En Tabasco, el clima de violencia suele medirse en cifras al amanecer: una muerte, un hallazgo, una calle marcada por disparos. Pero este mes de marzo ha comenzado a mostrar un comportamiento inusual. Las estadísticas de homicidios, que venían al alza durante los primeros meses del año, han comenzado a descender de forma sostenida.
Enero cerró con 92 asesinatos. Febrero, con 98. Pero marzo, hasta el día 21, solo reporta 44. La cifra no es menor. Representa 48 homicidios menos que enero y 54 menos que febrero. En un estado acostumbrado a que la violencia imponga su ley, este descenso tiene un significado que no puede ignorarse.
Villahermosa, Cárdenas, Huimanguillo y Macuspana —zonas donde se concentran los focos de homicidios— también han reportado una baja en los casos. Si la tendencia se mantiene, marzo podría terminar con el número más bajo de asesinatos en el año. La pregunta es inevitable: ¿qué está pasando en Tabasco?
UN GIRO INESPERADO
La explicación no es evidente. Algunos analistas apuntan a reacomodos en los grupos delictivos. Otros, a una tregua implícita tras disputas violentas del último trimestre de 2024. Pero hay un factor que empieza a tomar fuerza en el análisis: la estrategia de seguridad del gobierno estatal, reconocida recientemente por la Federación.
Desde diciembre pasado, el gobernador Javier May Rodríguez emprendió un modelo de intervención comunitaria bajo el nombre de Jornadas de Paz, que busca atender directamente las causas de la violencia: abandono social, falta de oportunidades, adicciones, desempleo.
La estrategia se ha desplegado en colonias y villas del municipio de Centro, particularmente en zonas conflictivas como Gaviotas Sur. Del 3 de diciembre al 7 de marzo se brindaron más de 124 mil atenciones, se visitaron más de 17 mil hogares y participaron casi 2 mil funcionarios de distintas dependencias.
No se trató solo de entregar apoyos: también se escucharon necesidades, se integraron diagnósticos y se canalizaron casos críticos a programas como Jóvenes Construyendo el Futuro y pensiones para personas con discapacidad. Según el gobierno estatal, más de 1,126 jóvenes fueron incorporados a esquemas de formación laboral.
UN MODELO DE PRESENCIA
La lógica detrás de esta intervención es clara: ganar territorio no con patrullas, sino con Estado. La presencia institucional, constante y cercana, busca desplazar el control social que los grupos criminales han ejercido por años. La violencia, en muchos barrios de Tabasco, se arraigó por la ausencia de autoridad legítima.
Junto a @esthela_damian, Subsecretaria de Seguridad y Protección Ciudadana del @GobiernoMX; clausuramos hoy las Jornadas de Paz. Fueron meses de arduo trabajo con los equipos multidiciplinarios que forman parte de la Estrategia Nacional de Seguridad de la presidenta @Claudiashen. pic.twitter.com/caVul9D6ys
— JAVIER MAY (@TabascoJavier) March 22, 2025
Durante la clausura de la primera etapa de estas jornadas, el propio gobernador fue claro: “Nuestro gobierno no se hace desde el escritorio. Se hace caminando, escuchando, resolviendo. Por eso vamos casa por casa”. La subsecretaria de Prevención de la SSPC, Esthela Damián, reforzó esa visión: “Aquí se construye una zona de paz, no desde el discurso, sino desde el territorio”.
No es solo una política pública: es un intento de recuperar el pacto social desde la raíz. El acompañamiento de figuras como el exbasquetbolista Gustavo Ayón o el excampeón mundial de boxeo Erick “El Terrible” Morales aporta un valor simbólico adicional: los jóvenes necesitan ver que hay otros caminos posibles.
¿BAJA TEMPORAL O NUEVA ETAPA?
Pero nadie en el gobierno se atreve aún a cantar victoria. Marzo no ha terminado. La violencia, como la marea, puede volver a subir. Sin embargo, el descenso no es anecdótico. En un estado que en 2023 registró más de 900 homicidios dolosos, una reducción mensual superior al 50% es una señal que obliga a pensar.



La historia reciente del país ha mostrado que cuando las estrategias de seguridad se centran en la contención policiaca sin tocar las raíces sociales, los resultados son efímeros. Tabasco está apostando por lo contrario. La clave será la continuidad, el seguimiento y la expansión del modelo a otros municipios.
Agradezco infinitamente a mis compañeros, el Gobernador @TabascoJavier, a nuestro alcalde del municipio de Compostela en Nayarit, Gustavo Ayón, y a uno de los mejores boxeadores de nuestro país, Érik Morales, actual Secretario de Bienestar en Tijuana. Su participación en este… pic.twitter.com/GioGrF5BQ4
— Esthela Damián (@esthela_damian) March 22, 2025
Cárdenas, por ejemplo, ha tenido semanas de calma relativa. Pero también registra antecedentes de repuntes súbitos tras períodos de silencio. Huimanguillo sigue siendo una zona estratégica para el crimen organizado. Allí se definirá si el enfoque territorial puede realmente consolidar la paz.
UNA OPORTUNIDAD POLÍTICA Y SOCIAL
El propio presidente López Obrador ha insistido en que la paz no se impone con armas, sino con justicia social. Esa visión es la que ahora el gobernador Javier May intenta poner en práctica. La pregunta es si esta ventana de oportunidad será aprovechada.
En Tabasco, donde la inseguridad se ha vuelto parte del paisaje cotidiano, una baja como la de marzo representa no solo un alivio, sino una oportunidad política y social. Reforzar lo que funcionó. Corregir lo que falló. Escuchar más y patrullar menos.
No se trata de una solución mágica. Ni de una victoria. Se trata de un primer paso. Y en un estado con heridas abiertas, hasta una pausa tiene el peso de una noticia.
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