En una jornada bajo la lluvia, el gobernador Javier May encabezó actividades en Tacotalpa: entregó apoyos a mujeres, supervisó obras, activó Sembrando Vida estatal y conmemoró el natalicio de Juárez. Pueblo, compromiso y transformación.

Crónica | Tacotalpa bajo la lluvia: May entrega apoyos, siembra bienestar y escucha al pueblo

TACOTALPA.— Tacotalpa amaneció con el cielo cerrado y el olor a tierra mojada trepando por las veredas de la sierra. La neblina, espesa como cortina de teatro, se colaba entre los tejados de lámina y los pliegues de las montañas.

Tláloc se hizo presente desde temprano, pero ni su insistencia fue capaz de detener el paso del Gobernador Javier May Rodríguez, quien desde antes de las ocho de la mañana ya encabezaba la Mesa de Coordinación para la Construcción de Paz y Seguridad, con la puntualidad de quien sabe que el tiempo, en política y en el campo, vale más que el oro.

Así comenzó una jornada de seis actos en menos de doce horas. Una gira como las de antes, a pie, a ras de suelo, sin cortinas de humo ni caravanas desproporcionadas. Porque el gobernador, como lo diría algún viejo campesino, “trae tierra en las botas y palabra empeñada”.

EL JUÁREZ DE LA SIERRA

La primera parada significativa fue en el parque central de Tacotalpa, donde May encabezó el acto cívico por el 219 aniversario del natalicio de Benito Juárez. Rodeado por estudiantes, autoridades municipales y pobladores, rindió homenaje al Benemérito de las Américas con un discurso que resonó más allá del protocolo.

Ahí, frente al busto del prócer oaxaqueño, el secretario de Salud, Alejandro Calderón Alipi, subrayó que “el pensamiento juarista no está en los libros, sino en la calle y en el gobierno que camina con el pueblo”.

Fue un guiño histórico y político. Juárez, el republicano austero, parecía mirar desde su pedestal cómo otro sureño —mestizo, tabasqueño y terco— recogía su estandarte.

OBRA ENTRE LODO

La jornada siguió entre charcos y techos de lámina goteando. En el Jardín de Niños Mercedes Lanz de González, el gobernador supervisó la construcción de cuatro nuevas aulas, una obra que se alzaba, literal, entre el lodo. Caminó con paso firme por el patio cubierto de tierra removida, saludó a maestras y preguntó por la matrícula.

Una niña, menuda y valiente, se le acercó. Le pidió la segunda etapa del proyecto. No usó palabras rebuscadas ni se detuvo en agradecer; fue directa, como suelen ser los niños cuando hablan con franqueza. El gobernador se inclinó, la escuchó con atención y le prometió que se llevaría la petición.

En ese instante, mientras la niña regresaba a su grupo y la lluvia golpeaba el techo de lámina, algo quedó claro: hay gobernantes que despachan desde el escritorio, y hay quienes gobiernan desde el lodo.

CALLE CON NOMBRE Y DIGNIDAD

Minutos después, en la calle 2 de Abril, lo esperaban vecinos como don Jorge Ovando y don Marcos Osorio. Este último, desde su tiendita, se asombró al ver al mandatario cruzar la avenida entre la llovizna, sin paraguas ni escolta ampulosa, hasta resguardarse bajo un toldo.

Ahí supervisó la pavimentación hidráulica de un tramo de 230 metros cuadrados. Una obra pequeña, si se mira en cifras, pero enorme en dignidad para quienes durante dos décadas caminaron entre lodazales. “Ahora sí nos hicieron justicia”, dijo Jorge. Y en su voz no había halago, sino alivio.

TANDAS QUE SIEMBRAN LIBERTAD

Más tarde, en un espacio techado, la cancha del pueblo fue punto de encuentro para otro acto clave: la entrega de certificados del programa Tandas para la Mujer. Trescientas emprendedoras —la mayoría indígenas chol y zoque— recibieron los papeles que acreditan su incorporación al programa de autoempleo.

“Las mujeres deben ser libres no solo de palabra, sino en los hechos”, dijo Javier May, y en esa frase resumió su visión de desarrollo. Este año, el gobierno invertirá 50 millones de pesos en estas tandas, y el próximo, el doble. Cada mujer beneficiada es una semilla que el gobierno espera ver florecer en negocios, independencia y futuro.

Romelia Gómez, con voz clara y manos curtidas por el trabajo, habló a nombre de las beneficiarias: “Con esto vamos a ayudar a nuestros hijos, a nuestras familias y a nuestros sueños”.

SEMBRANDO ESPERANZA

La lluvia no dio tregua, pero la voluntad tampoco. En el Centro Integrador de Xicoténcatl, enclavado en la zona Chol, el gobernador encabezó la Jornada de Atención al Pueblo en Territorio. Bajo techo, cientos de ciudadanos aguardaron desde temprano. Uno a uno fueron escuchados.

Ahí, en voz alta y sin rodeos, Javier May anunció la incorporación de 5 mil nuevos productores al programa Sembrando Vida estatal en Tacotalpa, que sumados a los 4,500 que ya reciben apoyo federal, harán de este municipio una potencia rural con casi 10 mil sembradores.

El campo tabasqueño, tantas veces olvidado, ahora tiene un rostro visible y un compromiso formal: producir cacao, maíz, plátano y vida. Durante su intervención, el gobernador recordó que, con el respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum, el cacao local se comprará a precio de garantía, y se transformará en chocolate y cocoa para ser vendido en las 24 mil Tiendas del Bienestar.

PUEBLO Y JUSTICIA

En ese mismo foro, entre peticiones y respuestas, Javier May soltó una frase histórica: “El 1 de junio, el pueblo elegirá a sus jueces”. La elección del Poder Judicial en Tabasco se asoma como un hecho sin precedentes, y el mandatario pidió a la gente que participe, que ejerza ese derecho como se siembra maíz: con esperanza y certeza.

Se fueron apagando los altavoces, la llovizna cesó y los caminos de la sierra comenzaron a despejarse. A esa hora, en las comunidades más altas, aún se comentaban las visitas, las promesas y los apretones de manos.

No hubo descanso ni discursos de salón. Solo pueblo, lodo, techos goteando y una jornada donde la política se hizo con los pies sobre la tierra y la mirada en el porvenir.

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