Hoteleros ganan la Gran Carrera; bólidos recorren 85 km en 1:40 horas

Los hoteleros de Tabasco fueron los primeros en ganar la Gran Carrera Motonáutica “50 Leguas del Grijalva”: Frontera alcanzó el 100 por ciento de ocupación hotelera y Villahermosa el 50 por ciento en el arranque de la justa.

Mientras tanto, en el agua, los bólidos de turbina alcanzaron velocidades de hasta 200 km/h y completaron los 85 kilómetros de recorrido en una hora con cuarenta minutos, bajo la ovación de un pueblo que, en un hecho nunca visto en más de cuatro décadas, se volcó al muelle de Frontera para vivir una fiesta sin parangón.

La carrera aún se corre, pero los primeros datos duros ya tienen ganador: el turismo. El presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Tabasco, Alberto Zurita del Rivero, confirmó que la jornada inaugural dejó números redondos.

Frontera lució con todos sus cuartos ocupados (100%), mientras que en Villahermosa, tras un semestre de caídas en la industria, se alcanzó un 50 por ciento de ocupación. El dato no es menor: un repunte así no lo provocan ni congresos, ni ferias; lo provocan los motores sobre el río.

El propio Zurita lo dijo sin rodeos: “Este evento tiene que volverse anual”. Y en sus palabras se entiende el fenómeno: no se trata sólo de lanchas corriendo, sino de una economía que encuentra oxígeno en el turismo deportivo. Restaurantes llenos, comerciantes satisfechos, artesanos vendiendo cada pieza. La Gran Carrera no es sólo un espectáculo, es también un detonante.

BÓLIDOS EN EL AGUA

El espectáculo deportivo no se quedó atrás. La primera etapa, de Villahermosa a Frontera, confirmó que la motonáutica es adrenalina pura. Los Sarabia firmaron una página histórica: Eduardo padre llegó primero en la lancha de turbina número 131, y minutos después, Eduardo Jr. entró segundo con la número 290.

La tercera embarcación en cruzar fue la 372, de Brown Baena y Mauricio Álvarez, con motor fuera de borda, que paró el cronómetro en 1 hora 51 minutos.

La distancia, de unos 85 kilómetros fluviales, se cubrió en tiempos de 1 hora 40 minutos para los líderes. La aritmética habla sola: una velocidad promedio de 51 km/h, con picos que en las rectas del Grijalva alcanzaron los 150 a 200 km/h.

Una marca realista y lógica para un río que obliga a frenar en curvas, sortear corrientes y respetar protocolos de seguridad.

Ver esas máquinas sobre el agua es como ver Fórmula 1 sin asfalto. La espuma levantada era su estela blanca, su firma. Los cascos de los pilotos, relucientes bajo el sol tabasqueño, parecían los de gladiadores que doman un monstruo líquido. El rugido de los motores retumbaba contra las orillas como tambores de guerra.

Y al llegar a Frontera, el tiempo se detuvo. El muelle de la antigua aduana, escenario de otros tiempos, vibró como estadio mundialista. Los aplausos fueron gol de último minuto, la bandera a cuadros ondeó como si fuera la del triunfo en un clásico.

FRONTERA, FIESTA TRAS CUATRO DÉCADAS

Lo ocurrido en Frontera fue un hecho inédito en más de 40 años. El Pueblo Mágico se volcó entero al muelle para vivir una fiesta deportiva como no la había visto desde los años dorados de la motonáutica en Tabasco. Familias, turistas, vendedores, autoridades: todos juntos, en una comunión difícil de repetir.

El gobernador Javier May Rodríguez, acompañado de autoridades estatales y municipales, ondeó la bandera de llegada y luego recorrió la verbena “Ritmos y Sabores del Grijalva”, instalada en la bodega del muelle fiscal. Ahí estaban artesanas de Centla, cocineras tradicionales, músicos de marimba y tamborileros. La competencia deportiva se fundió con la cultura, la gastronomía y la tradición de Tabasco.

“Hoy Tabasco demuestra que está a la vanguardia de cualquier competencia acuática, participan pilotos de clase mundial y tenemos los mejores ríos de México y el mundo”, dijo May Rodríguez. El mandatario no hablaba sólo de deporte, hablaba de futuro: turismo, economía, identidad.

El regreso de la Gran Carrera es más que nostalgia. Es el redescubrimiento del río como eje de desarrollo. Por eso, el evento fue algo más que bólidos y velocidad: fue una demostración de que Tabasco puede mover economías y emociones al mismo tiempo.

HOY, LA REVANCHA

El circuito no terminó. Este sábado cerró con la primera etapa y el arribo a Frontera. Hoy domingo, los motores volverán a rugir: será el turno del recorrido de regreso de Frontera a Villahermosa. El malecón Carlos A. Madrazo recibirá la segunda etapa, heats finales y la ceremonia de premiación a las 19:00 horas.

La seguridad está cubierta: 700 elementos de la SSPC vigilan el evento, con cierres viales en Villahermosa y despliegue de policías en Centla. No hay incidentes que lamentar. El clima acompaña, la fiesta continúa.

En el agua y en tierra, la carrera ya dejó ganadores: los pilotos que dominaron al río, los hoteleros que llenaron sus cuartos, y un pueblo que, tras cuatro décadas de ausencia, recuperó una tradición que parecía enterrada.

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