Tabasco rompe inercias: menos miedo y un golpe a la impunidad

Las cifras de homicidio en Tabasco cayeron casi 60% en un año. El dato, por sí mismo, sería insuficiente en un estado que durante décadas aprendió a desconfiar de las estadísticas oficiales. Pero la detención de un multihomicida en Centla, junto con el rescate de siete menores, ofreció la validación que los números requieren: el gobierno estatal no sólo presume tendencias, las respalda con hechos.

El secretario Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, Francisco Javier Zúñiga, explicó con frialdad matemática: en agosto de 2024 se registraron 71 homicidios dolosos; en agosto de 2025 fueron 42. El promedio diario de víctimas bajó de 2.2 a 1.3. En el municipio de Centro, la reducción alcanzó casi 30%.

Detrás de la estadística se mueve una narrativa distinta: Tabasco dejó de figurar como una de las entidades más violentas y se convirtió en una de las cinco con mejores resultados en el combate a la extorsión, según reconoció incluso el secretario federal de Seguridad, Omar García Harfuch.

LA PRUEBA DE FUEGO

Los números podían discutirse, pero lo ocurrido en Centla no. Narciso “N”, alias El Chicho, un sujeto con historial criminal, sustrajo a siete menores de edad en la comunidad de Cañaverales. La reacción del Estado fue inmediata: la Fuerza Interinstitucional de Reacción Táctica (FIRT) Olmeca desplegó 350 elementos, 10 reconocimientos aéreos, drones, helicópteros y lanchas de la Marina para cerrar el cerco.

El operativo culminó con la captura del multihomicida en la ranchería Ixtacomitán, en el municipio de Centro, y el rescate con vida de todos los niños. Uno de ellos presentaba deshidratación; todos recibieron atención médica y acompañamiento especializado.

El gobernador Javier May Rodríguez fue tajante: “En Tabasco no hay impunidad. El Gobierno del Pueblo nunca dudará en actuar con contundencia, siempre en el marco de la ley.”

El general Miguel Ángel López Martínez, comandante de la 30ª Zona Militar, reveló que la llamada de un ciudadano al número 089 fue la pieza clave. La sociedad tabasqueña, por años distante y desconfiada, se convirtió en aliada.

EL MENSAJE POLÍTICO

El caso Centla mostró algo más que eficacia operativa: simbolizó un punto de inflexión. En un estado con memorias de impunidad y de autoridades incapaces de reaccionar, la captura de El Chicho y el rescate de los menores representaron un mensaje político de primer orden.

La sociedad observó dos cosas: un Estado que no titubeó y una población que, lejos de difundir rumores en redes, colaboró con información precisa. Ese binomio —autoridad que responde y ciudadanía que confía— explica en parte por qué los homicidios caen de forma sostenida.

LA HERIDA ABIERTA

No todo es victoria. El diputado del PRD, Javier Cabrera Sandoval, recordó que Tabasco se ubica entre los ocho estados con mayor número de homicidios contra menores. En 2024, el SNSP registró 1,093 homicidios de niñas, niños y adolescentes en el país. La REDIM advirtió que la impunidad en estos casos alcanza el 97%.

El contraste es evidente: mientras se exhiben avances en homicidios dolosos y extorsión, la violencia contra la niñez sigue siendo una herida abierta. El Congreso discute ahora endurecer las penas contra quienes cometan homicidios de menores, así como delitos de pederastia y pornografía infantil.

LO QUE ESTÁ EN JUEGO

La política de seguridad en Tabasco se mueve en un equilibrio frágil. Los números a la baja legitiman al gobierno estatal y respaldan la narrativa presidencial de Claudia Sheinbaum sobre la eficacia de la estrategia nacional. Pero la realidad exige sostener esa curva descendente con hechos concretos como el operativo en Centla.

De aquí en adelante, cada caso de violencia se convertirá en examen. Lo que está en juego no es sólo la estadística: es la confianza de una sociedad que empieza a creer que, después de muchos años, la impunidad en Tabasco puede tener los días contados.

Logotipo de WhatsApp

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Haz clic aquí