En un movimiento que podría tener repercusiones de largo alcance, el presidente ruso Vladimir Putin ha firmado un tratado de defensa mutua con Corea del Norte.

Putin y Kim Jong-un sellan alianza en medio del conflicto en Ucrania: un eje de resistencia contra occidente

MOSCÚ.— En un movimiento que podría tener repercusiones de largo alcance, el presidente ruso Vladimir Putin ha firmado un tratado de defensa mutua con Corea del Norte, un pacto que refuerza los lazos y políticos entre dos de los más firmes críticos de Estados Unidos y sus aliados.

Este acuerdo, concluido durante una visita de Putin a Pyongyang en junio, se ratificó el pasado 8 de noviembre y marca un paso hacia una cooperación militar sin precedentes entre ambas naciones. Entre sus cláusulas, el tratado establece una “ayuda militar inmediata” en caso de que cualquiera de los dos países sea atacado.

LA INTENSIFICACIÓN DE UNA ALIANZA ESTRATÉGICA

Este nuevo pacto es solo el último capítulo en una serie de acercamientos entre Moscú y Pyongyang desde que Rusia lanzó su ofensiva en Ucrania en 2022. Tanto Putin como el líder norcoreano, Kim Jong-un, han buscado fortalecer sus posiciones y resistir la presión de las sanciones económicas impuestas por Occidente.

La intensificación de esta alianza estratégica refuerza la noción de un “eje de resistencia” contra Estados Unidos y sus aliados, un frente que se ha endurecido en medio de la guerra en Ucrania y que se enfrenta ahora a crecientes desafíos en el escenario global.

De hecho, para ambas naciones, la firma de este acuerdo representa una reafirmación de sus posturas. Corea del Norte, aislada por décadas de sanciones internacionales debido a su programa nuclear y su régimen autocrático, encuentra en Rusia un socio dispuesto a desafiar el status quo.

Rusia, por su parte, enfrenta cada vez más sanciones de la Unión Europea y Estados Unidos, lo que le impulsa a forjar nuevas alianzas con países que, al igual que Pyongyang, rechazan las políticas occidentales.

¿UN NUEVO ACTOR EN LA GUERRA DE UCRANIA?

Informes de inteligencia de Corea del Sur, Ucrania y Estados Unidos sugieren que hasta 10.000 soldados norcoreanos podrían ya estar en Rusia, prestando apoyo en los combates contra Ucrania, especialmente en la región de Kursk.

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Aunque el Kremlin no ha confirmado oficialmente la presencia de estas tropas, cuando se le preguntó en octubre, Putin no desmintió la posibilidad, eludiendo el tema para criticar el respaldo militar de Occidente a Ucrania.

Este despliegue, si es veraz, podría complicar aún más el conflicto. La llegada de tropas norcoreanas agrega una dimensión adicional a la guerra, señalando la posibilidad de una expansión en la participación internacional de actores que tradicionalmente se habían mantenido al margen de los conflictos europeos.

Para Corea del Norte, el envío de tropas al conflicto también representa una oportunidad de mostrar lealtad hacia Rusia y de paso obtener experiencia militar en un campo de batalla contemporáneo.

LA ALARMA EN OCCIDENTE

La reacción en Washington y Bruselas no se ha hecho esperar. Tanto Estados Unidos como sus aliados europeos han expresado una gran preocupación por la posibilidad de que el conflicto en Ucrania se intensifique con la intervención de Corea del Norte.

La OTAN ha condenado firmemente el acuerdo, calificando esta relación como un riesgo significativo para la estabilidad global. La alianza militar entre Rusia y Corea del Norte implica un desafío directo para los esfuerzos de contención de Occidente, y plantea una serie de preguntas sobre las capacidades y estrategias que podrían emplearse para neutralizar esta nueva dinámica.

Por su parte, China ha mantenido un silencio cauteloso. Si bien China ha apoyado a Rusia de manera indirecta en la guerra, un acercamiento demasiado estrecho entre Moscú y Pyongyang podría inquietar a Beijing, que históricamente ha tenido una relación ambivalente con el régimen norcoreano.

La perspectiva de una alianza militar robusta entre estos dos países podría alterar el delicado equilibrio de poder en Asia, forzando a China a recalibrar sus alianzas y sus propias políticas de seguridad.

UN TRATADO QUE VA MÁS ALLÁ DE LA GUERRA

Putin describió este tratado como un “documento revolucionario”, una señal clara de que este acuerdo no es solo una alianza militar coyuntural, sino una estrategia de largo plazo que tiene como objetivo contrarrestar la influencia de Occidente en todos los frentes posibles.

En junio, durante la firma del acuerdo, Putin enfatizó que esta alianza es un paso hacia una nueva era de cooperación entre Rusia y Corea del Norte, un vínculo que supera los límites de la Guerra Fría y se adentra en un territorio de resistencia y desafío. en la geopolítica contemporánea.

Esta alianza también involucra el compromiso de ambos países de coordinar sus posiciones en organismos internacionales como la ONU, creando un bloque unificado en la arena diplomática mundial.

Además, buscan consolidar sus políticas para contrarrestar las sanciones impuestas, un esfuerzo conjunto que podría fortalecer su resistencia ante las medidas restrictivas de la comunidad internacional.

Este acuerdo cambia el panorama geopolítico y añade una capa de complejidad a un conflicto ya de por sí enrevesado. La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de esta alianza, y se espera que Estados Unidos y sus aliados reevalúen sus estrategias en Asia y Europa Oriental en respuesta a esta colaboración sin precedentes.


CRONOLOGÍA DE UNA ALIANZA EXPLOSIVA

  • Junio ​​de 2024: Putin visita Pyongyang y firma un tratado de defensa mutua con Kim Jong-un, estableciendo la base de una alianza militar.
  • Octubre de 2024: Informes de inteligencia sugieren que Corea del Norte ha desplegado unos 10.000 soldados en Rusia para participar en el conflicto en Ucrania.
  • 8 de noviembre de 2024: La Cámara Alta del Parlamento ruso ratifica el tratado de defensa mutua con Corea del Norte, consolidando la alianza.
  • 10 de noviembre de 2024: Putin firma y promulga oficialmente el tratado, que entra en vigor.