NACAJUCA.— Con la entrega de 400 constancias a pescadoras y pescadores de 23 comunidades, el programa estatal Pescando Vida arrancó este fin de semana en Nacajuca.
El anuncio no solo cumple una promesa, también activa una apuesta ambiciosa: reactivar la acuicultura, rescatar los camellones chontales y transformar la economía local con empleo formal y producción sustentable.
La escena no pareciera excepcional: un gobernador entrega constancias a pescadores, recorre comunidades y promete apoyos. Sin embargo, tras la imagen repetida, hay un dato revelador: el campo y la pesca en Tabasco, desprovistos por décadas, están recibiendo ahora una inversión sin precedente.
Hoy estuvimos en Nacajuca, donde hicimos entrega de 400 certificados del programa Pescando Vida. Seguimos cumpliendo con hechos, apoyando a quienes viven de nuestras aguas. pic.twitter.com/0eOrL1eZxU
— JAVIER MAY (@TabascoJavier) June 21, 2025
Si se cumple lo anunciado, el programa Pescando Vida podría convertirse en el más robusto esfuerzo estatal de reconstrucción del tejido acuícola y comunitario en el sureste mexicano.
Esa es la historia que hoy comienza en Nacajuca.
EL ANUNCIO Y SU CONTEXTO
El pasado fin de semana, el gobernador Javier May Rodríguez entregó 400 constancias de aprobación del programa Pescando Vida a productoras y productores de 23 comunidades de Nacajuca, incluidos los camellones chontales, estructuras agrícolas con valor histórico y cultural que llevaban años en abandono.
El dato no es menor: en total, el programa busca incorporar a 10 mil pescadores en toda la entidad durante este sexenio, de los cuales 2 mil 500 lo harán en 2025. Sólo este año, se invertirán 617 millones de pesos, una cifra inédita para un esquema estatal de acuacultura.

El simbolismo es evidente. Donde antes hubo abandono, hoy hay empleo formal y autonomía económica, al menos en promesa. Cada productor recibirá 5 mil pesos mensuales, además de jaulas flotantes, alevines, semillas de ostión y asesoría técnica permanente. Se trata, según el discurso oficial, de pasar de la subsistencia al emprendimiento con sustento técnico y acompañamiento institucional.
LOS CAMELLONES: HISTORIA VIVA EN REACTIVACIÓN
Rescatar los camellones chontales no es un gesto de folclore. Significa reactivar una técnica de cultivo y crianza adaptada al ecosistema tabasqueño. En palabras del subsecretario de Pesca, Guillermo Priego León, al menos 30 productores comenzarán a cultivar mojarra tilapia en estas estructuras, tras años de abandono.
El modelo económico es claro: cada productor podría generar dos toneladas de mojarra al año, que en el mercado actual representan hasta 140 mil pesos, sumados al jornal mensual del programa. Si el acompañamiento técnico es constante y la logística funciona, cada familia podría superar ingresos anuales de 200 mil pesos.
Es un cambio profundo en comunidades donde, hasta hace poco, el mercado laboral era la zafra, el empleo temporal o la migración. La posibilidad de generar riqueza desde el entorno y con propiedad sobre el proceso productivo rompe con una larga historia de dependencia.
POLÍTICA PÚBLICA EN MODO TERRITORIO
A diferencia de otros programas federales o estatales que dispersan apoyos sin ruta de seguimiento, Pescando Vida integra insumos, capacitación y financiamiento. Además, se anuncia la rehabilitación de una piscifactoría en Teapa con capacidad para producir 200 millones de alevines al año, lo que convertiría a Tabasco en potencia nacional en acuacultura dulceacuícola.
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Si el plan se ejecuta con eficacia, la entidad no solo se posicionará como productora, sino como modelo de desarrollo local basado en recursos endógenos y respeto comunitario.
ENTRE LA ESPERANZA Y LA PRUEBA
El anuncio llega con expectativa y también con escepticismo. No son pocos los proyectos que iniciaron con promesas y quedaron en memorias difusas. El reto no es inaugurar, sino sostener, acompañar, evaluar y corregir.
El tono sutilmente optimista de Javier May al entregar las constancias no oculta el riesgo: la falta de seguimiento, la corrupción de intermediarios, la desvinculación del mercado o la improvisación técnica pueden comprometer todo el esfuerzo.
Pero si se cumple lo que se ha anunciado, Pescando Vida puede transformarse en un verdadero parteaguas. No por su espectacularidad, sino por su capacidad de reordenar prioridades, conectar saberes tradicionales con tecnología y reconstruir confianza entre gobierno y comunidad.
LO QUE ESTÁ EN JUEGO
El gobierno estatal no está regalando dinero. Está apostando por convertir a sus comunidades más vulnerables en productores soberanos. Eso exige responsabilidad institucional, pero también ciudadana.
Reactivar los camellones no es un capricho folclórico, es un acto de supervivencia planeado. Y como todo lo que nace del territorio, necesita ser cuidado, evaluado y defendido.
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