CDMX.— La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014 marcó un punto de quiebre en la historia contemporánea de México. A casi una década de los hechos, la presidenta Claudia Sheinbaum ofreció iniciar una “nueva ruta” en las investigaciones para esclarecer los hechos y localizar a los estudiantes.
Este anuncio se dio durante su primera reunión con los familiares de los desaparecidos, un encuentro que marca el inicio de una nueva etapa en el diálogo entre las autoridades y las víctimas.
El compromiso de Sheinbaum incluye la revisión de los expedientes por un nuevo equipo, el uso de tecnología avanzada para la localización de lugares clave y el análisis de intervenciones legales en teléfonos.
Además, prometió fortalecer la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia (Covaj), una instancia que, aunque necesaria, ha sido objeto de críticas por sus limitados avances.
LA PRESIÓN SOBRE EL EJÉRCITO Y LOS PENDIENTES CLAVE
Uno de los puntos más sensibles es la entrega de 800 folios con información que presuntamente implicaría al Ejército en la desaparición de los normalistas. La presidenta prometió gestionar esta información con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), aunque también subrayó la necesidad de evitar polarizaciones innecesarias en torno al papel de las fuerzas armadas.
“El tema del Ejército es un asunto de alta tensión que requiere un manejo cuidadoso. No podemos permitir que este punto detenga los avances en la investigación”, afirmó Vidulfo Rosales, abogado de las familias.
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Otro tema central es la extradición de Tomás Zerón de Lucio, ex titular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), quien se encuentra prófugo en Israel. Aunque Sheinbaum reiteró su compromiso de insistir en su extradición, recordó que el proceso depende enteramente de las decisiones del gobierno israelí.
¿UN CAMBIO REAL O UN NUEVO INTENTO FALLIDO?
El anuncio de una nueva ruta en las investigaciones llega en un momento en que el caso Ayotzinapa enfrenta una de sus mayores crisis de credibilidad. Para los familiares de los desaparecidos, las promesas de Sheinbaum representan un rayo de esperanza, pero también una nueva prueba para un gobierno que debe demostrar voluntad política y resultados concretos.
“El tiempo de los anuncios ya pasó; ahora lo que queremos son avances reales”, enfatizó Melitón Ortega, vocero de las familias.
CLAVES DE LA NUEVA ESTRATEGIA
- Nuevo equipo: Revisión integral de los expedientes por un grupo especializado.
- Uso de tecnología: Localización de lugares clave e intervenciones telefónicas.
- Fortalecimiento de la Covaj: Mayor capacidad operativa para la Comisión.
- Gestión ante Sedena: Entrega de los 800 folios con información clave.
- Extradición de Zerón: Insistencia diplomática con el gobierno de Israel.
UNA PROMESA QUE EXIGE RESULTADOS
La reunión, realizada en el Salón Guillermo Prieto de Palacio Nacional, concluyó con una agenda de seguimiento que incluye un nuevo encuentro en febrero de 2025. Sheinbaum busca distanciarse del desgaste institucional que el caso ha causado a sus antecesores, ofreciendo una postura más abierta al diálogo y al uso de herramientas modernas en la investigación.
Sin embargo, la magnitud del reto no puede subestimarse. Ayotzinapa no solo es un caso de desaparición forzada; es un símbolo de impunidad, desconfianza en las instituciones y resistencia social. En ese contexto, el éxito de Sheinbaum dependerá no solo de las acciones concretas, sino también de la capacidad de su gobierno para reconstruir la confianza en un proceso plagado de inconsistencias.
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