El Gobierno de Centro y la UJAT fortalecen su alianza con la firma de un nuevo convenio ambiental que impulsa estudios científicos y proyectos sostenibles en la Laguna de las Ilusiones y zonas urbanas de Villahermosa.

Cuando la ciencia gobierno caminan juntos: Centro y UJAT firman convenio para preservar Las Ilusiones

En un país donde el discurso oficial suele girar en torno a la improvisación o al voluntarismo, la colaboración entre el Gobierno de Centro, Tabasco, y la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) empieza a configurar un modelo distinto: uno donde la evidencia científica guía la política pública, donde la investigación universitaria encuentra tierra fértil en la gestión municipal, y donde la sostenibilidad ya no es una aspiración, sino una agenda en marcha.

Este nuevo enfoque quedó refrendado con la firma del convenio “Ejecución, Aplicación y Sustentabilidad de la Laguna de las Ilusiones III”, el más reciente capítulo de una colaboración que, desde 2021, ha dado forma a diez proyectos comunitarios de impacto, incluyendo la restauración ecológica, el monitoreo de especies y el desarrollo de políticas ambientales con base científica.

MÁS QUE UN ACTO PROTOCOLARIO

La firma del convenio no fue solo un acto administrativo. Fue, en el fondo, una toma de posición institucional frente a la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y la degradación urbana. La presidenta municipal Yolanda Osuna Huerta y el rector Guillermo Narváez Osorio lo expresaron sin ambages: la academia y el gobierno deben ser aliados permanentes.

El acuerdo se inscribe en el Plan Municipal de Desarrollo 2024–2027, bajo el eje de sostenibilidad, e involucra tres proyectos clave:

  1. Monitoreo del conflicto humano-cocodrilo, con uso de telemetría y talleres de educación ambiental.
  2. Estudio del uso de áreas de forrajeo por manatíes y su percepción ciudadana.
  3. Valoración del carbono almacenado en humedales urbanos, para desarrollar políticas climáticas con respaldo técnico.

Estas acciones apuntan a un enfoque integral que supera la visión de “proyectos verdes” para convertirse en una política ambiental con anclaje científico.

RESULTADOS, NO ANUNCIOS

Lejos del lugar común, esta alianza ya ha rendido frutos. Desde 2021, el gobierno municipal y la UJAT han firmado cuatro convenios específicos que han derivado en diez proyectos efectivos, entre los que destacan:

  • La actualización del Atlas de Riesgos de Centro.
  • Diagnósticos del arbolado urbano en riesgo.
  • Diplomado en comunicación ambiental.
  • Monitoreo de cocodrilos, reforestación de manglares y seguimiento científico a cuerpos de agua como la Laguna de las Ilusiones.

Estas acciones no figuran en los grandes titulares ni en los discursos de coyuntura, pero sí inciden en la seguridad urbana, la salud ambiental y la resiliencia climática de la ciudad. En un país donde las políticas públicas a menudo se dictan desde la ocurrencia, apostar por el conocimiento representa una forma seria de gobernar.

LA LAGUNA COMO SÍMBOLO Y LABORATORIO

La Laguna de las Ilusiones, ícono natural de Villahermosa, se ha convertido en laboratorio ambiental y plataforma educativa. La charla impartida por el profesor Darwin Jiménez Domínguez sobre los manatíes y el uso de áreas de forrajeo no fue un acto ornamental, sino un ejercicio de divulgación científica con valor institucional.

El seguimiento a especies como el manatí y el cocodrilo, lejos de ser anecdótico, tiene implicaciones en el manejo del territorio, la educación ambiental y la prevención de riesgos. La visión es clara: preservar la biodiversidad no es un lujo, es una necesidad para el desarrollo sostenible.

Yolanda Osuna lo sintetizó así:

Cuidar nuestros cuerpos de agua y proteger especies como el manatí no es solo una responsabilidad institucional, sino un compromiso social que nos involucra a todos.

GOBERNAR CON BASE EN CONOCIMIENTO

El análisis fino indica que lo que se está gestando no es un experimento aislado, sino una forma distinta de gobernanza local. Una que asume que las decisiones públicas deben estar respaldadas por datos, diagnósticos y saber técnico, y que no basta con “hacer cosas”, sino que hay que hacerlas bien, con fundamento.

Para lograrlo, la administración municipal ha entendido algo esencial: ningún gobierno, por eficiente que sea, puede solo. La articulación con la UJAT, el sector privado y la ciudadanía es lo que permite que esta estrategia funcione.

El rector Narváez Osorio lo resumió al destacar que la universidad “trabaja para ser un factor de aprendizaje y conocimiento para los sectores público y privado”.

¿UN MODELO REPLICABLE?

Este modelo no presume heroicidad, sino racionalidad. Apuesta por la continuidad, no por la espectacularidad. Y en tiempos de incertidumbre y polarización, su virtud es ser realista sin renunciar a la transformación.

En la construcción de municipios resilientes, sostenibles y habitables, lo que hoy ocurre en Centro puede —y debería— ser replicado: un gobierno que escucha a la ciencia, una academia que no se aísla, una comunidad que participa. Allí donde la política y el conocimiento se cruzan, hay posibilidad de futuro.

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