En Tabasco, la política a menudo transcurre entre lo visible y lo que permanece constante tras bambalinas. El reciente nombramiento de Juan Molina Becerra como presidente del Instituto de Administración Pública del Estado de Tabasco (IAP), realizado por el gobernador Javier May Rodríguez, es un ejemplo de cómo ciertos perfiles con trayectoria siguen siendo considerados útiles en momentos de reorganización institucional.
Ese es el punto central. Más allá del acto protocolario, lo interesante es cómo figuras con experiencia, como Molina Becerra, vuelven a ocupar espacios clave en la administración pública, lo que puede interpretarse como una apuesta por el conocimiento acumulado y la continuidad en la profesionalización del gobierno estatal.
EL REGRESO DE UN PERFIL CON HISTORIA
Juan Molina regresa como especialista en gestión pública, con años de experiencia acumulada en diversos cargos. Originario de Macuspana, con formación en Psicología por la UNAM y Derecho, fue diputado local priista por ese municipio (2001-2003), subsecretario de Gobierno (2006-2012) y titular del IAP entre 1997 y 2002, bajo otro contexto político.

JUAN MOLINA BECERRA
Origen: Macuspana, Tabasco
Formación: Psicología (UNAM), Derecho
Partidos: PRI (hasta 2021), Morena (desde 2021)
Cargos anteriores: Presidente del IAP (1997-2002), Diputado local (2001-2003), Subsecretario de Gobierno (2006-2012)
Nuevo cargo: Presidente del IAP Tabasco (desde mayo de 2025)
En 2021, tras décadas en el PRI, decidió abandonar ese partido y sumarse a Morena. Aunque no fue una figura visible en la campaña de Javier May a la gubernatura, su experiencia como operador político y técnico fue considerada útil en tareas de organización electoral.
El Instituto de Administración Pública es un organismo fundamental para formar y actualizar a quienes laboran en el gobierno. En ese sentido, el nombramiento de Molina Becerra puede entenderse como una forma de asegurar que esa tarea sea conducida por alguien con amplio conocimiento de los procesos administrativos y del entorno político local.
TRANSICIONES POLÍTICAS, CONTINUIDAD OPERATIVA
Molina ha estado presente en diferentes momentos políticos del estado: en gobiernos del PRI, en etapas de transición hacia Morena y ahora en la administración de Javier May. En algunos casos, como asesor; en otros, en cargos públicos. Su carrera muestra cómo ciertos perfiles técnicos logran adaptarse a los cambios políticos sin perder relevancia.
Este tipo de trayectoria suele observarse con atención, pues representa una constante en la política local: actores que no necesariamente buscan protagonismo público, pero que participan activamente en tareas clave de gobierno y organización.
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En redes sociales, Molina Becerra expresó que asume esta nueva etapa con el objetivo de fortalecer la profesionalización del servicio público, una declaración que encaja con el perfil institucional del IAP.
UN NUEVO CONTEXTO DENTRO DE MORENA
El regreso de Molina también ocurre en un contexto de reorganización interna en Morena en Tabasco, con Javier May armando su propio equipo de trabajo tras asumir la gubernatura. Integrar a perfiles con experiencia, pero que no generan divisiones, puede interpretarse como una decisión estratégica que apunta a garantizar resultados administrativos.
Además, la cercanía de Molina con figuras relevantes del Congreso, como Jaime Lastra Bastar, indica que su incorporación no es solo personal, sino que forma parte de un reacomodo político más amplio dentro del gobierno.
Estos movimientos suelen pasar desapercibidos en la agenda mediática, pero son importantes para entender cómo se construye la gobernabilidad en Tabasco: con figuras técnicas, políticas y con capacidad de interlocución.
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