El líder nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro “Alito” Moreno, ha generado sorpresa al celebrar públicamente la victoria del Frente Amplio, una coalición de izquierda, en las elecciones presidenciales de Uruguay.
Este gesto se da en un contexto político peculiar: el PRI, tradicionalmente identificado con el centro, se ha aliado en las últimas elecciones mexicanas con el Partido Acción Nacional (PAN), de derecha, y con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), formando la coalición Va por México .
Desde Montevideo, Moreno apareció sonriente en los festejos por la victoria de Yamandú Orsi y Carolina Cosse, fórmula presidencial del Frente Amplio.
En sus redes sociales, el líder priista expresó: “Felicito a Yamandú Orsi y al Frente Amplio por su victoria en las elecciones presidenciales de Uruguay. El pueblo uruguayo ha elegido un liderazgo comprometido con el desarrollo y el fortalecimiento de su nación.”
El hecho de que un dirigente de un partido actualmente aliado con la derecha mexicana respalde a un líder de izquierda en otro país ha desatado cuestionamientos sobre la coherencia ideológica del PRI en este momento histórico.
Una celebración en el corazón de la izquierda.
La presencia de Moreno en Montevideo no se limitó a la celebración en redes. Durante su estancia, se celebraron reuniones con Fernando Pereira , presidente del Frente Amplio, y el expresidente José “Pepe” Mujica , una de las figuras más emblemáticas de la izquierda latinoamericana.
En redes sociales, Moreno escribió: “Fue un honor compartir reflexiones con Pepe Mujica sobre los desafíos que enfrentan nuestras naciones y la importancia de construir sociedades más justas y solidarias”. Estas palabras contrastan con las posturas asumidas por el PRI en México, donde, en alianza con el PAN, ha apoyado agendas consideradas más conservadoras en temas como seguridad y política económica.
SHEINBAUM Y MORENO: DOS APOYOS DESDE MÉXICO
Mientras Moreno celebraba presencialmente el triunfo de la izquierda en Uruguay, la presidenta Claudia Sheinbaumtambién felicitó a Yamandú Orsi y Carolina Cosse, subrayando la afinidad ideológica entre su administración y el Frente Amplio.
“El pueblo uruguayo demuestra nuevamente su vocación democrática y progresista con el regreso del Frente Amplio al poder” , escribió Sheinbaum en un mensaje que refleja la importancia de la victoria para los movimientos progresistas de América Latina.
Sin embargo, las motivaciones de ambos líderes mexicanos parecen contrastar: mientras Sheinbaum fortalece alianzas naturales con gobiernos afines,
Moreno parece buscar en este respaldo un reposicionamiento estratégico para el PRI en un entorno político complejo, donde su alianza con el PAN y el PRD se ha diluido parte de su identidad histórica.
ANÁLISIS: ¿OPORTUNISMO O ESTRATEGIA?
El respaldo de Moreno al Frente Amplio plantea preguntas clave sobre la coherencia política del PRI. ¿Es este un gesto genuino de apoyo a un proyecto progresista, o una estrategia para reposicionar al partido en el espectro político latinoamericano?
El PRI, que gobernó México durante más de 70 años y que históricamente osciló entre el centro y la izquierda, ha adoptado en los últimos años una posición más pragmática. Su alianza con el PAN, un partido de derecha, y el PRD, de izquierda, ha generado tensiones internas y críticas externas.
Ahora, con este gesto hacia el Frente Amplio, Moreno parece intentar mantener una conexión con las bases progresistas que alguna vez identificaron al PRI como un partido de reformas sociales.
Frente Amplio y PRI: ideologías que convergen y contrastan
Partido/Coalición | Ideología | Contexto actual |
---|---|---|
PRI | Centro (históricamente) | Aliado con PAN (derecha) y PRD (izquierda). |
Frente Amplio | Izquierda progresista | Retorna al poder tras derrota en 2019. |
UN PANORAMA POLÍTICO QUE TRASCIENDE FRONTERAS
La victoria del Frente Amplio no solo reactiva el liderazgo progresista en Uruguay, sino que también abre un espacio para reflexionar sobre las alianzas políticas en América Latina.
La sintonía entre figuras como Claudia Sheinbaum y Yamandú Orsi refuerza la consolidación de una agenda progresista en la región. Sin embargo, gestos como el de Alejandro Moreno destacan por su ambigüedad y reflejan un intento del PRI de equilibrar su posición entre aliados de derecha y su tradición de centroizquierda.
La pregunta de fondo es si este tipo de acercamientos serán vistos como un intento genuino de reconstrucción ideológica o como una maniobra oportunista en busca de relevancia en un panorama político cada vez más fragmentado.