El paquete económico 2026 llegó al Congreso con un dato que, a simple vista, parece repetir el ritual del cierre anual: 68 mil 894 millones de pesos para operar Tabasco el próximo año. Sin embargo, detrás de esa cifra histórica se esconde un movimiento silencioso que cambia la arquitectura financiera del estado.
La federalización del sistema de Salud hacia IMSS-Bienestar no solo modifica quién ejecuta el gasto, sino que altera el equilibrio operativo de toda la administración pública tabasqueña.
Por primera vez en décadas, el estado deja de cargar con la ejecución directa del gasto más pesado de su presupuesto. La Federación asume nóminas, compras, operaciones y logística hospitalaria, mientras Tabasco conserva la responsabilidad de infraestructura y programas complementarios.
CLAVES PRESUPUESTO HISTÓRICO
El paquete económico 2026 alcanza una cifra sin precedente: 68 mil 894 millones de pesos. Es el tercer año consecutivo con crecimiento del gasto y consolida una tendencia de expansión moderada, pero constante, en las finanzas públicas de Tabasco.
- 2024: 64,603 mdp.
- 2025: 66,704 mdp.
- 2026: 68,894 mdp.
- Crecimiento 2024–2026: +6.6% acumulado.
El gobierno define este paquete como “responsable e histórico”, diseñado para desarrollo, bienestar y justicia social.
Esta reorientación presupuestal —calificada por el propio gobierno como “reordenamiento”— no se presenta como recorte, sino como ajuste funcional que mantiene el monto pero libera presión interna.
El impacto no es menor. El gasto en Salud ascendió a más de once mil millones en 2024 y rompió la barrera de los nueve mil millones en 2025, aun con la transición iniciada. Esa masa presupuestal dejó de ser ejecutada por el estado, lo que reduce riesgos, pasivos y contingencias administrativas.
Con ello, Tabasco logra algo que solo unos cuantos gobiernos estatales pueden presumir: reorganizar su estructura financiera sin frenar obra pública ni crecimiento social, y sin tocar impuestos.
El discurso oficial lo resume con prudencia: “el presupuesto se mantiene; quien va a ejecutar será la Federación”. La interpretación técnica es más contundente: Tabasco se desprende de la losa operativa de Salud, mantiene inversión, conserva narrativa política y gana margen de maniobra en áreas definidas como prioritarias. Todo sin anunciar una reforma profunda, sin pleito con gremios y sin turbulencias legislativas.
CLAVE SALUD CAMBIA DE DUEÑO
El presupuesto de Salud no se recorta: se reorienta. A partir de 2026, la ejecución operativa de hospitales, nóminas, compras y logística pasa a la Federación vía IMSS-Bienestar, mientras el Estado conserva la inversión en infraestructura y programas complementarios.
- Ejecutor 2026: IMSS-Bienestar (Federación).
- El monto se mantiene: el gasto sigue en Tabasco.
- Carga operativa: deja de ser estatal.
- Riesgos administrativos: bajan para el gobierno local.
La federalización reordena la caja: el Estado pierde peso operativo y gana margen para seguridad, obra e inversión social.
REORDENAMIENTO ESTRATÉGICO
La federalización es el pivote que permite entender el resto del presupuesto 2026. Mientras el gasto total crece 2.4% respecto al año anterior, el movimiento en Salud actúa como palanca que redistribuye capacidad financiera. El presupuesto estatal no pierde dinero, pero gana libertad.
No gasta menos: gasta diferente. Y ese matiz es la clave para comprender por qué Tabasco puede incrementar inversión social, sostener obra pública y, sobre todo, disparar el gasto en seguridad pública sin necesidad de nuevos impuestos.
DATOS SEGURIDAD 2026
El presupuesto de seguridad pública será uno de los rubros con mayor crecimiento en 2026. La bolsa proyectada se incrementa de alrededor de 3 mil millones a un rango de 3,500 a 3,800 millones de pesos, el aumento proporcional más alto del sexenio.
- Monto actual: ≈ 3,000 mdp.
- Propuesta 2026: 3,500 – 3,800 mdp.
- Incremento estimado: +16.6% a +26.6%.
- Destino: tecnología, patrullaje, operación territorial y modernización policial.
El aumento se explica por la reingeniería en Salud y el enfoque prioritario en la recuperación territorial del estado.

En el discurso del Ejecutivo y la Secretaría de Administración y Finanzas, la prioridad es clara: educación, inversión social, inversión en obra y seguridad. Pero el orden real de esas prioridades, medido en comportamiento presupuestal, coloca a la federalización primero, aunque no se diga así.
Esa operación es el verdadero giro financiero del año, el ancla que estabiliza el crecimiento y la explicación técnica de por qué el gobierno presume equilibrio sin recurrir a deuda ni cargas fiscales adicionales.
La lectura política también es precisa. Con la Federación absorbiendo el grueso de Salud, se reducen los riesgos de operación que históricamente han arrastrado a las administraciones estatales: hospitales sin personal, compras irregulares, presión sindical o fallas en servicios.
DATOS SEGURIDAD 2026
El presupuesto de seguridad pública será uno de los rubros con mayor crecimiento en 2026. La bolsa proyectada se incrementa de alrededor de 3 mil millones a un rango de 3,500 a 3,800 millones de pesos, el aumento proporcional más alto del sexenio.
- Monto actual: ≈ 3,000 mdp.
- Propuesta 2026: 3,500 – 3,800 mdp.
- Incremento estimado: +16.6% a +26.6%.
- Destino: tecnología, patrullaje, operación territorial y modernización policial.
El aumento se sostiene en la reingeniería del gasto en Salud y en la decisión política de poner la seguridad al centro del presupuesto.
Tabasco deja de administrar el frente más vulnerable y se concentra en áreas donde el impacto político es verificable: territorio, obra, programas y seguridad. Es una decisión que mezcla lógica financiera con pragmatismo de gobierno.
Para el Congreso, este reordenamiento llega con seis días de anticipación al plazo constitucional, otro gesto que busca marcar diferencia: previsión, orden y una señal de certidumbre para el análisis legislativo. Entregar la miscelánea fiscal antes del cierre envía un mensaje nítido al mercado local: Tabasco no improvisa su presupuesto; lo amarra con tiempo y lo explica como un diseño de Estado, no como una salida administrativa de emergencia.
SEGURIDAD PRIMERO
El rubro de seguridad pública es la cara visible del nuevo orden financiero. Para 2026, el gobierno proyecta pasar de un gasto cercano a 3 mil millones a una bolsa que oscilará entre 3 mil 500 y 3 mil 800 millones de pesos. Se trata del mayor incremento proporcional del sexenio, un crecimiento que puede rebasar el 26% y que convierte a la seguridad pública en el rubro estrella del presupuesto.
La explicación oficial es directa: Tabasco debe consolidar la recuperación territorial y sostener la baja de homicidio doloso que se registró durante 2024 y 2025. Pero la explicación financiera va por otro lado: el estado solo puede inyectar este nivel de recursos porque dejó de cargar operativamente con Salud. El margen liberado no es absoluto, pero sí suficiente para permitir un aumento robusto en patrullas, tecnología, fuerza operativa y modernización administrativa.
En ese sentido, el presupuesto de seguridad 2026 funciona como una apuesta doble: financiera y política. El gobierno sabe que la percepción pública de seguridad se mueve con hechos, no con discursos, y que la ENSU ya dio señales de mejoría para Villahermosa. Consolidar ese avance implica músculo presupuestal. Y el músculo apareció. Al hacerlo, Tabasco envía un mensaje claro: la seguridad ya no es un rubro más del presupuesto; es la nueva columna del proyecto gubernamental.
El secretario de Gobierno lo resumió con una frase que marca el tono del cierre de año: “El pueblo está confiando en este gobierno y el gobernador le devuelve al pueblo lo que recauda en obras”. A esa ecuación, la administración May añadió un componente central: seguridad territorial. Obras, programas y seguridad forman ahora un triángulo que revela la prioridad numérica y narrativa del 2026. El presupuesto lo confirma línea por línea.
FOCO PRESUPUESTO SIN IMPUESTOS
A pesar del aumento histórico del gasto, el Gobierno del Estado sostiene un mensaje central: no hay nuevos impuestos para 2026. La expansión se apoya en disciplina administrativa, mayor coordinación con la Federación y el reordenamiento del gasto en Salud.
- Nuevos impuestos: ninguno, según la SAF.
- Estrategia: ahorros, federalización y control del gasto corriente.
- Prioridades: inversión social, obra pública, seguridad y educación.
- Mensaje político: “Gobierno del Pueblo” sin carga fiscal adicional.
En un contexto nacional de presión fiscal, Tabasco apuesta por crecer manteniendo estable la carga tributaria para ciudadanos y empresas.
UN PRESUPUESTO SIN IMPUESTOS
El dato político más llamativo del paquete económico es que Tabasco no crea nuevos impuestos. En un país donde varios estados evalúan cargas fiscales para compensar déficit, Tabasco elige la estrategia opuesta: equilibrio presupuestal sostenido y aumento selectivo en rubros estratégicos. La decisión no es gratuita; descansa en disciplina administrativa desde 2024, la reducción de presión por Salud y la expansión de ingresos federales.
La ausencia de nuevos impuestos cumple una función doble. En términos económicos, mantiene estable la actividad empresarial y evita tensiones con el sector productivo en un momento de reactivación. En términos políticos, refuerza la narrativa del Gobierno del Pueblo: estabilidad sin sacrificio fiscal para las familias. Ese equilibrio se vuelve posible porque el gasto corriente no aumentó al ritmo de servicios personales y porque la reingeniería en Salud reacomodó el modelo operativo.
Además, la entrega anticipada de la miscelánea fiscal busca demostrar un rasgo que había sido deficitario en años anteriores: certidumbre jurídica. El Congreso recibe el paquete completo con tiempo suficiente para discusión y dictamen. Esto permite que la administración cierre el año con señal de estabilidad institucional, evitando ruido en diciembre y enviando una lectura positiva sobre el manejo de la hacienda pública estatal.
En suma, Tabasco logró construir un presupuesto histórico —el más alto de su vida institucional— sin abrir nuevos frentes de tensión fiscal. Para el ciudadano promedio, esto puede pasar desapercibido. Para el empresariado y el sistema financiero, el mensaje es preciso: Tabasco no está improvisando; está ordenando. Y en ese orden, la caja pública respira con más oxígeno que en años anteriores.
ACTORES QUIÉN MUEVE EL PRESUPUESTO
Detrás del Paquete Económico 2026 hay un círculo compacto de operación política y técnica. La entrega anticipada al Congreso reunió a los principales responsables de la ruta financiera del estado.
- José Ramiro López Obrador: secretario de Gobierno.
- Adrián Magaña Martínez: encargado de la SAF.
- Jorge Orlando Bracamonte: presidente de la JUCOPO.
- Gerardo Hernández: presidente de Hacienda y Finanzas.
- Marcos Rosendo Medina: presidente de la Mesa Directiva.
Juntos enviaron el mensaje de un presupuesto anticipado, sin sobresaltos legales y con énfasis en certidumbre institucional para 2026.
EL SEGUNDO PISO
La continuidad de obra pública es otra pieza clave del presupuesto. Con más de 1,800 millones destinados en 2025 y una proyección similar o mayor para 2026, Tabasco se perfila a cerrar el trienio con un ritmo sostenido de inversión en infraestructura. Este flujo continuo de obra no se explica sin la reorganización del gasto en Salud, que permite sostener carreteras, drenajes, escuelas, parques y equipamiento urbano sin entrar en estrés presupuestal.
El gobierno ha insistido en que todas las obras requieren certeza financiera y que 2026 está diseñado para cumplir compromisos. El presupuesto refleja esa intención con la inclusión explícita de recursos para infraestructura prioritaria en municipios y zonas rurales. La narrativa oficial lo coloca como parte del segundo piso de la Cuarta Transformación en Tabasco: un proyecto donde la obra no es propaganda, sino mecanismo de integración territorial.
Desde el punto de vista financiero, este esquema permite que la inversión pública funcione como dinamizador económico en regiones donde el mercado privado es débil. Desde el punto de vista político, coloca al gobierno en un rol activo y visible en comunidades que históricamente han sido rezagadas. La obra pública, en este sentido, deja de ser gasto para convertirse en un instrumento de cohesión.
En la ecuación final, la suma es evidente: federalización de Salud, seguridad reforzada, inversión social sostenida y obra pública estable. Ese orden revela que el presupuesto 2026 no es solo un documento financiero; es la pieza central del modelo de gobierno de Javier May Rodríguez. Un modelo que apuesta por territorio, estabilidad y reordenamiento administrativo de largo alcance. Y que, por primera vez en muchos años, parece tener capacidad de sostenerse sin improvisación.
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