Desde que asumió el poder en octubre de 2024, Claudia Sheinbaum ha definido un estilo de gobernar que prioriza la supervisión directa, el despliegue federal visible y la centralización sin desarraigar el protagonismo de los gobiernos estatales.
Ese modelo encuentra en Tabasco una aplicación singular: tres visitas presidenciales en solo ocho meses. Pocas entidades han recibido tanta atención presencial de la jefa del Ejecutivo. Y no es casualidad.
El gobernador Javier May Rodríguez no solo ha consolidado una relación política fluida con Palacio Nacional, sino que ha convertido a su estado en una suerte de territorio piloto donde las políticas federales —salud, seguridad, infraestructura— se ejecutan con un sello local y resultados medibles. Mientras en otras entidades el discurso aún reemplaza a la acción, en Tabasco se empieza a escribir otro relato.
La visita que se anticipa para junio de 2025, la tercera en el actual sexenio, tiene un foco claro: el sistema IMSS-Bienestar, que busca federalizar los servicios de salud para personas sin seguridad social.
La propuesta, anunciada por el propio May durante una gira por Comalcalco este martes 27 de mayo, incluye un recorrido presidencial por el Hospital General de Comalcalco, así como una evaluación directa del avance en el abasto de medicamentos, equipamiento hospitalario y cobertura médica.
Estamos trabajando para lograr el mejor sistema de salud para el pueblo tabasqueño, siempre con el apoyo de nuestra Presidenta”, afirmó el gobernador tras su reciente encuentro en Palacio Nacional con Sheinbaum y otros 23 mandatarios estatales.
El anuncio no ocurre en el vacío. Se da tras una semana en la que Tabasco fue mencionado nuevamente en Palacio Nacional como ejemplo de resultados.
Se da, también, en medio de una gira estatal que incluyó entregas de infraestructura educativa, viviendas de bienestar y rehabilitación urbana en Comalcalco, un municipio que concentra tanto simbolismo político como carencias estructurales.
LA LÓGICA DE LAS VISITAS: MÁS ALLÁ DEL PROTOCOLO
Octubre, marzo y junio: tres fechas que marcan una presencia continua de Sheinbaum en Tabasco. En menos de un año de gobierno, el mensaje es claro: esta no es una presidencia ausente ni un territorio relegado.
Para efectos del tablero político de la Cuarta Transformación, Tabasco es un enclave estratégico, no solo por razones simbólicas (el estado natal de López Obrador), sino por sus niveles de rezago, su potencial productivo y la capacidad operativa de su gobernador.
En su primera visita, el 18 de octubre de 2024, Sheinbaum incluyó a Tabasco en su gira inicial por el sureste mexicano. La entonces flamante presidenta eligió arrancar su acercamiento regional por los estados donde la 4T cuenta con estructuras sólidas y márgenes de maniobra política. Reuniones con autoridades locales, revisiones del programa IMSS-Bienestar y compromisos de desarrollo marcaron ese viaje inaugural.
La segunda visita, el 26 de marzo de 2025, tuvo un componente más amplio: reforzar la infraestructura social y dar seguimiento al despliegue de programas económicos. Fue en esa gira donde se consolidó la narrativa de Tabasco como entidad aliada, eficiente y ejecutora. Y ahora, con la inminente tercera visita en junio, el mensaje se profundiza.
EL FOCO EN SALUD: RENDICIÓN DE CUENTAS EN TIEMPO REAL
Si el Tren Interoceánico o el desarrollo del cacao en la región Chontalpa son apuestas de mediano plazo, el tema de la salud no admite aplazamientos. Las deficiencias estructurales del sistema sanitario en Tabasco son conocidas: escasez de médicos, clínicas rurales sin insumos, hospitales operando al 60%. Por eso, el IMSS-Bienestar se convierte en una promesa cuya ejecución será verificada directamente por la presidenta.
Hoy, el abasto de medicamentos en la entidad se reporta en un 75%, según cifras oficiales. Una mejora notable respecto al ciclo anterior, pero insuficiente aún. En zonas periféricas, el acceso sigue siendo limitado. Por eso, la visita presidencial servirá no solo para cortar listones, sino para ajustar tuercas.
El Hospital General de Comalcalco es el símbolo de ese esfuerzo. “Uno de los compromisos que tenemos y prioridad es equiparlo, poder ocupar el 100% de su capacidad y tener todo el equipo que se requiere”, dijo May. Y añadió: “Con el hospital que se está construyendo en Cárdenas vamos a despresurizar los hospitales de tercer nivel de la capital”.
Esta lógica de atención territorializada responde al principio rector del nuevo gobierno: el derecho a la salud como obligación política y operativa.
MAY Y SHEINBAUM: UNA MANCUERNA SIN ESTRIDENCIAS
Lo que distingue a Tabasco no es solo el número de visitas presidenciales, sino el tono de las relaciones institucionales. En contraste con los conflictos abiertos que la Federación mantiene con otros gobernadores, aquí la colaboración fluye sin ruido.
May encabeza personalmente las Mesas de Seguridad, gira por los municipios y participa activamente en las reuniones del gabinete federal. Sheinbaum lo ha reconocido públicamente en más de una ocasión.
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Esa mancuerna, discreta pero efectiva, proyecta una imagen poco habitual en la política mexicana: lealtad con resultados. No se trata de adulaciones mutuas, sino de respaldo basado en desempeño. En tiempos donde los discursos sobran y las acciones escasean, la ejecución eficaz se vuelve el mejor aval.
¿UN MODELO REPLICABLE?
Tabasco no es el único estado con problemas en salud o infraestructura. Lo que lo hace distinto es la coordinación operativa entre niveles de gobierno, la persistencia de la presencia federal y la voluntad de asumir compromisos públicos con metas concretas. Esto no significa que todo marche bien. Aún hay rezagos profundos, tensiones presupuestales y desafíos logísticos. Pero los cimientos de una transformación sostenible están en construcción.
La tercera visita presidencial en ocho meses es más que una gira: es una apuesta por un modelo de gobernabilidad con verificación de campo, en el que los anuncios se miden con indicadores, y los compromisos se traducen en obras, insumos y servicios.
En tiempos donde el escepticismo domina la percepción ciudadana, Tabasco ofrece un caso atípico: menos narrativa, más supervisión; menos foto, más seguimiento.
Y eso, aunque aún no garantice el éxito, al menos apunta en la dirección correcta.
PUNTOS CLAVE DEL NUEVO MODELO EN TABASCO
- IMSS-Bienestar: Federalización del sistema para no derechohabientes.
- Abasto de medicamentos: 75% en mayo de 2025, en avance.
- Hospitales estratégicos: Comalcalco (prioridad), Cárdenas (en construcción).
- Desafíos: Personal médico, zonas rurales y logística de distribución.
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