Dos trabajadoras colocan etiquetas y seleccionan plátanos en el área de empaquetado de Las Lilias.

El gobierno rescata, cosecha y ya exporta banano a EU: Las Lilias volvió del olvido

TEAPA.–En una coyuntura donde el nearshoring, el valor agroindustrial y la autosuficiencia alimentaria ocupan el centro del debate económico nacional, Tabasco ha reactivado una joya silenciosa de su economía rural: el banano. Y lo ha hecho con un giro estratégico que combina recuperación de activos públicos, alianzas comerciales y enfoque de exportación.

La finca “Las Lilias”, ubicada en el municipio de Teapa, había permanecido en estado de abandono por años. Su suelo fértil —antes explotado por una firma privada—, cayó en desuso, litigios y olvido institucional.

Hoy, ese terreno de 92 hectáreas, de las cuales 84 ya están comercialmente activas, no solo volvió a producir: envía plátano a Estados Unidos, cumpliendo con estándares de exportación y calidad fitosanitaria.

El giro de fondo: es propiedad del Gobierno del Estado.

DEL ACTIVO IMPRODUCTIVO AL MODELO DE EXPORTACIÓN

La historia es clara: lo que era una propiedad improductiva, hoy forma parte de una estrategia agroindustrial pública. La Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Pesca (SEDAP), bajo el mandato del gobernador Javier May Rodríguez, puso manos a la obra. Tras resolver el estatus legal de la finca, se emprendió su rehabilitación agrícola con apoyo técnico y logístico del sector privado.

La apuesta no era menor: convertir un terreno subutilizado en un centro de producción con estándares internacionales. En seis meses, esa visión comenzó a dar frutos —literalmente.

Según datos oficiales, la producción estimada anual de Las Lilias será de entre 3,500 y 4,000 cajas de banano, todas con calidad para el mercado estadounidense, destino principal de las exportaciones tabasqueñas vía el Puerto de Dos Bocas.

TABASCO: SEGUNDO PRODUCTOR NACIONAL Y EN CRECIMIENTO

El movimiento ocurre en un contexto estratégico. Tabasco cuenta con más de 9 mil hectáreas cultivadas de banano, y según datos del SIAP, aporta el 20.8% de la producción nacional, solo detrás de Chiapas y ligeramente por encima de Colima. Su variedad estrella: Enano Gigante.

En 2024, Tabasco exportó más de 170,000 cajas de plátano —un volumen que crece gracias a la entrada de fincas como Las Lilias al circuito internacional. Se estima que el 40% de la producción estatal se destina a exportación, lo que genera divisas, empleos y un nuevo posicionamiento del estado como proveedor agrícola confiable.

La infraestructura logística también juega un papel: el Puerto de Dos Bocas, que ha sido centro energético, comienza a consolidarse como salida agroexportadora. El plátano tabasqueño viaja a Estados Unidos, Canadá, Alemania, Guatemala y Honduras, ampliando el alcance comercial del estado.

DEL CAMPO AL EMPAQUE: TRAZABILIDAD COMPLETA

La producción de Las Lilias no solo es agrícola: es industrializable. El proceso incluye cosecha, clasificación, limpieza, empaquetado y trazabilidad, cumpliendo con normas internacionales.

En el área de trampa se reciben las frutas para supervisión de calidad. De ahí pasan al área de empaque, donde se garantiza uniformidad, inocuidad y presentación para el cliente final.

Isaac Brindis Santos, director de plantaciones de la SEDAP, explicó que la finca no solo se recuperó: se rediseñó como modelo operativo autosostenible.

“La indicación fue clara: recuperarla y volverla productiva. Hoy estamos cosechando fruta que cumple estándares internacionales”, aseguró.

POLÍTICA PRODUCTIVA, NO SOLO SOCIAL

El modelo detrás de Las Lilias se aleja de los enfoques asistencialistas. Aquí no hay subsidios directos, sino una inversión pública con retorno económico. El gobierno estatal opera la finca como activo estratégico, genera empleos, integra cadenas de valor y aumenta el volumen de exportación agrícola.

Más aún: se proyecta convertir el predio en un banco de semillas y centro de capacitación agrícola para jóvenes. El enfoque es doble: producir hoy y formar a quienes producirán mañana.

Este esquema tiene el potencial de replicarse en otras propiedades públicas abandonadas o sin uso productivo, sobre todo en regiones con vocación agrícola.

PLANTAR HOY, VENDER MAÑANA

Tabasco está haciendo lo que pocos estados: rescatar activos, profesionalizar el campo y exportar con marca propia. En un país donde el 80% del plátano nacional se consume internamente, abrir nuevas rutas de exportación con productos certificados no es menor.

El campo tabasqueño —largamente subestimado— comienza a insertarse en una dinámica de producción con valor agregado, más allá del ejido y del autoconsumo.

Si se mantiene el enfoque empresarial sin perder el control público, el modelo Las Lilias podría convertirse en una de las apuestas más rentables y sostenibles del sureste.

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