Mariah Carey gana la demanda por supuesto plagio de “All I Want for Christmas Is You”. La jueza dictaminó que su canción no infringió derechos de autor.

Mariah Carey, la reina indiscutible de la Navidad… y de los tribunales

LOS ÁNGELES.— La Navidad no se canta con demandas, se celebra con clásicos. Y Mariah Carey acaba de recordárselo al mundo desde un estrado en Los Ángeles.

Esta semana, la diva del pop volvió a vestir de rojo y blanco —al menos metafóricamente— tras ganar una demanda que amenazaba con despojarla de su trono navideño.

Porque sí, en pleno marzo, con el invierno haciendo maletas, Mariah Carey volvió a ser la noticia estacional, pero no por sus agudos interminables ni por sus pijamas de lentejuelas, sino por una querella que intentó arrancarle de las manos el título de dueña y señora de los jingles navideños.

¿LA ACUSACIÓN? PLAGIO NAVIDEÑO

Andy Stone, mejor conocido como Vince Vance —líder de la banda country Vince Vance and the Valiants—, presentó una demanda junto con el coautor Troy Powers en 2023. Alegaban que el mega éxito “All I Want for Christmas Is You” de Carey, lanzado en 1994, copiaba elementos líricos y musicales de su canción homónima de 1989.

En su versión, publicada cinco años antes, Vince comparaba el amor con decoraciones de lujo. En la de Mariah, la nieve, el muérdago y los regalos son meros accesorios frente al verdadero anhelo de la intérprete: el amor.

Los demandantes pidieron nada menos que 20 millones de dólares. Un intento ambicioso —por no decir descarado— de tambalear una canción que, según estimaciones de 2017, ya había generado más de 60 millones de dólares en regalías.

UNA REINA QUE NO SE DEJA DESTRONAR

La jueza de distrito Monica Almadani, desde Los Ángeles, fue contundente: las canciones “no eran lo suficientemente similares como para sostener una infracción de derechos de autor”. Es decir, a pesar del título idéntico y los tintes románticos navideños, las obras no compartían el ADN necesario para hablar de plagio.

Más aún: en su fallo, Almadani ordenó a los compositores demandantes cubrir parte de los honorarios legales de Carey, argumentando que varios de sus documentos eran “una letanía de afirmaciones irrelevantes y sin fundamento”. Un escarmiento jurídico para quienes intentan reescribir la historia a punta de pleitos.

La can tante Mariah Carey, 10 meses del año, y la cantante después del Thanksgiving Day, cuando inaugura la Navidad con su canción.

Y así, como si fuera otro villancico en su repertorio, Mariah ganó. Sin levantar la voz, sin panderetas ni pinos de fondo. Solo con los hechos —y una buena defensa legal— logró conservar lo que es suyo: una canción que cada diciembre revive, renace y reina.

¿POR QUÉ “ALL I WANT FOR CHRISTMAS IS YOU” ES INTOCABLE?

Porque no es solo una canción. Es un fenómeno. Desde su aparición en el álbum Merry Christmas en 1994, el sencillo se volvió un ritual anual. En 2019, logró el número uno en el Billboard Hot 100, veinticinco años después de su estreno.

Es como el pavo en Acción de Gracias o las uvas en Año Nuevo. Inamovible. Innegociable. Inolvidable.

No hay Navidad sin Mariah. Así de sencillo. En un mundo donde los clásicos parecen cada vez más efímeros, esta canción ha demostrado ser una anomalía pop: atemporal, universal y altamente rentable. Ha sido versionada por artistas que van desde Shania Twain hasta My Chemical Romance y Justin Bieber. Se escucha en centros comerciales, películas, supermercados y playlists de medio mundo.

Es el himno navideño del siglo XXI.

UN FALLO CON RESONANCIA FARANDULERA

Más allá del expediente judicial, este caso pone el reflector sobre un fenómeno curioso de la farándula: el intento recurrente de subirse a la fama de otro. Y cuando ese otro es Mariah Carey, la cuesta se pone empinada como una colina nevada de Aspen.

El caso de Vince Vance parece más una postal de desesperación que una lucha por justicia. Y en el fondo, nos habla de algo más profundo: del poder emocional de una canción, de cómo una melodía puede moldear recuerdos y volverse patrimonio colectivo. Eso no se copia. Eso se crea.

Y si algo ha sabido hacer Mariah en sus tres décadas de carrera es crear momentos icónicos. Desde su nota aguda en “Emotions” hasta su vestido rojo aterciopelado en el Christmas Special, ella no compite con otras cantantes. Compite consigo misma. Y gana.

EL LEGADO INTACTO

Con esta decisión judicial, “All I Want for Christmas Is You” no solo queda libre de sospecha legal, sino que refuerza su estatus de joya navideña imperecedera. Y Mariah, lejos de sufrir una mancha en su reputación, sale reluciente, como la estrella en la punta del árbol.

Al final, esta demanda solo logró una cosa: recordarle al mundo quién manda en diciembre. Mariah Carey no solo canta la Navidad, la encarna, la domina y la factura. Y, como ha quedado claro esta semana, también sabe defenderla con uñas, vocales y abogados.

Porque si algo nos enseñó esta historia, es que en el mundo del espectáculo, ni el muérdago es gratis ni el trono se entrega por voluntad. Se defiende. Se conquista. Y se canta.

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