WASHINGTON, EU.— El expresidente Donald Trump ha vuelto a poner en duda el sistema electoral de Estados Unidos. Sin pruebas contundentes, esta semana señaló que hay “trampas” en las elecciones presidenciales en curso, en especial en Pensilvania, una de los estados clave que podría decidir el resultado de los comicios.
La situación recuerda al discurso que se mantuvo tras su derrota en 2020, cuando calificó las elecciones como fraudulentas y se negó a aceptar el resultado.
En sus redes sociales, Trump afirmó que en Pensilvania “suceden cosas muy feas” y pidió la intervención de la Policía para “hacer su trabajo sin tardar”. La afirmación llega en un momento delicado para la democracia estadounidense, cuando las redes sociales ya están saturadas de información parcial y rumores no verificados.
Trump, quien actualmente empata en las encuestas con la vicepresidenta Kamala Harris, parece apostar una vez más a la estrategia de generar desconfianza y avivar divisiones, según declaró Josh Shapiro, gobernador demócrata de Pensilvania.
INVESTIGACIÓN Y DESINFORMACIÓN EN LAS REDES
Las denuncias de Trump coinciden con la apertura de una investigación por las autoridades judiciales en un condado de Pensilvania, donde se encontraron 2.500 solicitudes de inscripción electoral con información incorrecta.
Aunque este hecho se está investigando, hasta ahora no se han presentado evidencias de un fraude sistemático, como afirma el exmandatario. En respuesta a esta situación, Al Schmidt, Secretario de Estado de Pensilvania, pidió cautela a los votantes e insistió en la importancia de obtener información confiable.
Los rumores sin fundamento y la circulación de videos descontextualizados han escalado en las redes sociales, generando un ambiente de confusión. Schmidt advirtió que la difusión de medias verdades y desinformación son amenazas directas para la democracia.
“Hemos visto varios videos que carecían de contexto o eran inexactos, lo que generó falsas narrativas que dañan el proceso electoral”, señaló en una conferencia de prensa.
LA SOMBRA DEL CAPITOLIO Y EL FANTASMA DE 2020
La postura de Trump y sus constantes denuncias de “fraude” parecen calcadas de su estrategia tras la derrota en 2020, cuando alegó, sin pruebas, que le habían “robado” la presidencia.
Estas acusaciones se desembocaron en el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021, donde partidarios enardecidos de Trump buscaron detener la certificación de la victoria de Biden. Aunque Trump perdió Pensilvania por apenas 80.000 votos, su influencia en el electorado del estado sigue siendo significativa.
Para muchos, la repetición de estas narrativas en 2024 plantea el riesgo de una nueva crisis política si Trump no acepta el resultado electoral en caso de una derrota. La falta de pruebas sustanciales detrás de sus afirmaciones de “fraude” ha sido un punto crítico en la cobertura de los medios, y también un recordatorio de que la confianza en el proceso electoral estadounidense está bajo asedio.
Pero más allá del resultado de esta elección, la pregunta que queda en el aire es si Estados Unidos tiene la capacidad de resistir otro desafío a la legitimidad de sus instituciones democráticas.
LA AMENAZA DE DIVISIONES MÁS PROFUNDAS
Los analistas políticos y los mismos ciudadanos han señalado que la estrategia de Trump parece diseñada para agitar a su base electoral y mantener la polarización al máximo. A menos de una semana de las elecciones, la situación en Pensilvania se convierte en un símbolo de una crisis mayor que enfrenta el país: la erosión de la confianza en su propio sistema democrático.
La elección no solo definirá quién ocupará la Casa Blanca, sino también si el país tiene la capacidad de mantenerse unido frente a un liderazgo que insiste en la desconfianza como herramienta política.
LAS ACUSACIONES DE FRAUDE
- El precedente de 2020 : La postura de Trump recuerda a la crisis del Capitolio, cuando sus seguidores intentaron revertir el resultado de las elecciones tras las acusaciones infundadas de fraude.
- Denuncias de “trampas” : Trump ha cuestionado la transparencia de las elecciones en Pensilvania, afirmando que existen irregularidades.
- Desinformación en redes : Las redes sociales amplifican videos y rumores descontextualizados que alimentan la desconfianza en el proceso electoral.
- Investigación en curso : Las autoridades en Pensilvania investigan un lote de 2,500 registros de votación con información incorrecta, sin evidencia de fraude masivo.