En un país donde la violencia se mide en encabezados, no en resultados, y donde las percepciones muchas veces pesan más que los datos duros, Tabasco ofrece hoy un contrapeso incómodo para esa narrativa: homicidios dolosos a la baja, generadores de violencia detenidos y aseguramientos que duplican los del año pasado.
Pero como suele ocurrir en México, los días sin muertos no hacen ruido. Y en medio de una campaña mediática que el gobernador Javier May Rodríguez calificó como “de desgaste”, lo cierto es que los números empiezan a reflejar algo que el país necesita: coordinación, inteligencia operativa y resultados.
Este artículo no busca celebrar sin matices, sino hacer lo que el análisis riguroso exige: leer los datos con lupa, confrontar discursos con hechos y distinguir propaganda de estrategia.
UN DATO CONTRA LA INERCIA DEL MIEDO
El comandante de la 30° Zona Militar, Miguel Ángel López Martínez, presentó el pasado lunes 12 de mayo cifras del primer cuatrimestre del año que rompen con la narrativa instalada en varios medios nacionales: una disminución del 44.24% en homicidios dolosos a nivel estatal y del 56.09% en el municipio de Centro.
En comparación con abril de 2024, Tabasco pasó de 113 a 63 homicidios, y en el municipio capitalino, de 41 a 18. En una entidad donde el crimen organizado ha encontrado históricamente zonas de influencia, esta reducción no es menor.
¿Qué hay detrás de esta baja? Coordinación real. El general fue claro: más de 600 detenidos en el primer cuatrimestre del año, más del doble que el año pasado. Se cumplimentaron más de 140 órdenes de aprehensión y se aseguraron más de 2.8 millones de litros de hidrocarburo ilegal, armas, cartuchos, droga, dinero en efectivo y granadas.
A esto se suma el reforzamiento de la Policía Estatal, con 400 elementos capacitados por la X Región Militar en Campeche. Por primera vez en años, policías estatales realizaron práctica de tiro como parte de su adiestramiento formal. Detalle que, sin aspavientos, revela una debilidad corregida.
LAS DETENCIONES QUE NO TUVIERON PORTADA
La estrategia ha sido quirúrgica. No operativos masivos sin dirección. Detenciones con nombre, contexto e impacto.
Entre los generadores de violencia capturados están:
- Jesús “N”, fugado del penal de Cárdenas.
- Aldo “N”, implicado en el homicidio de una persona frente a un centro comercial y ligado a múltiples asesinatos.
- Alfonso “N”, alias “El Flaco”, vinculado con más de 50 robos a tiendas de conveniencia.
- José Manuel “El Profe”, operador de robo de hidrocarburos y extorsión en Cárdenas.
- Camilo “N”, presunto líder criminal con control sobre varias colonias de Centro.
El gobierno no pacta, advierten las autoridades. Y aunque esto es fácil de decir, la lista de detenidos comienza a respaldar esa afirmación con hechos verificables.
EL DATO QUE NO VENDE
En la conferencia del gobernador Javier May, se lanzó una acusación directa: mientras los homicidios disminuyen, los medios callan.
¿Cuántas notas salieron cuando no hubo homicidios? Ninguna. Callaron como momias.”
No es nuevo que, en contextos polarizados, los medios amplifiquen los picos de violencia y silencien los días en que el Estado opera eficazmente. Pero este silencio también es una forma de narrar. Y en esa omisión, la percepción ciudadana queda secuestrada.
Tabasco vivió días sin homicidios. Pero eso no se reporta. En cambio, un crimen entre particulares en Villa Parrilla fue replicado sin matiz. Las cifras de captura y aseguramientos se pierden en medio de notas que, sin contexto, proyectan caos.
Es cierto: los homicidios siguen ocurriendo. La violencia criminal, aunque acotada, no desaparece. Pero reducirla a la mitad en 12 meses es algo que debería figurar en la conversación pública.
LA SEGURIDAD COMO CAMPO DE DISPUTA POLÍTICA
Javier May denunció el uso político del miedo. Habló de grupos de poder que perdieron estructura, presupuesto e influencia, y que ahora operan desde los micrófonos. Es una acusación seria. Pero también es un fenómeno recurrente en gobiernos de transición.
La estrategia de May es clara: confrontar el relato mediático con un informe editorial completo sobre el tratamiento de la violencia por parte de los medios. Un comparativo día por día de cuándo hubo homicidios y cómo (o si) se reportaron.
No es una guerra contra la prensa. Es un intento por recuperar el terreno de la percepción pública desde los datos.
TABASCO: ENTRE EL MICRÓFONO Y EL OPERATIVO
En Tabasco, la seguridad ya no se enfrenta solo con patrullas, sino con inteligencia, arrestos dirigidos y adiestramiento institucional. Pero ese cambio necesita ser visible. No por vanidad, sino porque la confianza ciudadana también se construye con información verificada.
El verdadero reto no es operativo. Es narrativo. Y si los días sin homicidios no se cuentan, el ciudadano seguirá creyendo que nada cambia.
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