En un país donde las cifras de violencia suelen ser una tragedia repetida, Tabasco se ha convertido en una excepción que llama poderosamente la atención.
Como una escena que rompe el guion habitual de las noticias de sangre y crimen, la entidad ha registrado una caída del 31.7% en los homicidios dolosos en los últimos meses. ¿Qué está pasando en Tabasco? ¿Y por qué nadie lo vio venir?
Desde octubre de 2024 a la fecha, el estado ha registrado una tendencia que no es común ni en el sureste mexicano ni en otros estados con altos índices de criminalidad: una disminución sostenida de homicidios, derivada, según autoridades, de un rediseño quirúrgico en la estrategia de seguridad, la implementación de nuevas fuerzas tácticas, y un esfuerzo coordinado sin precedentes. La historia ha dejado de contarse con plomo y comenzó a escribirse con inteligencia operativa.
Y como si los números de homicidios no fueran ya sorpresivos, otro dato termina de configurar el giro inesperado que vive el estado: entre enero y mayo de 2025, las autoridades aseguraron casi 15 millones de litros de hidrocarburo robado, según reportó el comandante de la 30ª Zona Militar, Miguel Ángel López Martínez.
La cifra, comparada con poco más de un millón de litros incautados en el mismo periodo del año anterior, da cuenta de la escala del fenómeno y de la contundencia del operativo. Buena parte de ese huachicol fue hallado en centros de acopio y distribución clandestinos en zonas rurales como Plátano y Cacao (Nacajuca) y Cunduacán.
Estos aseguramientos masivos no solo confirman la existencia de una red de robo de combustible más extendida de lo que se pensaba, sino que también ilustran el alcance de la nueva estrategia que, sin grandes anuncios previos, ha comenzado a desmantelar con precisión quirúrgica estructuras criminales incrustadas en el territorio desde hace años.
Hay veces que el silencio de las cifras dice más que un millar de discursos. En Tabasco, un estado que hace apenas unos meses se debatía entre la violencia desbordada y la desesperanza social, los números han comenzado a contar una historia distinta.
Una historia que, aunque no perfecta, sugiere un cambio de timón en la estrategia de seguridad. Es allí, en el contraste entre el caos reciente y la aparente contención actual, donde se sitúa la verdadera noticia.
La violencia se ha desplazado. Lo que antes eran cifras diarias de tres homicidios o más, han bajado a un promedio de 1.8 casos diarios en junio. Y si bien los retos persisten, el nuevo enfoque centrado en principios rectores como coordinación, trabajo en equipo y confianza interinstitucional ha comenzado a entregar resultados tangibles.
CENTRO, EL EPICENTRO DE LA TRANSFORMACIÓN
En la radiografía del crimen, el municipio de Centro, que alberga la capital Villahermosa, era el foco rojo. De octubre a febrero, acumuló 171 homicidios dolosos.
Pero tras el rediseño de estrategia aplicado a partir del 16 de febrero, los homicidios cayeron a 75 en un periodo igual de 113 días, representando una reducción del 56.14%.
Este despliegue no fue sólo numérico. Fue quirúrgico. Fue en Centro donde se concentraron las detenciones clave: jefes de plaza, generadores de violencia, vinculados a delitos de alto impacto como homicidio, extorsión, narcomenudeo y secuestro.
Más de 600 órdenes de aprehensión han sido ejecutadas desde el inicio de esta etapa, 317 de ellas vinculadas directamente a delitos graves.
LA FUERZA OLMECA Y UN REDISEÑO OPERATIVO
La Fuerza Interinstitucional de Reacción Táctica (FIRT) Olmeca fue pieza central. En apenas unas semanas, logró la captura de sujetos identificados como principales generadores de violencia en municipios como Cárdenas, Centla, Comalcalco y Paraíso. Cinco de los detenidos eran extranjeros.
A esto se suma el aseguramiento de más de 7 mil dosis de distintas drogas, armamento de alto calibre, granadas, equipo táctico y vehículos. Tan sólo en el periodo de enero a mayo de 2025 se incautaron 14 millones 318 mil litros de hidrocarburo robado, cifra que multiplica por más de diez la registrada en el mismo periodo de 2024 (1.2 millones).
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No se trata solo de decomisos. El gobernador Javier May Rodríguez anunció que 2 mil 500 elementos serán evaluados este año en control y confianza. Cuando inició su mandato, heredó una plantilla de 900 policías sin evaluación, operando en las calles.
La profesionalización no termina ahí. En julio ingresará un nuevo grupo de cadetes a la SSPC, mientras que se concluyó la capacitación de 700 elementos estatales en tácticas y tiro, en el centro de entrenamiento de El Porvenir, Campeche.
El C5 de Villahermosa y Centro entrará en funcionamiento con 5 mil cámaras de videovigilancia, superando con creces las 600 funcionales al inicio del gobierno.
LA CURVA DESCENDENTE
El despliegue se traduce en tendencias. En los primeros ocho días de junio, los homicidios dolosos bajaron 42.3% en Tabasco y 56.25% en Centro, respecto a mayo. Comparado con mayo de 2024, el descenso estatal fue del 30.10% y en Centro del 12.5%.
PUNTOS CLAVE DEL NUEVO ENFOQUE DE SEGURIDAD
- Puesta en marcha del nuevo C5 con 5,000 cámaras.
- Redespliegue táctico en zonas calientes.
- Detenciones selectivas de generadores de violencia.
- Incremento exponencial en decomisos.
- Profesionalización de policías estatales y municipales.
El dato estructural es contundente: de un promedio de 3.2 homicidios diarios, se pasó a 1.8 en junio. El análisis semanal habla incluso de una reducción del 60%.
Las cifras reflejan estabilización, y más allá de la euforia oficial, la lectura debe ser crítica: una estrategia funciona si logra sostener resultados en el tiempo sin generar desplazamiento del delito.
Tabasco ha comenzado a contener la violencia. Pero la historia de la seguridad mexicana ha demostrado que la continuidad, la vigilancia judicial y la voluntad política son tan importantes como el patrullaje diario.
¿Podrá esta estrategia sobrevivir al calendario electoral? Es temprano para saberlo. Pero por ahora, en la tierra del trópico, hay un respiro estadístico que vale la pena documentar.
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