1. Un preludio de aromas y calor
Es imposible escapar al hechizo que provoca la Feria Tabasco. El maíz hervido, el cacao recién molido y las brasas que tuestan el pejelagarto tejen un ambiente inconfundible. Con la música de fondo y el calor que abraza, uno siente que el corazón tabasqueño late con más fuerza, contagiando alegría y ganas de bailar bajo un sol que parece eterno.
Cada año, cuando abril se anuncia con sus primeros soles inclementes, Villahermosa se transforma en un hervidero de entusiasmo que palpita por cada esquina”.

2. Un reencuentro multitudinario
La feria se convierte en un escenario de encuentro para familias que llegan de municipios lejanos, para jóvenes que buscan su primer empleo vendiendo antojitos o apoyando en la logística, y para artesanos que exhiben sus coloridas creaciones. Por las calles y pasillos se entrecruzan voces y acentos de toda la región, como si Villahermosa fuera un enorme nido donde convergen las historias de quienes aman esta tierra fértil y pantanosa.
- Se estima que, cada año, la feria reúne a miles de visitantes…
- El ambiente festivo suele disparar la economía local…

3. Un mosaico vivo de sabores y ritmos
Recorrer los pasillos de la feria es casi como transitar por un mosaico vivo: en un lado, la marimba suelta sus notas alegres, invitando a mover los pies en un vaivén que resuena en el pecho; al girar la esquina, el chocar de las ollas y cazuelas avisa que es hora de probar un tamal de chipilín, o quizás un pozol bien frío para espantar la sed tropical.
La feria es un festín para los sentidos. La marimba y los tamborileros enmarcan cada rincón, mientras los antojitos tradicionales —pozol, pejelagarto asado, tamales— conquistan el paladar de lugareños y turistas. Más que una simple degustación, es un viaje a través de la esencia culinaria tabasqueña.
Recorrer los pasillos de la feria es casi como transitar por un mosaico vivo”.
4. Raíces históricas: del campo a la gran fiesta
El origen de la Feria Tabasco se remonta a mediados del siglo XX. En la década de 1950, productores ganaderos y agrícolas buscaban un espacio para exhibir su trabajo. Así nació una celebración modesta, con corrales improvisados y techos de lámina, donde la gente compartía anécdotas de siembra, lluvia y esperanza.
- 1950: Primera feria enfocada en ganadería…
- Décadas posteriores: Comienzan a sumarse grupos musicales…
- Años setenta: Se incorporan espectáculos…
- Años ochenta: Llega la coronación de la reina…
5. Tradición y modernidad de la mano
Con los años, la feria se volvió sinónimo de identidad. Junto a los grandes conciertos y los juegos mecánicos, se han mantenido las danzas indígenas, la marimba y los sabores auténticos del estado. El choque entre lo rural y lo urbano encontró armonía en la feria, propiciando alianzas comerciales y un orgullo cultural que no se ha desvanecido.
- La feria atrae a visitantes de otros estados e incluso del extranjero.
- La modernidad no ha opacado la esencia tradicional…


6. Un motor económico que late cada abril
Más allá de las cifras, este impacto económico se traduce en esperanza, en la posibilidad de que las familias tabasqueñas aseguren un ingreso adicional. La Feria Tabasco representa una plataforma de oportunidades. Jóvenes emprendedores lanzan nuevos proyectos gastronómicos o artesanales; los hoteles y restaurantes se llenan de vida; los productores del campo encuentran mercados para sus cosechas. Todo ello abona al crecimiento de una economía que, durante esos días, vibra al ritmo de los tamborileros y los aplausos del público.
Más allá de las cifras, este impacto económico se traduce en esperanza”

7. El futuro: un puente entre generaciones
Mantener viva la tradición sin descuidar la innovación es el gran desafío. Las nuevas generaciones, acostumbradas a la digitalización, encuentran en la feria una oportunidad para reencontrarse con sus raíces. A la par, los artesanos y cocineros tradicionales siguen brillando, demostrando que la herencia cultural puede coexistir con propuestas modernas y frescas.
- La Feria Tabasco es el abrazo colectivo…
- Cada sonido de marimba y bocado de pejelagarto narran una historia compartida.
- La fiesta se reinventa sin perder su esencia.
8. Visítala y compártela
Cada abril, Villahermosa se llena de vida para recibir a miles de visitantes. Si aún no la conoces, la invitación está abierta:
- 1. Prueba la gastronomía local.
- 2. Admira las artesanías tradicionales.
- 3. Disfruta de los espectáculos y la música.
- 4. Sumérgete en la cultura y naturaleza de Tabasco.
Porque la Feria Tabasco es una tradición que late con la misma fuerza de la selva y el río, y se ofrece como un corazón dispuesto a abrazar a todos los que lleguen a su recinto.”
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Publicado en ElTabasqueño.com – Porque el calor, la fiesta y la tradición se viven mejor cuando se comparten.