MONTREAL.— Mark Carney consolidó este lunes una histórica victoria para el Partido Liberal en Canadá, al imponerse en las elecciones federales y obtener un mandato claro para enfrentar los desafíos planteados por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Según proyectaron CBC News y CTV News, el exbanquero central, con una reputación global como gestor de crisis económicas, logró frenar al populismo conservador liderado por Pierre Poilievre y reencaminar a los liberales tras años de desgaste bajo la conducción de Justin Trudeau.
Aunque los resultados finales aún se escrutaban lentamente, las primeras proyecciones otorgaban a los liberales unos 155 escaños, frente a 119 de los conservadores. Carney ganó también su primer escaño como diputado en Nepean, Ottawa, apuntalando su legitimidad interna como nuevo primer ministro.
RESULTADOS PRELIMINARES POR PARTIDO
En su discurso de victoria, Carney fue categórico: “El amor por Canadá es nuestro motor. Protegeremos nuestra economía y nuestra identidad frente a quienes intentan erosionarlas”.
UN PERFIL ECONÓMICO PARA TIEMPOS DE CRISIS
Carney llegó al liderazgo liberal tras una carrera brillante: presidió los bancos centrales de Canadá y el Reino Unido, trabajó en Goldman Sachs y lideró organismos financieros como Brookfield Asset Management. Esta hoja de vida fue un activo crucial en una campaña centrada en el temor a las turbulencias económicas que podría desencadenar el proteccionismo de Trump.
Se presentó como un “gestor de crisis” capaz de blindar a Canadá frente a los aranceles estadounidenses —del 25% sobre productos no conformes con el T-MEC y sobre ciertos automóviles— y frente al intento simbólico, pero políticamente sensible, de Trump de considerar a Canadá como un potencial “estado número 51”.
Carney también prometió diversificar las alianzas comerciales y fortalecer las fuerzas armadas, especialmente en el estratégico Ártico, en clara respuesta a los nuevos tiempos de tensión geopolítica global.

LO QUE DEJÓ LA ELECCIÓN HISTÓRICA EN CANADÁ
- Ganador: Mark Carney (Partido Liberal)
- Escrutinio parcial: 155 escaños liberales vs. 119 conservadores
- Prioridades: Renegociar relaciones con EE.UU., diversificar comercio, fortalecer defensa ártica
- Adversario derrotado: Pierre Poilievre (Partido Conservador)
- Clima político: Rechazo al populismo y apuesta al pragmatismo económico
El Partido Liberal supo capitalizar el deseo de estabilidad de los votantes. Y aunque no alcanzó aún la mayoría absoluta de 170 bancas, la diferencia obtenida respecto de los conservadores es un espaldarazo que no puede subestimarse.
EL RECHAZO AL POPULISMO CONSERVADOR
La derrota de Pierre Poilievre marca un límite al avance del populismo conservador al estilo de Trump en Canadá. Durante meses, los sondeos daban a Poilievre como favorito, impulsado por un discurso antiélite y de desregulación agresiva.
Sin embargo, la narrativa de miedo económico utilizada por los liberales funcionó: una buena parte del electorado prefirió apostar por la experiencia de Carney, antes que embarcarse en aventuras que podrían costar caro en un contexto internacional incierto.
Además, el fuerte desempeño de los liberales en Quebec, a expensas del soberanista Bloque Quebequés, le otorga a Carney no solo apoyo numérico, sino también un mandato territorial amplio que incluye triunfos tanto en el este como en el oeste del país.
Este resultado reafirma a Canadá como un bastión de políticas centristas y de rechazo al extremismo, un matiz cada vez más difícil de encontrar en otras democracias occidentales.
QUÉ SIGUE PARA CANADÁ Y CARNEY
Los desafíos para Carney no son menores. Su primera prioridad será abrir canales de diálogo con Trump, a sabiendas de que el vínculo bilateral ha cambiado para siempre. “La relación tradicional con Estados Unidos ha terminado”, advirtió el nuevo primer ministro.
Carney también impulsará la diversificación de la economía canadiense, buscando nuevos socios comerciales fuera del eje norteamericano, reforzando la cadena de suministro automotriz y rearmando una política de defensa robusta, sobre todo en el Ártico.
La victoria liberal puede haber dado algo de respiro a Ottawa, pero Carney advirtió que “no hay soluciones mágicas”. Lo que viene será un ejercicio de diplomacia fina, astucia económica y liderazgo interno sólido para navegar la era Trump 2.0.
Su éxito o fracaso tendrá un impacto mucho más allá de las fronteras canadienses: será un test para las democracias liberales sobre cómo sobrevivir —y tal vez prosperar— en un mundo cada vez más hostil.
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