México celebrará este 1 de junio una elección inédita para definir al nuevo Poder Judicial. El gobierno defiende su legitimidad, mientras críticos advierten intentos de control político. Aquí el análisis completo.

La elección judicial: entre el discurso de la transformación y la tensión por la legitimidad

CDMX.— Este 1 de junio México enfrentará una de las pruebas más inusuales de su historia democrática reciente: la primera elección directa de integrantes del Poder Judicial. Una jornada inédita que pone al país en la disyuntiva de confiar el futuro de su justicia al voto popular, entre discursos de transformación y acusaciones de manipulación.

El análisis parte de una premisa: ¿puede el país democratizar su sistema de justicia sin comprometer su independencia?

Nada más falso”, sentenció la presidenta Claudia Sheinbaum en un mensaje difundido en redes sociales, al rechazar que esta elección judicial sea una vía para que “un partido político se apropie de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)” o que ella, como mandataria, imponga ministros a modo.

Si hubiéramos querido que eso fuera así, se hubiera hecho una reforma como la de 1999, cuando el presidente Ernesto Zedillo destituyó a todos los ministros y designó a los nuevos. Nosotros estamos proponiendo algo completamente distinto: que el pueblo elija”, afirmó.

TRANSFORMAR EL SISTEMA JUDICIAL: DISCURSO, TENSIÓN Y CONTEXTO

En el corazón del mensaje presidencial hay una premisa de alta carga simbólica: trasladar la legitimidad del Poder Judicial al voto popular, como parte de lo que Sheinbaum ha denominado “la gran transformación que vive nuestro país”.

Ahora lo que queremos es que el pueblo de México decida. Participa este primero de junio en la elección del Poder Judicial”, exhortó. En su tradicional conferencia matutina, incluso enfatizó: “Estoy segura de que va a ser una elección muy buena, libre e histórica. ¿Por qué el Poder Judicial no puede elegirse, sobre todo con su historia reciente?”.

Pero esa narrativa convive con una realidad espinosa: la difusión de “acordeones” de voto a través de WhatsApp, donde se sugieren nombres de candidaturas asociadas a la 4T. El INE ha calificado esta práctica como ilegal y comenzó investigaciones. La propaganda se presenta como promovida por “Democracia Judicial”, una supuesta organización “sin fines de lucro”.

EL INE Y EL TEPJF: ÁRBITROS BAJO PRESIÓN

Frente a las críticas, los órganos electorales han respondido con firmeza. La consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, sostuvo que “hubo una crítica importante al instituto, pero actuamos con apego a la Constitución y cumplimos con el mandato de organizar esta elección inédita”.

El INE también subrayó que no habrá PREP ni resultados preliminares, como en otras elecciones. La información se obtendrá directamente del conteo oficial y de una muestra aleatoria de mil 644 casillas, lo que permitirá conocer la participación ciudadana hacia las 23:00 horas del domingo.

Por su parte, la presidenta del TEPJF, Mónica Soto, defendió la labor del tribunal: “Ni obedecimos ni desobedecimos órdenes de jueces incompetentes. Actuamos en estricto apego a nuestra Carta Magna”.

UNA ELECCIÓN JUDICIAL… ¿SIN CAMPAÑA NI CANDIDATURAS VISIBLES?

Este ejercicio ha estado marcado por la ausencia de campañas tradicionales. Los votantes solo conocen a los aspirantes a través de listados oficiales y redes no institucionales, lo que dificulta una decisión informada.

La presidenta Sheinbaum defendió que la ciudadanía puede llevar notas al momento de votar: “Yo iré acompañada de mis propias notas, como puede hacerlo cualquier ciudadano”.

No obstante, la distribución masiva de “recomendaciones” genera suspicacias. “¿Dónde está la prueba de que se usan estructuras gubernamentales?, si hay una denuncia, están las instancias para investigarlo”, dijo la mandataria, rechazando el uso indebido de recursos públicos.

¿PARTICIPACIÓN CIUDADANA O CAPTURA POLÍTICA?

Para el magistrado Felipe de la Mata, de la Sala Superior del TEPJF, no votar fortalece a las minorías organizadas. “Si la ciudadanía no elige a los juzgadores, ¿quién lo hará? El abstencionismo no contribuye a la democracia”, advirtió, aludiendo a los llamados de sectores opositores a no participar.

Por su parte, Citlalli Hernández, secretaria de las Mujeres, ofreció otro ángulo: “Necesitamos un sistema de justicia que no le cierre la puerta a las mujeres”, y afirmó que votar servirá para excluir a jueces que “han defendido violentadores” o solapado deudores alimentarios.

ENTRE EL IDEAL DEMOCRÁTICO Y EL RIESGO DE CAPTURA

El dilema es profundo: ¿una elección puede democratizar un poder que, por su naturaleza, requiere técnica, neutralidad y formación jurídica? O peor aún: ¿puede una elección sin condiciones de equidad, con propaganda encubierta y sin una ciudadanía informada, arrojar legitimidad?

Aunque la Presidenta insiste en que esta transformación busca sacar al Poder Judicial de la élite, la elección ocurre en medio de una guerra narrativa: quienes la defienden la ven como una herramienta democratizadora; quienes la critican, como una forma de colonizar al Poder Judicial desde el Ejecutivo.

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