CDMX.— La aprobación de las leyes secundarias de la reforma energética marca un punto de inflexión en el modelo de desarrollo económico del país. Con 85 votos a favor, 39 en contra y una abstención, el Senado dio luz verde a una iniciativa que redefine el papel del Estado en la administración de los recursos energéticos, poniendo fin a un ciclo de tres décadas en el que la apertura al sector privado fue la norma.
El trasfondo político es ineludible: Morena y sus aliados han hecho de la soberanía energética una bandera, mientras que PRI y PAN insisten en que esta reforma mantiene la esencia de la aprobada en 2013. El debate no es solo sobre petróleo y electricidad; es una disputa por la narrativa histórica.
Mientras la oposición advierte que la reforma se traduce en un mayor endeudamiento de Pemex y la CFE, el oficialismo replica con datos sobre los estragos de la privatización. El saldo de esa pugna no es menor: Pemex carga una deuda superior a los 110 mil millones de dólares, en tanto que la CFE ha debido compensar la pérdida de mercado con subsidios crecientes.
PRINCIPALES CAMBIOS EN EL SECTOR ENERGÉTICO
- Creación del “derecho petrolero del bienestar”.
- Pemex pagará un impuesto único del 30% por crudo y 11% por gas.
- Eliminación del régimen de utilidad compartida.
- Fortalecimiento del control estatal sobre Pemex y CFE.
- Garantía de inversión en proyectos energéticos estratégicos.
En este escenario, la reforma redefine la ecuación fiscal, creando el “derecho petrolero del bienestar”, un impuesto del 30% sobre la explotación del crudo y del 11% sobre el gas.
LA FACTURA POLÍTICA DE LA SOBERANÍA ENERGÉTICA
La iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum es, en el fondo, una declaración de principios: el Estado no se conforma con regular, quiere operar y decidir sobre sus recursos estratégicos.
Esta apuesta tiene un costo político. Morena necesita consolidar un discurso de resultados en el mediano plazo, en un sector donde los efectos de las decisiones son de largo aliento.
El oficialismo se blinda con una narrativa que subraya los efectos nocivos de la reforma de Enrique Peña Nieto. Sin embargo, los subsidios a combustibles, la opacidad en la gestión de Pemex y las dificultades para atraer inversión en energías renovables podrían convertirse en factores que erosionen el capital político de la administración.
FRENTES DE DISCUSIÓN POLÍTICA
- A favor: Recuperación de soberanía energética, estabilidad fiscal para Pemex y CFE.
- En contra: Riesgo de endeudamiento, desincentivo a la inversión privada y dependencia de combustibles fósiles.
La oposición, por su parte, no logra capitalizar el descontento. Sus críticas a la falta de inversión privada chocan con la realidad de un sector eléctrico que ha registrado alzas de tarifas a pesar de la supuesta competencia. Su posición también queda debilitada al no ofrecer un modelo alternativo más allá de la defensa del mercado.
EL FUTURO DE PEMEX Y LA CFE: ¿RESCATE O PÉRDIDA DE COMPETITIVIDAD?
El argumento central de la reforma es la recuperación del control del Estado sobre el sector energético, pero ello supone una carga financiera que ya pesa sobre Pemex y la CFE.
La reducción de la carga fiscal a la petrolera busca darle viabilidad, pero sus niveles de producción siguen a la baja. En 2024, Pemex produjo 1.5 millones de barriles diarios, una caída del 6.2% respecto al año anterior.
En paralelo, la CFE enfrenta una transición energética que avanza con lentitud. Mientras el mundo apuesta por las energías limpias, México refuerza su dependencia de combustibles fósiles, con proyectos como la Refinería Dos Bocas, cuya rentabilidad sigue en duda.
El déficit fiscal que generará la reforma es un punto de tensión. Si bien se proyecta una recaudación adicional de 279 mil 500 millones de pesos, también se estima que el fisco dejará de percibir 50 mil millones de pesos anuales. Este boquete podría compensarse con recortes al gasto o con nuevos impuestos, lo que coloca a la reforma en un equilibrio precario.
EL DILEMA DEL PODER ENERGÉTICO
La reforma energética representa un cambio de paradigma, pero también una apuesta de alto riesgo. La historia reciente demuestra que ni la apertura total ni el control absoluto garantizan eficiencia o crecimiento. El reto es transformar el discurso en resultados tangibles: energía asequible, autosuficiencia real y sostenibilidad económica.
En el fondo, el debate sobre energía es el debate sobre el poder. La gran pregunta es si el nuevo modelo logrará equilibrar soberanía, inversión y sostenibilidad o si, como en el pasado, la política volverá a imponerse sobre la eficiencia.
Impacto fiscal de la reforma energética
Concepto | Monto Estimado |
---|---|
Recaudación esperada con nuevo derecho petrolero | $279,500 MDP |
Pérdida fiscal anual estimada | $50,000 MDP |
Deuda actual de Pemex | $110,000 MDD |
Caída en la producción petrolera en 2024 | -6.2% |
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Haz clic aquí