Héctor I. Tapia
Villahermosa es una ciudad atrapada en su propio caos vial. Con calles congestionadas, ausencia de planeación urbana y vehículos avanzando lentamente en un constante embotellamiento, la ciudad vive diariamente en tensión.
Pero hubo un tiempo, quizás ya demasiado lejano, en el que la solución giraba literalmente en torno a las glorietas.
Aquellas estructuras urbanas no solo regulaban el tráfico, también eran parte del paisaje y la memoria colectiva. Sitios como la glorieta del Coronel Gregorio Méndez o la de Tabscoob eran lugares de encuentro y referencia barrial, hoy tristemente olvidados o demolidos.
MEMORIA CIRCULAR
En ciudades como Mérida, las glorietas son emblemáticas. Ejemplos claros son el Monumento a la Patria o la famosa Xtabay. Más allá de su función vial, estas rotondas reflejan identidad local y se convierten en hitos de referencia que narran historias, leyendas y tradiciones. Villahermosa alguna vez contó con ese patrimonio y podría recuperarlo.
Las estadísticas son claras. Según especialistas en ingeniería de tránsito, las glorietas reducen en más del 90% los accidentes mortales. Son estructuras que aligeran el tráfico, reducen los tiempos muertos y generan un ambiente menos hostil entre conductores y peatones.
LA CIUDAD QUE FUE
La Fuente de Los Niños Traviesos, por ejemplo, ubicada entre Paseo Usumacinta y Avenida 27 de Febrero, hoy podría ser un espacio de encuentro en lugar de un problema vial recurrente.
El cruce en el monumento de Andrés Sánchez Magallanes, conocido popularmente como “La Chichona”, se convertiría de inmediato en un punto de orden y convivencia.
Martín Nieto Domínguez, director de la Policía Estatal de Caminos, ha señalado la importancia de rescatar esta estructura vial como alternativa a los semáforos. “En las glorietas, el vehículo que circula tiene prioridad, eso genera respeto y orden natural”, destacó en un reciente comunicado.
UNA NUEVA OPORTUNIDAD
La historia de Villahermosa ha demostrado que las glorietas pueden y deben ser más que elementos viales. Son espacios vivos que dan identidad urbana y orden a las ciudades. Enfrentar el caos del tránsito desde la nostalgia inteligente, recuperando estos símbolos urbanos, podría ser la clave para un futuro más amable.



Es tiempo de devolver a Villahermosa las glorietas que perdió, no solo por razones prácticas de movilidad, sino también por la memoria urbana que representan. Cada glorieta recuperada sería un paso hacia la reconciliación con un pasado urbano valioso, y al mismo tiempo, una solución al presente congestionado.
APUESTA SEGURA
- Seguridad vial: más del 90% menos accidentes mortales.
- Movilidad fluida: adiós a los tiempos muertos en semáforos.
- Economía y ecología: reducción de costos y menor contaminación.
En Villahermosa, la única glorieta que intenta resistir el caos diario se encuentra en el distribuidor vial de Guayabal, punto donde confluyen flujos que vienen desde la carretera a Teapa, la avenida Usumacinta, el centro de la ciudad y el Periférico.
Aquí, la ley es clara: los vehículos que ya circulan dentro de la glorieta tienen preferencia. Pero la práctica diaria demuestra lo contrario. La lucha no es solo entre autos, sino contra la desinformación, el desorden vial y la falta de cultura cívica. Es un anillo que gira entre el reglamento y la costumbre. ¡No te confundas!
GUÍA BÁSICA PARA CIRCULAR SEGURO EN GLORIETAS:
- Disminuye la velocidad al acercarte.
- Respeta la prioridad de los vehículos que ya están dentro.
- Usa intermitentes al entrar y salir.
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