Rata de dos patas: El himno del despecho y la venganza contra Salinas de Gortari

Descubre la historia detrás de "Rata de dos patas", el himno del despecho de Paquita la del Barrio que no solo fue un grito contra los hombres infieles, sino una sutil venganza contra el expresidente Carlos Salinas de Gortari.

Paquita la del Barrio nunca tuvo pelos en la lengua y menos cuando se trataba de cantar al desamor con toda la furia que su corazón traicionado podía soltar. Su himno máximo, “Rata de dos patas”, se convirtió en un puñal de palabras afiladas que millones de mujeres han usado para escupir su rabia y liberar su dolor.

Pero detrás del grito de guerra, hay una historia que pocos conocen: esta no fue solo una canción de despecho amoroso, sino un golpe directo a la imagen del expresidente Carlos Salinas de Gortari.

El compositor Manuel Eduardo Toscano, autor de la letra, confesó en una entrevista que al escribirla se inspiró en la percepción que el pueblo mexicano tenía del mandatario que gobernó entre 1988 y 1994.

El mismo hombre que muchos consideraban el arquitecto de una de las mayores crisis económicas del país y el villano favorito de la política nacional. Toscano canalizó todo ese desprecio en una letra que, sin mencionar nombres, dibujaba el perfil del líder que en aquellos tiempos era sinónimo de corrupción y traición. Un ser “maldito”, “rastrero”, “animal despreciable”.

Cuando Paquita la escuchó, no dudó en hacerla suya. Porque más allá de los líos políticos, ella tenía su propia historia de venganza personal. Alfonso Martínez, su segundo esposo, la engañó durante 25 años con otra mujer, con quien incluso tuvo una hija a escondidas.

Fue una traición de esas que hacen hervir la sangre. Y cuando Toscano le presentó la letra, ella supo que no necesitaba cambios: le bastó con subir al escenario y dejar que el veneno corriera. “Me estás oyendo, inútil?”, se convirtió en el grito que todas las dolidas coreaban con el alma en llamas.

Pero lo más fascinante es cómo esta canción trascendió. Lo que comenzó como una venganza íntima se transformó en un grito colectivo que ha retumbado en cantinas, bodas, reuniones familiares y hasta en protestas. Y lo irónico es que, sin quererlo, Carlos Salinas terminó compartiendo el mismo rincón del infierno con los exnovios infieles y los maridos abusivos.

La canción se estrenó en el disco “Taco placero” del 2004, pero ya antes era un himno en los conciertos de Paquita, donde la parte más eufórica del show llegaba cuando ella lanzaba sus insultos con el aplomo de quien sabe que su público quiere venganza, aunque sea simbólica. Porque en la música de Paquita, no se llora en silencio: se escupe la rabia con versos afilados.

Sin feminismo y sin discursos de empoderamiento, Paquita logró lo que pocos artistas han conseguido: convertirse en el desahogo perfecto para quienes alguna vez han sido pisoteados.

Por eso, su legado es más que un conjunto de canciones rancheras; es un arsenal de insultos convertidos en arte, donde la justicia se canta y el rencor se vuelve catarsis. Y si algo nos dejó claro con “Rata de dos patas”, es que a veces, la mejor venganza es gritar la verdad con todo el pulmón.

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