A 30 años del desalojo, May lanza dura advertencia: ‘No volverán corruptos y represores’!

A 30 años del desalojo de perredistas de Plaza de Armas, Tabasco revive un capítulo que marcó no solo la historia política local, sino también la memoria colectiva de quienes presenciaron un acto de represión que dejó huella en la conciencia ciudadana.

Para muchos, aquella fecha sigue siendo un símbolo de la resistencia que, con el paso del tiempo, impulsó cambios decisivos en la forma de ejercer el poder en la entidad.

Hoy, al frente del Gobierno, Javier May Rodríguez ha retomado ese espíritu para rendir homenaje a las mujeres y hombres que lucharon en momentos adversos y, a su vez, reivindicar el anhelo de justicia y democracia que permanece vivo en el ánimo tabasqueño.

En sus redes sociales, el Gobernador compartió una fotografía de Plaza de Armas acompañada de un mensaje donde hace énfasis en que “ahora gobierna el pueblo” y señala que “no volverán los corruptos y represores”.

Con ello, busca subrayar el valor de la defensa de los derechos ciudadanos, recordando que la represión de hace tres décadas no fue un episodio aislado, sino parte de un contexto en el que el viejo régimen priista mostraba síntomas de desgaste ante un perredismo que crecía bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador.

EN MEDIO DE SEÑALAMIENTOS

En medio de la conmemoración, se han escuchado voces críticas que cuestionan la forma en que se conduce la administración estatal.

Sin embargo, varias de estas declaraciones han sido amplificadas y, en ocasiones, interpretadas de manera controvertida por algunos medios como Telerreportaje, generando confusiones que han colocado al Gobernador en el ojo del huracán.

Un ejemplo es la supuesta alusión de que alguien en el entorno político pidiera la renuncia de May, cuando en realidad, la frase fue matizada y parte de un contexto distinto.

Lo cierto es que la coyuntura actual presenta retos considerables, sobre todo en el tema de seguridad, donde las cifras han provocado preocupación en la opinión pública, aunque el Gobierno de May mantiene que se están redoblando esfuerzos para atajar la violencia.

Mientras tanto, otros actores de la vida política local, como Pedro Jiménez León del Movimiento Ciudadano, han apuntado a la necesidad de mayor transparencia en el combate al crimen organizado; y antiguos referentes del PRI, casos de Roberto Madrazo y Manuel Andrade Díaz, han expresado cuestionamientos sobre la capacidad de la actual gestión.

No obstante, el Ejecutivo estatal se muestra convencido de que el legado de la resistencia perredista debe traducirse en acciones de gobierno que prioricen la justicia social, la seguridad y el bienestar de la población, por encima de disputas partidistas.

CONMEMORAN DESALOJO

El pasado fin de semana, el llamado “Movimiento Democrático 19 de Enero” conmemoró el trigésimo aniversario de aquellos sucesos que conmocionaron a Tabasco en 1994.

Con un acto solemne y significativo, se inauguró una exposición de 23 fotografías de Tomás Rivas que retratan el dolor y la indignación de aquel desalojo de perredistas de Plaza de Armas.

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El corte de listón, a cargo de Antonio Solís Calvillo, reunió a veteranos de aquella lucha, así como a una nueva generación de tabasqueños interesados en conocer la historia detrás de uno de los pasajes más crudos del quehacer político local.

Como parte de las actividades conmemorativas, se organizó un concurso de oratoria donde participaron más de 10 jóvenes que, en sus discursos, reflexionaron sobre la transformación que ha vivido Tabasco y los pendientes que aún persisten.

Sus voces, en su mayoría, coincidieron en que la memoria no debe utilizarse para anclar el presente en el resentimiento, sino para impulsar soluciones concretas que resuelvan problemas actuales, especialmente en materia de seguridad y desarrollo económico.

En este panorama, Javier May Rodríguez insiste en subrayar la continuidad de un proceso histórico encabezado por el hoy Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Asegura que la mejor forma de honrar la memoria de los reprimidos hace 30 años es mantener el rumbo firme, gobernando con los principios de austeridad, combate a la corrupción y cercanía con la gente.

De allí, su reiterada consigna de que “no habrá paso atrás” frente a quienes buscan —según su perspectiva— devolver a Tabasco a una etapa autoritaria.

A fin de cuentas, el trasfondo de esta conmemoración sugiere que el pasado y el presente confluyen en un mismo espacio.

El desalojo de perredistas de Plaza de Armas sigue vivo como un recordatorio de la fuerza que puede ejercer la ciudadanía cuando se siente agraviada, y May, con un discurso sutilmente positivo, pretende encauzar ese legado hacia la consolidación de la gobernabilidad y la paz social.

Para la mayoría de los tabasqueños, lo esencial es ver resultados tangibles en sus comunidades, reflejados en una disminución de la violencia y un aumento de las oportunidades de empleo y desarrollo.

Aunque los señalamientos de personajes como Beaurregard o los exgobernadores priistas persisten, la postura oficial se mantiene: el Gobierno de Tabasco asegura contar con el respaldo de las instituciones y los ciudadanos que anhelan un cambio real.

El matiz más importante de esta fecha radica en la necesidad de que, a 30 años de la represión, la lección aprendida sea encauzada hacia la reconciliación y el progreso, antes que a la confrontación estéril.

De lo contrario, el recuerdo de aquel desalojo se convertiría en un mero eco lejano, incapaz de incidir en la realidad de hoy.

Para quienes tienen la esperanza de ver un Tabasco próspero, la conmemoración de este aniversario les recuerda que la lucha democrática no se limita a los reflectores de la Plaza de Armas, sino que se teje día a día en la vida de cada familia, cada colonia y cada municipio.

Bajo esa idea, May Rodríguez y su equipo procuran —a pesar de las críticas— reforzar políticas de cercanía y atención social, confiando en que un gobierno sensible a las demandas ciudadanas puede cerrar las brechas históricas que años atrás se visibilizaron con la represión.