Jóvenes tabasqueños hacen historia con su mejor cosecha de medallas en una década.

¡Tabasco rompe sus límites! La tierra del cacao también sabe ganar medallas

En el calor húmedo de julio, bajo el cielo espeso de Veracruz, un puñado de jóvenes tabasqueños dejó de lado la sombra del rezago para escribir su propia página de gloria deportiva.

Los Juegos Nacionales CONADE 2025 no fueron una promesa: fueron el cumplimiento de una hazaña. Tabasco cosechó 59 medallas, su mejor resultado en diez años. No se trata de maquillar números: se trata de constatar que, esta vez, el esfuerzo sí se tradujo en podios.

Fueron 11 oros, 18 platas y 30 bronces. Un total de 59 medallas que ubican al estado en el lugar 26 del medallero general, por encima de potencias intermedias y muy por encima de su propio pasado reciente.

En 2024 se obtuvieron apenas 35 preseas; en 2014, aunque se ganaron 14 oros, el total fue de 42. Hoy, la cifra no sólo mejora las marcas: la supera con constancia, disciplina y apoyo real.

Jalisco, como siempre, fue inalcanzable (más de mil medallas). Pero Tabasco no compitió contra ellos. Compitió contra sí mismo. Y ganó.

PESAS QUE PESAN, NOMBRES QUE SE LEVANTAN

Los nombres no son anécdota: son historia en construcción. El macuspanense Israel Manzo Cortázar, en halterofilia Sub-23, levantó más que hierro. Levantó tres medallas de bronce que hoy brillan con sabor a esfuerzo. Ejecutó un arranque de 72 kg y un envión de 88 kg. Total: 160 kg de puro coraje.

Y en la Sub-17, Joshua Zacarías López y Josafat Pérez Pérez replicaron el honor para Macuspana. Joshua en arranque (93 kg), Josafat en envión (118 kg). Todos bajo el ojo exigente —y alentador— de sus entrenadores: Jonathan Misael Alvarado y Gloria Sánchez Coliaza.

La halterofilia se ha convertido en el corazón de los metales para Tabasco. Y no por suerte, sino por sistema.

BECAS QUE SÍ CAMBIAN VIDAS

El deporte no florece solo. Hay que regarlo. Y en Tabasco lo están haciendo. Las becas de 10 mil pesos mensuales entregadas a 300 atletas de alto rendimiento han cambiado las reglas del juego.

Yoali María Acosta Castillo, karateca de 17 años, lo dice sin adornos: “Antes me daban 3 mil pesos, ahora puedo comer bien, comprar mi equipo… y hasta ir al cine”. Suena simple, pero es profundo. Sin estrés económico, el talento respira.

Lo mismo le ocurre a Grecia del Carmen Díaz Vázquez, en luchas asociadas. “Con la beca compré suplementos, uniformes… incluso ayudé a otros que no tenían para viajar”. Ella se queda en Villahermosa los fines de semana para no perder entrenamientos. Esa es la fibra que no se ve en el medallero, pero que define el futuro.

DEPORTE COMO POLÍTICA DE ESTADO

El deporte no es un lujo, es un derecho popular”. Con esa frase, el gobernador Javier May Rodríguez resumió una visión que empieza a rendir frutos. No se trata de ganar por ganar. Se trata de construir un modelo de bienestar físico, emocional y comunitario.

Cada mes, el gobierno estatal invierte 3 millones de pesos en becas deportivas. Las Ligas Deportivas Estatales movilizan a 17 mil atletas en los 17 municipios, con una inversión en premios de 4 millones de pesos por disciplina. Tabasco está construyendo una cantera deportiva desde lo barrial hasta lo olímpico.

EL ROSTRO NUEVO DEL DEPORTE TABASQUEÑO

No fueron solo pesas. Patinaje, judo, esgrima, voleibol, taekwondo, triatlón y tenis también aportaron medallas. En total, 48 atletas tabasqueños subieron al podio. Ya no son casos aislados: son una generación. Una que empieza a mirar hacia arriba, sin complejos.

En tiempos donde la narrativa muchas veces está marcada por la violencia o el rezago, el deporte vuelve a aparecer como ese espacio donde los sueños sí se cumplen. Tabasco no necesita campeones de Photoshop, necesita campeones de tatami, de pista y de esfuerzo. Y los está formando.

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