos locales, el municipio de Centro, ha comenzado a destacar por algo inusual: rendición de cuentas, planeación, y un manejo disciplinado de las finanzas públicas.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) lo colocó este mes en el sexto lugar nacional en cumplimiento del Presupuesto Basado en Resultados (PbR) y del Sistema de Evaluación del Desempeño (SED), un avance significativo respecto al vigésimo sitio ocupado apenas el año pasado.

Este indicador no es menor. Evalúa la forma en que los municipios planifican, programan y ejercen su presupuesto. Pero, más aún, mide cómo rinden cuentas, cómo transparentan los recursos públicos y cómo alinean su operación con resultados tangibles.

El ascenso del municipio gobernado por Yolanda Osuna Huerta no solo refleja eficiencia operativa, sino una visión administrativa que privilegia la responsabilidad fiscal en tiempos donde muchos optan por la salida fácil: endeudarse.

UN MUNICIPIO QUE GASTA CON BRÚJULA

La evaluación de la SHCP, presentada ante la Cámara de Diputados, ubica al municipio de Centro por encima del promedio nacional en cada una de las siete fases del ciclo presupuestario: desde la planeación hasta la rendición de cuentas.

En rubros clave como evaluación y consolidación, supera al promedio municipal en 87% y 78.5% respectivamente. En planeación, Centro registró un 80%, por encima del promedio nacional de 71.7%. Incluso en ejercicio y control, donde la mayoría de los municipios muestran debilidades, Centro está 19% arriba del promedio.

Esto no ocurre en el vacío. Según la SHCP, el municipio ha cumplido lo establecido en el artículo 80 de la Ley General de Contabilidad Gubernamental (LGCG), lo que obliga a reportar anualmente los avances en transparencia y desempeño del gasto público.

TABASCO, CON RUMBO… Y CON NÚMEROS

Lo destacable del caso de Centro es que este avance en gestión no ha implicado más deuda. Al contrario: el municipio ha reducido su deuda bruta en 2024, pasando de 224.6 a 218.6 millones de pesos, en un país donde la mayoría de los municipios hipotecan hasta el 80% de sus participaciones federales para pagar pasivos.

El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados lo reconoce: Centro Tabasco es el cuarto municipio con menor porcentaje de participaciones federales comprometidas a deuda, con solo 12.1%. Esto se traduce en mayor margen de maniobra fiscal, más inversión y menos vulnerabilidad financiera.

En comparación, municipios como Ensenada comprometen hasta 81.8% de sus participaciones, lo que los deja atados de manos para invertir o responder a contingencias.

TRANSPARENCIA COMO POLÍTICA PÚBLICA

El reconocimiento reciente no es el primero. En noviembre de 2024, el Índice de Transparencia y Disponibilidad de la Información Fiscal de los Municipios (ITDIF-M) colocó a Centro en el sexto lugar nacional entre 60 municipios evaluados y cuarto lugar entre capitales.

Esto lo convierte en el mejor evaluado del sureste mexicano en términos de transparencia. No se trata solo de cumplir una obligación legal: Centro ha hecho de la disponibilidad de información financiera clara, accesible y actualizada una política pública central.

Yolanda Osuna Huerta, sin hacer ruido, ha logrado lo que muchas administraciones municipales en México no consiguen ni con comunicados diarios: que las cifras hablen.

¿QUÉ ESTÁ EVALUANDO HACIENDA?

El Presupuesto Basado en Resultados (PbR-SED) no se limita a revisar si se gasta mucho o poco. Evalúa si el dinero se ejerce conforme a metas, si se audita, si se rinde cuenta al Congreso local, y si se informa a la ciudadanía.

En ese sentido, la administración de Centro no solo cumple, sino que supera el estándar nacional, un dato que en el entorno actual —donde el desprestigio institucional es profundo— puede marcar la diferencia entre la gobernabilidad y el desgaste.

RESULTADOS VISIBLES Y SOSTENIBLES

La mejora no es solo numérica. La transparencia y la planeación presupuestal tienen consecuencias tangibles: mejores servicios, infraestructura que no depende de deuda y mayor confianza pública.

La ciudadanía percibe con claridad cuándo un gobierno usa los recursos para resolver problemas y cuándo los oculta bajo propaganda. En este sentido, el caso de Centro envía un mensaje a otros municipios del país: la transparencia y la disciplina fiscal no solo son posibles, sino sostenibles.

Y en el caso de Tabasco —una entidad históricamente afectada por prácticas clientelares y gobiernos sin visión a largo plazo— esto marca un cambio de fondo.

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