Javier May celebra la aprobación de la Ley de Revocación de Mandato y se compromete a someterse a consulta ciudadana en 2027. Tabasco avanza en mecanismos de democracia participativa.

‘En Tabasco, el poder vuelve al pueblo’: la apuesta de Javier May por la revocación de mandato

En tiempos donde la política se mide por el músculo electoral y no por la apertura institucional, el Congreso de Tabasco ha dado un paso que, más allá de su forma legal, posee un fondo simbólico: devolverle al pueblo la capacidad de evaluar —y revocar— el poder que delegó.

El lunes 14 de abril, con 27 votos a favor, 5 en contra y 3 abstenciones, se aprobó la Ley de Revocación de Mandato, un mecanismo de democracia participativa que podría colocar al estado como referente nacional.

Pero el dato político no está solo en la votación, sino en el momento y el tono de quien encabeza el Ejecutivo local. Este martes, el gobernador Javier May Rodríguez celebró la aprobación con un mensaje de alto contenido simbólico: “No ambicionamos el poder por el poder”, dijo, dejando claro que se someterá a juicio ciudadano en 2027, como está previsto en la ley recién avalada.

UN GOBIERNO QUE NO TEME AL VEREDICTO

En la conferencia matutina del martes 15, May no sólo defendió la ley, también la usó como vitrina para reforzar el perfil de su administración: austera, cercana y con vocación de servicio. Subrayó que él y su equipo “no llegaron a enriquecerse ni a hacer negocios”, sino a gobernar con principios y desde la confianza de los ciudadanos.

CLAVES DE LA LEY DE REVOCACIÓN EN TABASCO
Elemento Detalle
¿Qué es? Mecanismo para remover al gobernador a mitad del mandato
¿Quién lo aprobó? Congreso del Estado (27 votos a favor)
¿Cuándo podría aplicarse? Octubre de 2027
¿Quién lo promueve? Gobernador Javier May Rodríguez
¿Cuántas firmas se requieren? 10% del padrón electoral tabasqueño

Consciente del valor político de este mecanismo, el mandatario lo colocó como parte del nuevo ciclo de la Cuarta Transformación en Tabasco, una etapa —según sus propias palabras— caracterizada por el diálogo constante con la gente y por una participación social activa en las decisiones públicas.

En este marco, la revocación de mandato no es sólo una ley: es un símbolo de confianza en la ciudadanía. Al activar esta figura, el gobierno se pone a prueba y transmite un mensaje claro: gobernar no es un cheque en blanco, es un compromiso evaluable.

DEMOCRACIA QUE PARTICIPA, NO SÓLO VOTA

La revocación de mandato no surge del vacío. Se inscribe en una lógica más amplia, la de la democracia participativa, que se define por el involucramiento ciudadano más allá de las urnas electorales.

A través de mecanismos como consultas, presupuestos participativos o plebiscitos, esta forma de democracia reconoce que el poder no se entrega cada seis años, sino que se mantiene vivo en el ejercicio cotidiano del gobierno.

En este sentido, Tabasco da un paso importante. Y lo hace en un contexto en el que la ciudadanía exige resultados tangibles y transparencia constante. La consulta que podría realizarse en 2027 será un punto de inflexión: no será un ejercicio decorativo si se garantiza su legalidad, su activación ciudadana y, sobre todo, si el gobierno respeta su resultado.

ENTRE HECHOS Y SÍMBOLOS: LO QUE RESPALDA EL DISCURSO

Durante su intervención, el gobernador también hizo un repaso de sus principales acciones de gobierno, muchas de ellas ligadas al bienestar y la equidad: desde la entrega de 76 mil tabletas electrónicas a estudiantes de secundaria, hasta la implementación del Programa de Desayunos Escolares para garantizar que niñas y niños lleguen alimentados a clases.

Recordó que su administración trabaja para cumplir con los 50 compromisos asumidos en campaña, y aseguró que los hechos hablarán por su gobierno. En ese mismo tono, destacó el apoyo al deporte, con una mención especial a los Olmecas de Tabasco, cuya temporada en la Liga Mexicana de Beisbol inicia este viernes.

Estos anuncios, aunque parezcan desconectados, encajan con el mismo mensaje de fondo: que el gobierno del pueblo trabaja para el pueblo, y que el poder político no se ejerce desde el escritorio, sino desde el territorio, con resultados y cercanía.

LA OPOSICIÓN Y LOS DESAFÍOS INSTITUCIONALES

May también respondió —sin nombrarlos directamente— a quienes critican la ley recién aprobada. Afirmó que “los tabasqueños están bien informados y no se dejan engañar”, en alusión a los cuestionamientos sobre el diseño restrictivo de la norma, que exige un 10% del padrón electoral para activar la revocación. Un punto que ha sido calificado por algunos actores como una barrera de acceso ciudadano.

A pesar de ello, el mandatario aseguró que se garantizará la libertad de expresión y que su gobierno no censurará a nadie. Este compromiso será clave si, en 2027, se llega al momento de consulta. Porque sin condiciones de libertad, la democracia participativa pierde su sentido.

UNA LEY, UNA PROMESA Y UN RELOJ QUE YA CORRE

Lo aprobado el lunes y defendido el martes por el gobernador no es una simple reforma legal, sino un mensaje político: que la legitimidad no se gana una vez y para siempre, sino que puede y debe refrendarse.

Javier May ha abierto una puerta que no podrá cerrar. Si el proceso de revocación se activa, no solo se evaluará su desempeño, sino también la calidad de la democracia que su administración está construyendo. Ahí estará el verdadero desafío: convertir una ley en una oportunidad ciudadana real.

Y el reloj, como todo en política, ya comenzó a correr.

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