Vladimir Padrino López revisa un sistema antiaéreo portátil durante ejercicios de defensa en Caracas.
Vladimir Padrino López inspecciona lanzamisiles portátiles durante maniobras de la Fuerza Armada Nacional.

Arriba portaviones de EU a aguas latinoamericanas; Venezuela moviliza defensa ante cerco militar

CARACAS.— El Gerald Ford, el portaviones más grande y poderoso del mundo, entró a aguas de América Latina y el Caribe.

La nave, impulsada por un reactor nuclear y con una tripulación de 5 mil efectivos, se incorporó a la campaña militar del Pentágono bajo el argumento de combatir al narcotráfico. Su arribo, sin embargo, reavivó las tensiones con Venezuela, que respondió de inmediato con una movilización de defensa a nivel nacional.

El Comando Sur de Estados Unidos confirmó el desplazamiento del buque insignia, aunque sin precisar su ubicación exacta, limitándose a informar que el Gerald Ford operará en su “área de responsabilidad”, una vasta franja que abarca buena parte del Atlántico y el Caribe.

Según el Departamento de Defensa, el despliegue busca “debilitar y desmantelar organizaciones criminales trasnacionales”, reforzando la capacidad de vigilancia estadounidense en el hemisferio.

Con más de 75 aviones de combate —incluidos F-18 Super Hornet y E-2 Hawkeye—, radares de alerta temprana y un sistema de control aéreo de última generación, el Gerald Ford representa una de las mayores demostraciones de fuerza estadounidense en la región en las últimas décadas.

Para Caracas, no hay dudas: se trata de un acto de intimidación militar. “El objetivo es claro: derrocar a mi gobierno”, denunció el presidente Nicolás Maduro, quien ordenó el despliegue de unidades terrestres, aéreas y navales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

EL CARIBE EN ALERTA

El Ministerio de Defensa venezolano anunció un “despliegue masivo de medios terrestres, navales, fluviales y misilísticos”, acompañado por la milicia bolivariana —civiles enlistados en labores de defensa— y otras estructuras de seguridad.

La orden del general Vladimir Padrino López fue emitida de madrugada y replicada en todos los estados del país, en un mensaje de reafirmación del poder militar frente a Estados Unidos.

El contexto es explosivo. Desde septiembre, el ejército estadounidense ha bombardeado al menos 20 embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, acusadas de transportar drogas hacia territorio norteamericano.

Los ataques, que dejaron 76 muertos, fueron justificados como parte de una “operación antinarcóticos”, aunque ni Washington ni el Pentágono han presentado pruebas públicas. Venezuela y Colombia los consideran actos ilegales y desproporcionados.

En Caracas, las imágenes de tropas, tanques y misiles recorren los canales oficiales. Maduro insiste en que Venezuela “no busca la guerra, pero no la teme”. En la práctica, el despliegue es tanto una advertencia al exterior como un mensaje al interior: el poder militar se mantiene leal y listo, en un país donde la retórica bélica sigue siendo el combustible de la unidad chavista.

Vladimir Padrino López, ministro de Defensa de Venezuela, supervisa el despliegue de tropas en Caracas.
Vladimir Padrino López dirige operaciones de despliegue militar venezolano ante tensiones con Estados Unidos.

PUNTO POR PUNTO

  • El portaviones Gerald Ford puede albergar 75 aviones y operar de forma autónoma durante meses.
  • 76 personas han muerto en ataques estadounidenses contra embarcaciones en el Caribe.
  • Reino Unido y Colombia rompieron cooperación de inteligencia con EE.UU.
  • Rusia respalda a Maduro y denuncia “agresión occidental”.
  • América Latina evita alinearse ante la tensión creciente.

FRICCIONES DIPLOMÁTICAS

El movimiento de Washington no solo irritó a Caracas. También alejó a algunos de sus aliados tradicionales. En Londres, el Reino Unido anunció que dejará de compartir información de inteligencia con Estados Unidos sobre embarcaciones sospechosas de narcotráfico.

Según fuentes citadas por CNN, la decisión se tomó “para no convertirse en cómplice de ataques ilegales” que violan el derecho internacional. Reino Unido mantiene bases de vigilancia en varios territorios caribeños y su cooperación con la Casa Blanca era un pilar de las operaciones marítimas.

El distanciamiento británico se suma a la decisión del presidente colombiano Gustavo Petro, quien ordenó suspender toda cooperación de inteligencia con agencias estadounidenses mientras continúen los ataques en el Caribe.

“La lucha contra las drogas debe subordinarse a los derechos humanos del pueblo caribeño”, sostuvo. La medida profundiza la grieta con la administración de Donald Trump, que acusa a Petro de ser “aliado del narcotráfico”.

Mientras tanto, Rusia reiteró su respaldo a Venezuela. El canciller Serguéi Lavrov calificó los ataques de Estados Unidos como “una agresión arbitraria” y aseguró que Moscú defenderá la soberanía venezolana frente a cualquier intento de intervención. La Duma rusa aprobó una condena formal a Washington, en lo que muchos analistas interpretan como una reactivación de la tensión Este-Oeste en el Caribe.

UN TABLERO DE RIESGOS

El despliegue del Gerald Ford —que se suma a ocho buques de guerra, un submarino nuclear y escuadrones de F-35— coloca a la región en su mayor punto de fricción desde los años noventa.

Lo que comenzó como un operativo contra el narcotráfico se transformó en un juego geopolítico de alcance hemisférico: Estados Unidos reafirma su influencia militar, Venezuela responde con movilización y Rusia capitaliza la confrontación como aliado estratégico.

En medio del ruido, América Latina observa con cautela. México, Brasil y Argentina llaman al diálogo, pero saben que el rearme discursivo y militar puede desbordarse fácilmente. El Caribe, otra vez, se convierte en una frontera de poder: entre las rutas del narcotráfico, los intereses energéticos y los ensayos de influencia global.


EL NUEVO CERCO MILITAR

ActorMovimiento recienteObjetivo declarado
EE.UU.Despliegue del portaviones Gerald Ford y fuerzas combinadasCombatir el narcotráfico y fortalecer la seguridad hemisférica
VenezuelaMovilización de medios militares y civilesDefender la soberanía y responder a “amenazas imperiales”
RusiaCondena a Washington y respaldo militar a CaracasProteger a su aliado estratégico en América Latina
ColombiaSuspensión de cooperación de inteligencia con EE.UU.Protestar por ataques en el Caribe
Reino UnidoRompe intercambio de información con WashingtonEvitar complicidad en bombardeos ilegales

Fuente: Comunicados de defensa y cancillerías de EE.UU., Venezuela, Colombia, Reino Unido y Rusia.

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