Fue un día en el que se talló una nueva piedra en la estructura constitucional del estado: la aprobación de las reformas en materia de revocación de mandato y derechos sociales.

Crónica | Tabasco escribe una nueva página: democracia y derechos sociales en la Constitución

En el salón de sesiones del Congreso de Tabasco, la atmósfera del miércoles 20 de noviembre era distinta. No fue un día de simples votaciones, ni uno más en la rutina legislativa. Fue un día en el que se talló una nueva piedra en la estructura constitucional del estado: la aprobación de las reformas en materia de revocación de mandato y derechos sociales.

El presidente de la Mesa Directiva, Marcos Rosendo Medina Filigrana, con la formalidad que dicta su investidura, tomó la palabra y marcó el inicio del momento clave. Frente a los legisladores, y con el eco de los nombres de los 16 ayuntamientos que avalaron las reformas, la declaración fue contundente:

“Las reformas son válidas y Tabasco avanza”. Pero el acto no quedó en la fría solemnidad de un dictamen. En cada frase se dibujaba un paso hacia una democracia más activa y hacia una justicia social más tangible.

EL PULSO DE LA DEMOCRACIA: LA REVOCACIÓN DE MANDATO

La revocación de mandato, esa herramienta que tantos discursos han provocado en otros rincones del país, ahora es una realidad en Tabasco. ¿Qué significa? Que en tres años, si la ciudadanía considera que el gobernador en turno no cumple con su deber, podrá decidir su destino a través de un mecanismo democrático.

El Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) será el árbitro encargado de este proceso. Sin embargo, detrás de los tecnicismos hay una idea más profunda: devolver al pueblo el poder para evaluar a sus gobernantes. 

En palabras de un legislador que prefirió el anonimato: “Esto no solo es una reforma, es una señal de que la gente manda”.

DERECHOS SOCIALES: JUSTICIA DESDE LA CONSTITUCIÓN

Si la revocación de mandato representa el poder del voto, la adición del artículo 2 Bis a la Constitución representa el poder del reconocimiento. Personas de 60 a 64 años, grupos indígenas, afromexicanos, personas con discapacidad y niños en condiciones de pobreza ahora tienen un respaldo jurídico para exigir protección y apoyo.

La discusión no fue sencilla, pero la aprobación llegó con un mensaje claro: “no hay democracia sin justicia social”. Medina Filigrana fue directo: “estas reformas no son solo líneas en papel, son compromisos que nos acercan a la igualdad”.

PROPUESTAS QUE APUNTAN AL CAMBIO

El miércoles no se limitó a los grandes anuncios. Durante la misma sesión, la LXV Legislatura debatió una serie de propuestas que, aunque menos mediáticas, tienen el potencial de impactar en la vida diaria de los tabasqueños.

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ENTRE LOS TEMAS DESTACADOS:

  • Licencias de conducir permanentes: Una iniciativa para reducir costos y facilitar la vida de los conductores.
    Educación sexual integral: En un estado con altos índices de embarazo adolescente, la propuesta busca abordar el problema desde la educación y la salud.
    Fortalecimiento de la fiscalización: Aumentar la muestra auditada por el Órgano Superior de Fiscalización del Estado (OSFE) y permitir denuncias ciudadanas a través de un buzón digital.
    Campañas antidopaje: Un esfuerzo por proteger la integridad de los jóvenes deportistas y fomentar el juego limpio desde las academias deportivas.

El punto más humano de la jornada lo puso la diputada Orquídea López Yzquierdo, quien pidió que los ciudadanos no tuvieran que pagar costos de arrastre o depósito vehicular al recuperar un vehículo robado.

Sus palabras resonaron con fuerza: “no es justo que las víctimas paguen dos veces. El sistema debe apoyar, no castigar”. Con Tabasco entre los estados con mayor incidencia de robo vehicular, esta propuesta no solo alivia el bolsillo de los ciudadanos, sino que también busca restaurar la confianza en el sistema de justicia.

Cuando Medina Filigrana clausuró la sesión, no solo se cerró un capítulo legislativo, sino que se abrió una puerta hacia un Tabasco más participativo y equitativo. Las reformas aprobadas no son solo un triunfo del gobernador o del Congreso, son un paso hacia un estado que escucha, protege y actúa.

Pero, como siempre, las reformas son solo el inicio. Ahora queda el reto más grande: hacer que las palabras se traduzcan en acciones y que los derechos consagrados en la Constitución lleguen a cada rincón del estado.