Algo cambió en el tono del gobernador Javier May Rodríguez este lunes. Ya no fue sólo el promotor de programas sociales o el defensor de los pobres. Se presentó como un jefe de Estado que marca línea, levanta la voz, desactiva críticas y, sobre todo, pone sobre la mesa una avalancha de obras públicas como respuesta a las protestas del fin de semana.
En la rueda de prensa semanal, el gobernador pasó de las explicaciones al señalamiento. Acusó a la “derecha” de disfrazarse de ambientalista, criticó la desinformación sobre el proyecto del Museo Nacional Olmeca, y contraatacó con una batería de proyectos que, si se cumplen, podrían redefinir el rostro urbano y la gobernabilidad del estado.
“Nosotros no vinimos a improvisar”, soltó. Enseguida describió el nuevo penal en Uyimbacillo, la primera etapa del C5, el centro de convenciones, el puente gemelo del Carrizal, la rehabilitación del Parque La Venta y el plan maestro Villahermosa 2030. Obras con nombre y dirección.
PLAN DE GOBIERNO
Hay un patrón en el discurso de May: no responde críticas con retórica, sino con proyectos. Frente al escándalo en redes sociales y marchas que reunieron a unas 400 personas, el gobernador endureció el mensaje pero mantuvo un fondo político: su administración quiere ser recordada como la que transformó Tabasco sin improvisar ni corromper.
En esa lógica, detalló que el nuevo puente gemelo del Carrizal resolverá el cuellos de botella en la salida a Cárdenas. Y, con ironía, agregó: “a ver si también se manifiestan por eso”.
El mismo tono aplicó para el Centro de Convenciones que prometió en campaña, y para el penal de mediana seguridad que sustituirá un centro penitenciario hoy en desuso. No sólo es infraestructura: es narrativa.
SEGURIDAD Y CONTROL
Entre líneas, el mensaje al gabinete de seguridad fue claro: hay respaldo. Pero también expectativas. Con el nuevo C5, se pasará de 1,200 a 5,000 cámaras. Es una declaración de vigilancia, pero también de Estado presente. “Cuando yo llegué, sólo funcionaban 600 cámaras. Ahora ya funcionan todas y vamos por más”, afirmó.
La inversión en seguridad es, según el gobernador, la más alta en la historia del estado. Pero no sólo en tecnología: también se están formando nuevos cadetes y se rehabilita el penal de Uyimbacillo.
May está construyendo el andamiaje de una nueva gobernabilidad. La seguridad no sólo es presencia militar, también es inteligencia urbana, infraestructura funcional y un control narrativo eficaz.
ENERGÍA Y PASADO
La narrativa de Javier May también sirvió para ajustar cuentas con el pasado. Reveló que el deterioro del sistema eléctrico estatal se originó por un pleito entre el exgobernador Adán Augusto López y el director de la CFE, Manuel Bartlett.
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Ese conflicto, dijo, “provocó que la Comisión Federal abandonara el mantenimiento en Tabasco”. Su gobierno ya logró revertir eso: condonó un adeudo de 2,500 millones de pesos y firmó un nuevo convenio para garantizar el subsidio eléctrico.
En tres semanas se presentará un diagnóstico de la red eléctrica de todo el estado. Se prevé la construcción de subestaciones, cambio de transformadores, recalibración de líneas. Es decir: estado operativo, no simbólico.
MUSEO Y RESPUESTAS
El caso del Museo Nacional Olmeca no está cerrado. Pero May busca desmontar la narrativa de la oposición: no hay proyecto ejecutivo, no hay tala de árboles, no hay traslado de cabezas colosales.
Lo que sí hay, dijo, es una voluntad clara: “cuando tengamos el proyecto ejecutivo, se va a socializar y someter a consulta pública”.
La frase clave fue otra: “No hacer nada y dejar que se siga deteriorando el patrimonio Olmeca sería un crimen cultural”.
Aquí May se coloca como heredero del espíritu de Carlos Pellicer: conservar y dar acceso. Como si el museo fuera no sólo una obra, sino una cruzada por la identidad cultural.
GOBERNABILIDAD EN CURSO
Con estas declaraciones y anuncios, Javier May pone una línea clara entre quienes gestionan el poder desde el territorio y quienes lo comentan desde el aire acondicionado.
La semana lo empujó a endurecer su discurso. Pero lo que hizo fue mostrar una arquitectura completa de gobernabilidad: cultura, seguridad, energía, infraestructura y planeación urbana.
No es poca cosa para un gobierno que apenas cumple su primer año. La oposición intentará responder. Pero el mensaje está dado: May no se quedará callado y responderá con hechos.