LIMA.— Lima amaneció envuelta en un silencio solemne el jueves 11 de abril. En su casa, rodeado de los suyos, murió Mario Vargas Llosa, a los 89 años, el último sobreviviente de aquella tormenta literaria que sacudió al mundo desde el sur de América: el boom latinoamericano.
Su partida no sólo marca el final de una vida; es el cierre de un capítulo dorado en la historia de la lengua española, ese idioma que Vargas Llosa ensanchó con una prosa poderosa, deslumbrante y obsesivamente lúcida.
Como un río que atraviesa múltiples paisajes, su vida fue una travesía intelectual, política, literaria y profundamente humana. Desde Arequipa, su cuna natal en 1936, hasta los aplausos de Estocolmo en 2010, cuando recibió el Premio Nobel de Literatura, su destino fue el de un narrador que se empeñó en descifrar la condición humana con la lupa de la literatura y la pasión del inconforme.
🏅 PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS
· Doctor Honoris Causa por más de 20 universidades, entre ellas la UNAM.
· Premio Nobel de Literatura (2010)
· Premio Cervantes (1994)
· Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986)
· Premio Rómulo Gallegos (1967)
· Premio Planeta (1993)
· Marqués de Vargas Llosa (otorgado por el rey Juan Carlos I, 2011)
“Gozo de una vida larga, múltiple y fructífera”, recordaron sus hijos en un comunicado. Álvaro, Gonzalo y Morgana acompañaron su despedida con la sobriedad de quienes saben que el legado que deja supera cualquier epitafio.
UN NOVELISTA CONTRA EL OLVIDO
Mario Vargas Llosa fue muchas cosas, pero sobre todo fue un escritor ferozmente comprometido con la libertad y el arte de contar historias. Irrumpió en la escena mundial en 1963 con La ciudad y los perros, donde retrató la violencia de los internados militares en Perú, y lo hizo sin pedir permiso ni disculpas.
Le siguieron obras como La casa verde y Conversación en La Catedral, novelas que convirtieron su pluma en bisturí para diseccionar el alma latinoamericana, sus contradicciones y sus sueños rotos.
Frases memorables de Mario Vargas Llosa
La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido.”
Donde hay libertad, hay literatura.”
La utopía es necesaria, aunque sea para saber en qué dirección no debemos caminar.”
Creo que el Nobel no es sólo un reconocimiento personal, sino también a la literatura en español y al aporte de América Latina.”
La ficción es más verdadera que la realidad.”
Le dolía el poder, le fascinaba la libertad. Lo demostró también en su faceta política, que pocos olvidan. Se enfrentó sin titubeos a las dictaduras, incluso a aquellas que en un principio creyó redentoras.
Su ruptura con la izquierda fue tan sonora como su posterior militancia liberal, que lo llevó a postularse a la presidencia del Perú en 1990. Fue derrotado por Alberto Fujimori, pero jamás fue vencido en el campo de las ideas.
DE PARÍS AL NOBEL: UNA HISTORIA DE AMOR Y EXILIO
Como muchos autores del boom, vivió en Europa. Primero en Madrid, luego en París, esa ciudad que acogía a los escritores latinoamericanos como si fueran hijos pródigos del idioma.
En esas calles compartió vino, discusiones eternas y sueños rotos con Gabriel García Márquez, hasta que un puñetazo selló el fin de una amistad legendaria. Nadie sabe exactamente por qué —quizá porque la literatura es también territorio de pasiones privadas—, pero desde aquel incidente en 1976, nunca volvieron a hablarse.


A pesar de las controversias, Vargas Llosa fue el último gran cronista del continente, un autor universal y un eterno inconforme. “Los novelistas deberían ser los profesionales del descontento”, dijo alguna vez. Él lo fue. Su literatura es el eco de una conciencia que no pactó con el silencio.
MÉXICO, ESPEJO DE SUS PREOCUPACIONES
En 2010, poco antes de recibir el Nobel, habló con crudeza sobre México. Lo veía como una democracia en construcción, aún arrastrando los lastres de décadas de autoritarismo. Denunció la violencia del narcotráfico con palabras que sonaban como campanas de alarma: “Es cruel, sádica… paraliza de espanto. Pero hay que dar esa batalla. Si México la pierde, América Latina entera perderá”.
Pocas veces un escritor habló con tanta claridad sobre nuestra región, con tanto amor por su destino y con tanta rabia ante su fracaso.
VOCES QUE LLORAN Y CELEBRAN
Desde Tabasco, donde la selva también ha sido musa de escritores, se sintió el eco de su ausencia. Intelectuales, lectores, editoriales y universidades lamentaron su muerte. David Toscana confesó que la noticia le cayó “como un golpe seco”, recordando que no sólo se va un autor, sino “un soldado de la libertad”.
Andrés Ramírez, poeta y editor, lo definió como “un escritor que marcó época, que buscó nuevas formas narrativas y no se rindió ante ninguna etiqueta”. Guillermo Arriaga, por su parte, dijo haber sido tocado por la huella profunda de Vargas Llosa, a quien consideró “un grande” que lo acompañó en su camino como narrador.
HUELLA IMBORRABLE EN LAS LETRAS
La UNAM, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la Fundación Gabo, la Secretaría de Cultura, y hasta el presidente de Guatemala lamentaron su partida. La Fundación Elena Poniatowska Amor lo llamó “una voz clave de la literatura contemporánea”. Y Dulce María Ramos, periodista cultural, escribió una frase que lo resume todo: con él, culmina la época más gloriosa de la literatura latinoamericana.
No es exageración. Mario Vargas Llosa fue el último guardián de un fuego que encendieron juntos García Márquez, Cortázar, Donoso y Fuentes. Con su muerte, el boom se convierte en mito.
ADIÓS, MAESTRO
En tiempos donde la frivolidad amenaza con desplazar la memoria, Vargas Llosa es más necesario que nunca. Sus libros no fueron consuelos, sino desafíos; no escapatorias, sino espejos.
Leyéndolo, entendimos que las dictaduras pueden vestirse de democracia, que la libertad es frágil y que las palabras, cuando se usan con verdad y belleza, pueden ser más poderosas que cualquier ejército.
Hoy, al cerrarse la última página de su vida, nos queda su obra: un testimonio feroz y luminoso del alma de América Latina.
Novelas más destacadas:
- La ciudad y los perros (1963)
- La casa verde (1966)
- Conversación en La Catedral (1969)
- La tía Julia y el escribidor (1977)
- La guerra del fin del mundo (1981)
- El hablador (1987)
- La fiesta del Chivo (2000)
- El sueño del celta (2010)
- Tiempos recios (2019)
- Le dedico mi silencio (2023)
Ensayos y crónicas notables:
- La verdad de las mentiras (1990)
- El pez en el agua (1993, autobiografía)
- Carta de batalla por Tirant lo Blanc (2000)
- La civilización del espectáculo (2012)
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