En política, las cifras de obra pública suelen pasar inadvertidas entre el fárrago de informes y conferencias. Sin embargo, cuando se acumulan datos duros de inversión, empleo y cobertura social, cobran un sentido mayor: muestran la apuesta de un gobierno por hacer de la infraestructura no un adorno presupuestal, sino un motor de desarrollo.
El caso de Tabasco es ilustrativo. De acuerdo con el reporte de la Secretaría de Ordenamiento Territorial y Obras Públicas (SOTOP), en lo que va de 2025 el estado ha ejercido 2 mil 908 millones de pesos en infraestructura, con lo que ha generado más de 18 mil 930 empleos directos e indirectos, beneficiando a más de 2 millones de habitantes.
No es un simple gasto, sino un mensaje político: el desarrollo no se decreta, se construye.

UN COMPROMISO EN MARCHA
Durante la conferencia de prensa encabezada por el gobernador Javier May Rodríguez, el titular de la SOTOP, Daniel Arturo Casasús Ruz, precisó que, al concluir el año, se habrán ejercido más de 3 mil 100 millones de pesos, cumpliendo el compromiso anunciado desde enero.
El desglose ofrece un panorama concreto: en los primeros tres meses se realizaron 116 obras estatales, 41 de la Junta Estatal de Caminos, 3 mil 200 acciones de vivienda por parte de Invitab y 26 proyectos hidráulicos a través de la CEAS.
En paralelo, la infraestructura educativa ha absorbido 400 millones de pesos. Solo la SOTOP destina 165 millones para construir 69 aulas nuevas, además de sanitarios, centros de cómputo, talleres, laboratorios, subestaciones y canchas de usos múltiples. El énfasis es claro: crear espacios dignos que acompañen el proceso educativo.
LAS CALLES Y LOS SERVICIOS
El paquete urbano no se queda atrás: 747 millones de pesos han permitido levantar 223 mil metros cuadrados de concreto hidráulico, 60 mil metros cuadrados de banquetas, 51 mil de guarniciones y más de 99 mil metros cuadrados de rehabilitación de edificios.
A ello se suman 19 mil metros lineales de red de agua potable, otros tantos de drenaje, más de 4 mil metros de red eléctrica y 466 postes de alumbrado público. Es decir, la obra pública que toca la vida cotidiana: la calle iluminada, la red de agua que llega, el drenaje que funciona.
En esa lógica, lo urgente y lo elemental se han colocado como prioridades.
EDUCACIÓN Y EQUIDAD
La inversión educativa no solo se concentra en aulas y laboratorios. Incluye acciones de impermeabilización, mantenimiento de edificios, instalación de luminarias y ventiladores. El mensaje es doble: atender rezagos históricos y garantizar condiciones mínimas de equidad para miles de estudiantes.
En un estado donde las cifras de pobreza descendieron del 56.3% en 2018 al 34.8% en 2024, la infraestructura escolar representa algo más que ladrillos: se convierte en instrumento de movilidad social.
PLANES POR INICIAR
El informe no se limita a lo ya realizado. Están por arrancar 12 obras con 92 millones del Fondo de Infraestructura Social, tres más con 25 millones del Fondo de Hidrocarburos y proyectos del FAM Regular y Potenciado que suman 129 millones de pesos adicionales.
Entre las obras en proceso destacan la rehabilitación de la Piscifactoría en Teapa, el nuevo plantel del Cobatab en Pomoca, la edificación del Hospital General de Cárdenas y pavimentaciones con drenajes en diversos municipios.
Más allá de la suma de contratos, lo que se juega es la idea de que la infraestructura deje de ser un mosaico de obras inconexas y se convierta en un plan integral de desarrollo.
EL FACTOR POLÍTICO
El énfasis en la infraestructura revela también un cálculo político. Javier May busca consolidar su narrativa del “Gobierno del Pueblo” no solo en programas sociales, sino en resultados palpables: calles reparadas, escuelas rehabilitadas, hospitales en construcción.
De esa forma, el gobernador conecta la política social —que ya permitió que 451 mil tabasqueños dejaran la pobreza en seis años— con una política de obra pública que genera empleo, reactiva la economía y sienta bases para el bienestar.
La apuesta es clara: no solo transferir recursos, sino levantar cimientos que resistan el paso del tiempo y las administraciones.
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EL DESAFÍO DE FONDO
La pregunta de fondo es si esta inversión se traducirá en crecimiento sostenido. Los más de 3 mil millones de pesos estimados para 2025 marcan un récord, pero el verdadero examen será su impacto a mediano plazo: en la competitividad, en la calidad de vida, en la capacidad del estado de sostener un desarrollo menos dependiente del gasto federal.
Tabasco, tierra de contrastes, busca hoy construir con concreto y acero lo que antes se quedaba en discurso: una plataforma de bienestar. El reto será no abandonar el camino.
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