En tiempos en que los discursos de igualdad suelen quedarse en las tarimas, el gobierno municipal de Centro optó por una ruta más concreta: poner herramientas en las manos de las mujeres.
No como gesto simbólico, sino como inversión directa en la economía barrial. La entrega de utensilios de cocina a 350 emprendedoras es, en apariencia, un acto menor; pero en realidad forma parte de una estrategia de autonomía económica femenina que empieza a redibujar el mapa social y productivo de Villahermosa.
El jueves, en las canchas techadas de la colonia Villa Las Flores, la alcaldesa Yolanda Osuna Huerta encabezó la entrega del programa “Impulsando la productividad y el bienestar de mujeres del municipio de Centro”.
Ollas vaporeras, utensilios de acero y paquetes de cocina cambiaron de manos entre aplausos, pero el fondo del evento fue otro: llevar la política social a la raíz del ingreso doméstico.
En Centro, más de la mitad de las jefas de hogar trabajan en la economía informal, sobre todo en la producción y venta de alimentos. Por eso, Osuna explicó que el programa fue planeado antes del mes de noviembre, cuando crece la demanda de tamales, panes y antojitos tradicionales. “Queremos que las mujeres produzcan más, vendan más y ganen más”, dijo ante las beneficiarias.
El cálculo político detrás es claro: mientras la inflación erosiona el salario formal, el autoempleo femenino se ha convertido en una red de resistencia económica y emocional.



AUTONOMÍA: LA NUEVA INFRAESTRUCTURA SOCIAL
Los programas sociales suelen medirse por su número de beneficiarios. Este, en cambio, se mide por su efecto multiplicador. Cada utensilio entregado puede traducirse en decenas de comidas vendidas, en ingresos semanales y, sobre todo, en independencia financiera.
“Cuando una mujer gana su propio dinero, gana también la capacidad de decidir”, repite la alcaldesa en su discurso público y privado. Esa idea, que parece sencilla, rompe con una larga historia de dependencia que ha limitado el papel de las mujeres en la vida comunitaria.
Según datos del INEGI, por cada punto porcentual que aumenta la participación femenina en el trabajo formal, el PIB municipal crece 0.3 %. En la práctica, significa que la autonomía económica ya no es una causa, sino una política de desarrollo urbano.
Contribuimos al impulso de la economía familiar mediante la entrega de utensilios de cocina a 350 mujeres de nuestro municipio, una acción de igualdad y justicia social que fortalece su autonomía y bienestar. Somos un gobierno que escucha, atiende y cumple, con honestidad y… pic.twitter.com/JDM9bNKX3M
— Yolanda Osuna Huerta (@YolandaOsunaH) October 23, 2025
MUJERES AL CENTRO: DEL DISCURSO A LA PRÁCTICA
El programa entregado esta semana forma parte de una red mayor: “Mujeres al Centro”, que ofrece capacitación gratuita en oficios y habilidades productivas. Panadería, cosmetología, costura y servicios de alimentos son las áreas más demandadas. La lógica es simple: formar, equipar y conectar.
A diferencia de otros municipios donde la asistencia social se limita a la entrega de despensas, el modelo tabasqueño busca convertir la ayuda en productividad. En palabras de la directora de Atención Ciudadana, Marlene Guzmán Hernández, la meta es crear “mujeres con proyecto, no con dependencia”.
La beneficiaria Clara del Carmen Ramírez Ramírez, vendedora de alimentos en Gaviotas, lo resumió mejor que cualquier funcionario: “Ahora puedo cocinar más, vender más y depender menos”.
LA ECONOMÍA INVISIBLE
Villahermosa tiene dos economías: la visible —de oficinas, comercios y gobierno—, y la invisible, la de los patios y cocinas donde hierven los ingresos familiares.
Ese sistema doméstico, en el que las mujeres invierten hasta el 70 % de lo que ganan en su comunidad (según ONU Mujeres), sostiene la estabilidad social de barrios y fraccionamientos.
Apoyarlo no es filantropía, es estrategia pública. En los hechos, cada mujer que logra sostener su negocio reduce la presión sobre los programas asistenciales, fortalece el consumo local y mejora la seguridad comunitaria.
Yolanda Osuna lo ha entendido como parte de una política de ciudad: igualdad sustantiva con enfoque productivo. Es decir, el feminismo traducido en presupuesto y resultados.
- Villahermosa se suma al golpe contra el dinero sucio en casinos

- OBITUARIO | Gustavo Rosario Torres: el poder que se quebró desde adentro

- Comparecencias blindadas: la rendición de cuentas con reloj y libreto a partir del lunes

GOBERNAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO… Y DE MERCADO
En Tabasco, la capital concentra las mayores desigualdades del estado, pero también las mayores oportunidades de reconversión económica. En lugar de grandes obras o anuncios millonarios, la administración municipal apostó por la reconstrucción microeconómica, esa que no llena titulares nacionales pero sí refrigeradores locales.
El giro tiene un componente urbano y otro político. En lo urbano, impulsa mercados comunitarios más autosuficientes y menos dependientes del asistencialismo estatal. En lo político, construye una base de mujeres organizadas, no desde la militancia partidista, sino desde la productividad.
Esa es quizás la lectura más fina del proyecto: la alcaldesa está creando una nueva ciudadanía femenina, que encuentra en su autonomía económica una forma de participación y de poder civil.
MÁS ALLÁ DEL EVENTO
El acto en Villa Las Flores fue breve, pero su simbolismo permanece: 350 utensilios pueden parecer pocos, pero representan una economía en expansión silenciosa.
El municipio no solo entrega ollas; construye confianza en el trabajo de las mujeres.
Y eso, en una ciudad que busca reinventarse después de los años difíciles de pandemia e inflación, vale tanto como una obra pública.
El reto ahora es mantener la continuidad y ampliar la cobertura. Si la autonomía económica logra consolidarse como política pública —y no como programa sexenal—, Villahermosa habrá dado un paso irreversible hacia una modernidad con rostro de mujer.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Haz clic aquí

