Imagen aérea del malecón del río Carrizal, del cual actualmente se extrrae agua para Villahermosa.

Carrizal: el río que sobrevivió 35 años olvidado y ahora estrenará hasta un malecón

El río Carrizal cruza en silencio la frontera urbana entre Villahermosa y Nacajuca. No hace ruido. No arrastra comercio, ni bocinazos, ni muchedumbres. Y quizás por eso ha sido olvidado.

Como muchas zonas conurbadas del país, el Carrizal ha estado condenado a la indiferencia: ni de allá, ni de aquí. Demasiado cerca para ser rural. Demasiado lejos para ser prioridad.

Pero ese olvido, que por años fue abandono, también ha sido salvación.

NO SE TOCA

Mientras otros afluentes de Villahermosa —como el Grijalva o el Teapa— fueron transformados por el crecimiento, el Carrizal se mantuvo como estaba. No hubo bordos ni rellenos. No hubo hoteles ni gasolineras invadiendo sus márgenes. No llegaron las máquinas, ni los camiones de volteo. Su castigo fue no ser visto. Pero eso mismo lo mantuvo respirable, visible, vivo.

Hoy, el Carrizal es el afluente más seguro para la extracción de agua potable que abastece a viviendas en la capital. Su cauce, menos intervenido y menos contaminado, conserva condiciones naturales que otros ríos ya perdieron.

Por eso, cuando la presidenta municipal de Centro, Yolanda Osuna Huerta, anunció que se rescataría un tramo del malecón Carrizal, no fue solo una obra más. Fue un gesto político y urbano: reconocer que lo que se dejó de ver puede convertirse en lo más valioso.

La intervención ocurrirá en el tramo comprendido entre Paseo Tabasco y Paseo Usumacinta, en la parte del río que toca la piel urbana de Villahermosa: donde pasan miles de automovilistas cada día, donde hay comercios, hoteles, plazas y restaurantes, y donde el río puede verse sin obstáculos.

RÍO A LA VISTA

A diferencia del malecón Carlos A. Madrazo —que corre paralelo al Grijalva y donde el diseño impide ver el agua— el Carrizal sí puede mirarse de frente. No hay bardas altas, ni jardineras que bloqueen el cauce. Lo único que lo oculta es la maleza.


Izq.: Así luce actualmente el malecón del río Carrizal, con banquetas rotas, matorrales crecidos y restos de escombro en partes de su orilla. Esta obra fue intervenida por última vez hace más de 35 años, en los años 90. Der.: En la cuenta de YouTube Arqon Vhsa se observa un render de un malecón del río Carrizal muy moderno en forma de parque lineal, incluso con embarcadero. La imagen fue subida a esa red social hace ocho años.

Basta desmontar, limpiar, despejar. La posibilidad de que Villahermosa tenga, por fin, un malecón con vista real al río, está en este tramo. Y el proyecto ya está en marcha.

UN PLAN POSIBLE

El proyecto ejecutivo está listo. Las obras iniciarán en el último trimestre de 2025, con recursos exclusivamente municipales. No es una promesa en el aire: se ha socializado con colegios de arquitectos, cámaras empresariales y profesionales de la construcción.

Se inscribe, además, en un polígono de reactivación urbana que incluye el nuevo Centro de Convenciones, el Barrio Mágico del Centro Histórico y el área del Parque Tomás Garrido.

Este eje será, si se concreta, la nueva columna vertebral de una Villahermosa más ordenada y atractiva.

EL TRAMO SALVADO

Vecinos de las colonias Carrizal, El Espejo II y Tabasco 2000 lo saben: el río está ahí, escondido pero vivo. “Si hicieran un malecón como el de Gaviotas, esto se llenaría de gente”, dice María Vázquez, delegada de la zona.

Hoy, la orilla tiene tramos con banquetas rotas, maleza, basura, y una barda de un metro dañada por choques. En los márgenes, se observan indigentes, fogatas, descargas de aguas negras.

Pero si algo ha demostrado Villahermosa, es que cuando se dignifica un espacio público, la ciudad cambia su comportamiento.

NO ES LA PRIMERA VEZ

Desde 2006, se han propuesto rescates del Carrizal. El Instituto Tecnológico de la Construcción presentó el proyecto “Malecón Río Carrizal Primera Etapa”, con ciclovías, pistas de ejercicio y zonas de juego. En 2016, la administración municipal anunció un parque lineal con 20 millones de pesos. Ninguno prosperó.

La diferencia ahora es que el financiamiento está asegurado, hay una fecha clara y se integra a una lógica de ciudad completa, no de capricho.

Este tramo puede ser mucho más que un paseo. Puede convertirse en el símbolo de una Villahermosa que ya no vive de espaldas a sus ríos. El Carrizal ofrece un horizonte de paisaje, salud hídrica y movilidad urbana. Es una pieza de ciudad que no hay que inventar: ya existe, solo hay que recuperarla.

La belleza no necesita ser construida. Solo revelada.

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