El gobierno de México ha anunciado que enviará un representante oficial a la toma de posesión de Nicolás Maduro, quien comenzará un nuevo periodo presidencial en Venezuela. Esta decisión ha generado una mezcla de críticas y respaldo en los ámbitos políticos y sociales, tanto a nivel nacional como internacional.
La Secretaría de Relaciones Exteriores confirmó que la participación de México tiene como objetivo mantener el diálogo y los canales diplomáticos abiertos con Venezuela. Según la cancillería, esta acción responde al compromiso del país con la política de no intervención y autodeterminación de los pueblos.
“México busca preservar relaciones basadas en el respeto mutuo y el entendimiento entre naciones”, destacó la dependencia en un comunicado.
Ante esto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, fue cuestionada en su conferencia matutina respecto a si recibió alguna invitación para acudir a la toma de protesta de Maduro.
En respuesta, la titular del Ejecutivo Federal refirió que no será ella quien visite el país sudamericano para la asunción del dictador, sino que “va a ir una representación” o, en todo caso, el embajador de México en Venezuela, cargo que actualmente ocupa Leopoldo de Gyvés de la Cruz.
Un movimiento diplomático que divide opiniones
La decisión de enviar un representante a la ceremonia de Nicolás Maduro no ha pasado desapercibida. Algunos sectores consideran que este gesto refuerza los lazos con un gobierno señalado por violaciones a los derechos humanos y problemas democráticos. Otros, en contraste, lo ven como un acto coherente con la política exterior histórica de México.
Organismos internacionales y varios países han cuestionado la legitimidad del gobierno de Maduro, mientras que algunos aliados, como Rusia y China, han respaldado su mandato. En este contexto, la postura de México adquiere especial relevancia en el panorama geopolítico de América Latina.
Implicaciones para la relación México-Venezuela
Al enviar un representante a la toma de posesión, el gobierno mexicano se posiciona como un actor que busca el equilibrio diplomático en una región marcada por tensiones políticas. Este movimiento podría fortalecer la relación bilateral con Venezuela, pero también generar críticas de países y organizaciones que desconocen a Maduro como presidente legítimo.
Con esta acción, México reafirma su compromiso con una política exterior que prioriza la diplomacia, a pesar de los retos que esto pueda implicar en términos de percepción internacional.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí