La titular de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), María Luisa Albores González, anunció en Tabasco la compra de 200 toneladas de cacao fermentado y seco a un precio de 220 pesos el kilogramo. Este esquema de acopio directo tiene como fin frenar el coyotaje, un sistema que impone intermediarios y castiga a los pequeños productores con precios injustos, y garantizar un ingreso estable en una región donde el cultivo ha decaído.
El objetivo inmediato de Segalmex, en coordinación con el gobierno estatal, es estabilizar el precio para que los cacaoteros puedan recuperar ganancias justas y frenar la pérdida de ingresos causada por los intermediarios.
Según cálculos oficiales, este esquema podría generar ingresos anuales de hasta 110 mil pesos por hectárea para los productores, en un esfuerzo por darle un respiro a una economía agraria que ha sido golpeada por la falta de apoyos consistentes y la dependencia en intermediarios.
¿REACTIVACIÓN O MEDIDA PALIATIVA?
Este programa es el primer paso de un plan más amplio, que incluye la construcción de una planta procesadora de cacao prevista para 2026. Esta planta, que operará en un terreno proporcionado por el gobierno de Tabasco, está pensada para agregar valor al cacao local, permitiendo que se transforme y se distribuya en el mercado nacional a través de la red de tiendas Diconsa.
Sin embargo, el anuncio plantea una pregunta importante: ¿es esta medida suficiente para transformar el sector? La intención de llevar el producto local directamente a las tiendas de abasto rural apunta a mejorar la visibilidad del cacao tabasqueño, pero el plan de largo plazo depende de que estas promesas se materialicen en infraestructura y apoyos consistentes.
RETOS DE SOSTENIBILIDAD Y VALOR AGREGADO
Además de frenar el coyotaje, el programa de Segalmex busca apoyar a los productores con un cultivo que, según Albores, ofrece beneficios ambientales y culturales en la región. No obstante, el cacao tabasqueño aún enfrenta una competencia global implacable, especialmente de países africanos. Sin una red fuerte de procesamiento y comercialización, el cacao podría seguir perdiendo terreno.
El gobierno estatal ha mostrado interés en convertir a Tabasco en un centro cacaotero de valor agregado mediante una planta procesadora que permita productos de calidad, con menos azúcar y una concentración de cacao de hasta el 35 por ciento. Para los cacaoteros locales, esto significa una oportunidad de recuperar el protagonismo perdido, pero también plantea dudas sobre la sostenibilidad y la capacidad de responder a un mercado exigente en estándares de calidad.
UN SECTOR CON EXPECTATIVAS DE RESURGIR
El gobernador Javier May Rodríguez anunció que el programa Sembrando Vida destinará 50,000 hectáreas a la siembra de cacao, una cifra importante que puede revitalizar el sector y diversificar la economía rural.
Pero el éxito de esta iniciativa depende de una cadena de apoyos y de la capacidad estatal para transformar estos anuncios en beneficios concretos para los productores. La planta procesadora, en teoría, aseguraría un circuito cerrado donde el cacao local pueda competir con estándares internacionales, pero el proyecto está sujeto a factores de financiamiento, infraestructura y, sobre todo, voluntad política que sostenga su desarrollo en el tiempo.
EL PROYECTO DE SEGALMEX PARA EL CACAO TABASQUEÑO
- Adquisición: 200 toneladas de cacao a precio garantizado de 220 pesos/kg.
- Ingreso estimado: Hasta 110,000 pesos anuales por hectárea de cacao.
- Planta procesadora: Prevista para 2026, proyectada para añadir valor y reducir intermediarios.
- Expansión: Programa Sembrando Vida destinará 50.000 nuevas hectáreas al cacao.