¿Cómo nos irá con Claudia Sheinbaum en la Presidencia? Esa es la pregunta que flota en el aire entre los tabasqueños. Tras darle el 80.5% de los votos, el mayor porcentaje en el país, la expectativa es inevitable. El respaldo a Sheinbaum, sin embargo, no es solo hacia su figura, sino a lo que representa: la continuidad de un proyecto que López Obrador inició y que en Tabasco ha dejado una huella profunda. AMLO no solo fue el político más influyente en la historia reciente del país, sino también el hombre que marcó a su estado natal.
Claudia Sheinbaum ha sido elevada, en cierto sentido, a una figura simbólica para Tabasco, algo así como una “tabasqueña por adopción”. Pero más allá de las simpatías, su verdadero desafío está en demostrar que su liderazgo será capaz de mantener el rumbo y al mismo tiempo hacer los ajustes necesarios que el momento actual demanda.
Claudia debe equilibrar legado de AMLO y liderazgo con sello propio.
El estado no espera una simple prolongación de López Obrador, sino un liderazgo con un sello propio, que refleje la transformación continua pero con respuestas claras a las necesidades más apremiantes.
Sheinbaum tiene un estilo técnico, pragmático, diferente al de AMLO, cuya cercanía emocional con la gente siempre fue uno de sus puntos más fuertes. Para Tabasco, acostumbrado a la presencia casi paternal de López Obrador, será crucial que Sheinbaum logre construir su propia conexión con la población. Esa cercanía no puede ser solo retórica o simbólica, deberá traducirse en acciones concretas que demuestren que el compromiso con el bienestar de los tabasqueños sigue siendo una prioridad.
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La primera visita de Sheinbaum a Tabasco como presidenta ha generado una expectación palpable. No solo se trata de los gestos simbólicos, sino de lo que esa relación con el estado puede significar a futuro. El legado de López Obrador es un peso significativo sobre sus hombros, pero también una base sólida desde la cual construir.
AMLO dejó grandes proyectos en marcha, como la refinería Dos Bocas y el Tren Maya, que son cruciales para el desarrollo regional. No obstante, los tabasqueños también esperan respuestas inmediatas a problemas cotidianos, aquellos que no pudieron ser completamente atendidos durante el sexenio pasado.
El estado espera soluciones concretas en salud, seguridad y empleo.
Proyectos como la modernización del sistema hospitalario, en particular el hospital Rovirosa, serán una prueba para la presidenta. Las fallas estructurales en la salud pública se han mantenido a lo largo de los años, y los tabasqueños esperan que Sheinbaum dé prioridad a este tema, más allá de las grandes obras. Mejorar la atención médica y garantizar el acceso a servicios de calidad es una demanda que no puede seguir siendo postergada.
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Uno de los temas clave es la seguridad. Si bien algunos indicadores han mejorado, la percepción de inseguridad sigue siendo alta. Las calles de Villahermosa y otras ciudades del estado siguen bajo la sombra del crimen organizado y la delincuencia común. Los tabasqueños esperan que Sheinbaum logre articular una estrategia eficaz que combine desarrollo económico con políticas de seguridad, una fórmula que promueva el bienestar y, al mismo tiempo, controle los focos de violencia.
La relación con Javier May, gobernador de Tabasco y una de las figuras en la Cuarta Transformación, será esencial. No se trata solo de una alianza política, sino de una relación estratégica que permitirá que los recursos federales fluyan hacia el estado.
May tiene la capacidad de gestionar y atraer inversiones, y en su papel como interlocutor con la presidenta, podrá asegurar que los proyectos y programas necesarios sigan avanzando. El reto será que esta coordinación se traduzca en resultados concretos, no solo en el plano de los grandes proyectos, sino también en el día a día de los tabasqueños.
May, conocido por su habilidad para ejecutar programas como Sembrando Vida, ha demostrado que tiene la experiencia y el respaldo necesario para consolidar una alianza efectiva con el gobierno federal. Esta relación será clave para que Tabasco continúe recibiendo recursos y proyectos estratégicos, no solo en el sector agrícola, sino también en áreas como la tecnología, el turismo y la cultura, donde el estado tiene un enorme potencial por desarrollar.
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En este sentido, la visita de Sheinbaum a Balancán marca un nuevo capítulo en la relación entre la Presidencia y el gobierno de Tabasco, con Javier May como interlocutor clave en la ejecución de proyectos esenciales para la Cuarta Transformación. A lo largo del evento, el mensaje de Sheinbaum fue claro: la alianza entre ambos no es solo política, sino que responde a la necesidad de continuidad en la visión de desarrollo para el sureste.
La colaboración entre ambos, forjada desde la proximidad con López Obrador y cimentada en los principios de la transformación, es fundamental para que Tabasco siga siendo un bastión de la 4T.
En la estela de AMLO, Sheinbaum asume el reto de cumplir con las expectativas de un estado que le otorgó un respaldo histórico en las urnas. Los proyectos iniciados por López Obrador, como Sembrando Vida y la refinería Dos Bocas, son vitales para el desarrollo económico de Tabasco.
¿Qué significa la llegada de Claudia Sheinbaum para Tabasco? Su alianza con @TabascoJavier May y los proyectos de la 4T serán clave para el futuro del sureste. Lee mi análisis completo aquí 👇 https://t.co/o2zQAa0xD3#Tabasco #4T #Sheinbaum
— Héctor Tapia (@HectorTapia_) October 19, 2024
Pero más allá de la continuación de esos megaproyectos, el compromiso de Sheinbaum es claro: el segundo piso de la Cuarta Transformación no solo será de infraestructura, sino también de justicia social, algo que los tabasqueños esperan ver traducido en mejoras tangibles.
Este enfoque de justicia social se vio reforzado en Balancán con el impulso a programas como Pescando Vida y la pensión universal para personas con discapacidad. Sheinbaum, al hablar de un «segundo piso» de la transformación, subraya la urgencia de elevar los principios de austeridad y apoyo a los más vulnerables, en una región históricamente marginada.
Tabasco no solo demanda resultados en la gestión de megaproyectos, sino que espera que la alianza entre Sheinbaum y May se traduzca en una mejoría palpable de las condiciones de vida, algo que ambos líderes se han comprometido a cumplir.
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El desafío está claro. Sheinbaum no solo debe mantener el legado de López Obrador, sino llevarlo un paso más allá, adaptándolo a las nuevas realidades del país y del estado. Tabasco será el terreno donde se pondrá a prueba la capacidad de la nueva presidenta para cumplir con las expectativas generadas. Los tabasqueños confían en que Sheinbaum tiene la experiencia y el respaldo político necesarios para enfrentar estos retos de manera efectiva.
En Tabasco, el tiempo será quien valore los frutos de la gestión de Claudia Sheinbaum.
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