La insistencia de periodistas y políticos relacionados con el exgobernador Adán Augusto López Hernández sobre la posible intervención de Omar García Harfuch en Tabasco parece apuntar en dos sentidos: primero, como un buscapiés que dé señales de lo que podría venir contra los exfuncionarios vinculados a «La Barredora» y, segundo, para «diagnosticar» y exhibir como rebasado al gobierno de Javier May Rodríguez.
Hoy, la Presidenta descartó, por lo pronto, la llegada del «Batman» mexicano a estas tierras sureñas. Sin embargo, eso no debe dar tranquilidad a los «adancistas», máxime cuando un enjambre de fuerzas especiales del Ejército comienza a desplegarse en el estado.
Una prueba de ese nerviosismo fue la renuncia, el 10 de enero, de José del Carmen Castillo Ramírez, alias «La Rana», como Inspector Jefe de la Policía Estatal durante la administración pasada. Castillo también asumió como encargado de despacho de la Secretaría de Seguridad del 7 de enero al 2 de febrero de 2024, tras la renuncia de Hernán Bermúdez Requena.
Presuntamente, la influencia de Castillo va más allá de los puestos que desempeñó, pues se le señala como el segundo al mando de «La Barredora». Su dimisión estaría relacionada con el temor de una próxima aprehensión.
¿Hasta dónde seguirán involucrados políticos detrás del crimen organizado en Tabasco? ¿Serán la mano que mece la cuna de la violencia? ¿Hasta dónde estará dispuesta a llegar la Presidenta? May no puede permitir que corra más tiempo.